CHE GUEVARA: INIGUALABLE HÉROE
DE LAS LUCHAS DE AMÉRICA LATINA
Por Imeria Núñez/ TeleSUR.
El pensamiento social del llamado "guerrillero heroico" sigue vigente y presente en las actuales transformaciones sociales que se viven en América Latina. A cuatro décadas de su muerte florecen las semillas que regara con su lucha y con ejemplo por la América morena.
Ernesto 'Che' Guevara, un ser, una historia que influyó y sigue influyendo a lo largo del continente latinoamericano, cumple este 8 de octubre, 38 años de haber sido asesinado un día después de recibir una bala en su pierna izquierda en la Quebrada de Yuro, en Bolivia, el año 1967.
El Che, un médico, político y guerrillero revolucionario argentino-cubano, nació el 14 de junio de 1928, en Rosario, región del sur argentino, con un destino de "inmortal". Presente hasta hoy en el pensamiento y progreso latinoamericano, como guía y ejemplo.
Guevara, quien vivió su infancia y parte de su adolescencia en Córdoba, recreó su mente ya revolucionaria sin saberlo, con textos aventureros como los del francés Julio Verne. Luego, desarrolló otros gustos como fueron la poesía y filosofía, la primera representada por Pablo Neruda, mientras que la filosofía existencialista que lo apasionaba, estaba basada en las teorías psicológicas de Freud.
El Che, con un espíritu siempre rebelde, cursó estudios secundarios en medio de procesos de cambios en la Argentina, en el contexto histórico del nacimiento del peronismo, corriente política que contaría con un abrumador apoyo de la clase obrera argentina. Contradictoriamente a sus actitudes y al futuro que se visualizaba, la familia de Ernesto era antiperonista declarada.
Durante esta etapa de su formación, el futuro líder de la Revolución Cubana, manifestaba que "no tuve preocupaciones sociales en mi adolescencia, ni participé en las luchas políticas o estudiantiles de Argentina'', recordaba el Che.
Aventuras determinantes
Guevara, un férreo antiimperialista desde siempre, en 1952 realizó el primer extenso viaje por Latinoamérica recorriendo casi su totalidad con su gran amigo Alberto Granado. La travesía internacional representó un intercambio con los sectores sociales más relegados y explotados de esa región.
Luego de esta experiencia, el Che comenzó a definir sus ideas y sentimientos en relación a las enormes desigualdades sociales latinoamericanas, así como, el papel que jugaba Estados Unidos en la región. Fue así que se planteó las posibles soluciones a esta realidad.
Ahora en compañía de Carlos "Calica" Ferrer, Ernesto emprendió el que sería su segundo viaje por este hermoso continente, avanzando esta vez hacia el norte.
A su paso por México, donde permaneció poco más de dos años, "revolucionó" su vida personal. Definió sus ideas políticas, contrajo matrimonio, tuvo a su primera hija e ingresó al Movimiento 26 de Julio (M-26-7) el que era dirigido por el Comandante Fidel Castro, con la finalidad de crear un grupo guerrillero en Cuba que derrocara al dictador Batista y emprender así una revolución social.
Para el 25 de noviembre de 1956, un grupo de 82 guerrilleros del M-26-7 emprendieron camino rumbo a Cuba en el yate Granma, donde se encontraban, entre otros, Raúl Castro y Ernesto Guevara, liderados por Fidel.
Luego de siete días de travesía, a 72 horas de haber arribado a la nación caribeña, el grupo fue emboscado por el ejército en Alegría de Pío. En el combate murió gran parte de los guerrilleros y el resto fueron detenidos o ejecutados. Los sobrevivientes se reunieron de nuevo en Sierra Maestra el 21 de diciembre próximo.
En la Sierra Maestra, el Che Guevara actuó como médico y combatiente.
Mientras estaban en la guerrilla, el Che participó en la elaboración y definición de leyes claves, como la de reforma agraria y creación del Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA), actuando como un verdadero gobierno paralelo, supervisado por Fidel Castro.
El Che siempre permanece
La visión integracionista y antiimperialista del revolucionario Ernesto Guevara en su época, se puede comparar a realidades actuales vividas en América Latina.
Un ejemplo de ello, es la propuesta del presidente venezolano, Hugo Chávez, de la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba), en contraposición del Área de Libre Comercio de las Américas, que expande el tratado de Libre Comercio (TLC) a todos los países de Centroamérica, Sudamérica y el Caribe, excepto Cuba.
En estos tiempos se presenta como una alternativa la construcción del socialismo democrático del siglo XXI, propuesto por diversos mandatarios sudamericanos. Un cambio, una visión diferente en el bienestar y mejora de los pueblos que han sido renegados por tantos años.
En relación con la actualidad, las ideas del Che se ven reflejadas en lo que él mismo manifestó en la Conferencia de Uruguay, que representa aún el gran reto al que debemos enfrentarnos: "...asistimos a esta Conferencia para que los pueblos vayan hacia un futuro feliz, de desarrollo armónico, o que se conviertan en apéndices del imperialismo en la preparación de una nueva y terrible guerra o, si no que se desangren en luchas intestinas cuando los pueblos cansados de esperar, cansados de ser engañados una vez más, inicien el camino que Cuba una vez inició...".
Una muerte que no es el fin
Como parte de su lucha por la liberación de los pueblos del mundo, Guevara se trasladó a Bolivia, donde después de largos meses de infructuoso trabajo por constituir un frente guerrillero encontró la muerte.
Durante la batalla en Bolivia, Ernesto Che Guevara fue herido de bala en su pierna izquierda, hecho prisionero junto con Simeón Cuba (Willy) y trasladado a La Higuera donde fueron recluidos en una escuela, en aulas separadas.
En ese mismo sitio, colocaron los cadáveres de sus otros compañeros revolucionarios ya fallecidos.
El 9 de octubre de 1967 a horas de la mañana, el gobierno boliviano anunció que Ernesto Guevara había muerto en combate el día anterior. Poco después, el presidente Barrientos dio la orden de ejecutar al Che Guevara.
Sin embargo, existen dudas y versiones encontradas sobre el grado de apoyo que la decisión tuvo por parte de Estados Unidos, aunque está registrado que la CIA estaba presente en el lugar.
La fusión de antiimperialismo, marxismo y comunismo como elementos base, conforman el pensamiento de un revolucionario que sigue vivo en muchas naciones sudamericanas.
Hoy en día, representa un camino a seguir, una visión ejemplar de reflexión, lucha y revolución.
Publicado:
Comite Distrital de
VILLA EL SALVADOR
Partido Socialista Revolucionario
martes, 18 de noviembre de 2008
CARTA SOCIAL DE LA AMERICAS
CARTA SOCIAL
DE LAS AMERICA
Por un nuevo orden social para
América Latina y el Caribe
Preámbulo
Considerando que la pobreza, la inequidad y la exclusión social han alcanzado en el
hemisferio niveles sin precedentes, afectando el desarrollo y sostenimiento de numerosos
países, lo que a su vez se ha traducido en incremento de los niveles de desnutrición,
analfabetismo, propagación de enfermedades y en general, de un deterioro económico, social
y moral de nuestras sociedades.
Teniendo en consideración que los Objetivos del Desarrollo del Milenio de las Naciones
Unidas, nos comprometen a realizar los máximos esfuerzos para alcanzar las metas
propuestas de reducción de la pobreza, para el 2015.
Teniendo en cuenta que la Carta de la Organización de Estados Americanos, la Carta
Democrática Interamericana, el Protocolo de San Salvador, la Declaración de Margarita y la
Declaración de Nuevo León, constituyen los principales documentos en donde nuestro foro
hemisférico ha plasmado su planteamiento de erradicar la pobreza, la inequidad y la exclusión
social en la región.
Convencidos de que la desigualdad social constituye el tema de los temas, en este
momento y para este tiempo, es por lo que declaramos que alcanzar el desarrollo social
significa que todos los ciudadanos tengan la oportunidad de obtener la mayor suma de
felicidad posible; consideraciones que nos llevan a adoptar el compromiso de hacer valer el
conjunto de Deberes y Derechos que conforman esta
CARTA SOCIAL DE LAS AMERICAS
TITULO I
DERECHOS SOCIALES FUNDAMENTALES
CAPITULO I
Derecho a la Vida Digna
1.- El derecho a la vida es inalienable. Todos los seres humanos tienen derecho a una vida
digna, pleno disfrute de sus derechos humanos, solidaridad, paz y justicia social.
2.- Se desalentará todo método que atente contra la vida, como estrategia para resolver los
problemas derivados de la pobreza y la inseguridad sociales.
3.- La vida es patrimonio colectivo y nadie podrá patentar el genoma de los seres vivos, ni
utilizarlo con fines discriminatorios, ni se permitirá el uso de seres humanos como objetos de
experimentación biológica, ni prácticas científicas que acarreen destrucción de la vida o
deformación de sus componentes.
4.- Los Estados velarán por la promoción de los valores éticos asociados al respeto a la
vida, una cultura de paz y un compromiso radical con la desaparición de toda forma de
discriminación que afecte la disponibilidad de los recursos básicos y necesarios para la vida.
5.- Los Estados velarán por la provisión de alimentación para aquellos sectores sociales
carentes de recursos económicos, como una protección esencial contra el hambre y la
miseria..
CAPITULO II
Derecho a la Salud
6.- La salud es patrimonio de los Pueblos. Los Estados se comprometen a dispensar a sus
ciudadanos Atención Primaria de Salud Integral de forma gratuita, permanente, universal
acompañada de la educación para fomentar la promoción de la salud, la prevención de las
enfermedades, la rehabilitación necesaria y oportuna y la participación comunitaria, en el
desarrollo de los programas y servicios destinados al control de los agentes biológicos y
sociales que ocasionan riesgos a la salud.
7.- Los Estados se comprometen a proveer a los portadores de enfermedades crónicas de
alto costo, los tratamientos y medicamentos necesarios para mejorar su calidad de vida, de
forma gratuita, sostenida y universal.
8.- Los Estados se comprometen a la dotación de equipos, medicinas y recursos humanos,
requeridos para atender las necesidades de salud de su población, especialmente en los
sectores más empobrecidos y excluidos de nuestros pueblos.
9.- La participación protagónica de la población como actor corresponsable de los servicios
de salud, debe ser estimulada y reconocida como factor de consolidación de los sistemas
públicos nacionales de salud.
10.- Los Estados propenderán a fomentar redes de capacitación de recursos humanos en
salud, con la participación de las universidades, institutos de salud pública y centros de
investigación nacionales. Internacionalmente, se favorecerá todo convenio o acuerdo de
cooperación, que facilite y promueva la formación acelerada de equipos técnicos, el
intercambio de recursos tecnológicos, la prestación de servicios de salud y toda otra actividad
de cooperación que eleve los estándares de salud y participación de nuestros pueblos.
11.- La Salud es un compromiso de todos los ciudadanos. En consecuencia, se exhortará a
todos los sectores sociales, públicos y privados, institucionales y comunitarios, a presentar y
apoyar proyectos de salud que ofrezcan atención directa a los ciudadanos. Se propenderá al
desarrollo de redes de salud que optimicen la capacidad resolutiva del sistema y su pronta
activación en casos de emergencia pública.
12.- Los Estados reconocerán el valor de las culturas médicas indígenas. Especialmente se
favorecerá la recuperación su acervo de conocimientos tradicionales terapéuticos, respetando
el ejercicio y la propiedad comunitaria sobre los mismos.
13.- Por ser la Salud un derecho humano universal, se propiciarán alianzas internas entre
sectores y/o con otros países de la región, para establecer formas productivas de recursos
indispensables para la salud, tales como formación de recursos humanos, medicamentos
genéricos, instrumentos quirúrgicos, equipamientos hospitalarios, tecnologías y sistemas de
información que coadyuven al desarrollo de mejores servicios de salud.
14.- Los Estados se comprometen a financiar las investigaciones sociales dirigidas a
promover la validación de nuevos instrumentos técnicos, que den cuenta real y exhaustiva de
las condiciones de salud de su población, de sistemas de información equivalentes y
homologables en términos de aplicación terapéutica, disponibles mediante la red de
información epidemiológica de uso obligatorio entre los países, de acuerdo a las normas
establecidas por la OMS/OPS.
15.- Los riesgos a la salud, para los trabajadores y trabajadoras de todos los niveles en el
ámbito de los servicios de salud, obligará a los Estados a extremar la prevención mediante la
capacitación, dotación y uso obligatorio de los recursos técnicos y normativos, dirigidos a
garantizar la seguridad integral requerida en el desempeño laboral.
16.- Los ciudadanos y ciudadanas víctimas de catástrofes naturales tienen derecho a ser
resarcidos en sus bienes y condiciones de salud y vida por parte del Estado.
17.- Las madres en estado de gestación y los recién nacidos son sujetos de atención
prioritaria por parte del Estado. Para ello se crearán instituciones suficientes y adecuadas.
CAPITULO III
Derecho a la Educación
18.- Todos los ciudadanos tienen derecho a la educación pre-escolar y primaria, gratuita y
universal y a todos los demás niveles educativos, sin más restricción que la derivada de la
capacidad y vocación individuales.
19.- La educación estará cimentada en los principios de universalidad,
pluralismo, libertad, equidad, pertinencia, cal idad, justicia y formación para el
trabajo y para la vida.
20.- Los Estados se comprometen a dotar adecuadamente a los centros de
enseñanza a objeto de asegurar su permanencia y actualización científ ica,
tecnológica y humanística.
21.- Todos los ciudadanos y ciudadanas tienen derecho a part icipar en el
diseño, administ ración y evaluación de los procesos educativos y el Estado
velará por su reconocimiento y brindará atención a sus planteamientos, en el
marco que establecen las leyes.
22.- Los Estados garantizarán el acceso a la educación de los ciudadanos y ciudadanas
privados (as) de libertad, y/o con necesidades especiales, en las mismas condiciones de
principios y formas establecidas para el resto de la población.
23.- Los Estados avanzarán en el diseño y aplicación de formas novedosas para alcanzar e
incluir socialmente a los grupos más pobres y marginados y para promover alternativas
académicas y pedagógicas con el fin de alcanzar la alfabetización universal y la capacitación
para el trabajo.
24.- Los Estados regularán la participación de los medios de comunicación a los fines de
propiciar la construcción de la moral pública en base a los valores democráticos, el servicio
comunitario, la solidaridad social y la responsabilidad por la educación de los niños, niñas y
adolescentes.
25.- Los Estados favorecerán la formación académica y calidad de vida de los educadores
y educadoras, como una condición básica para el establecimiento de mejores procesos
pedagógicos. Por lo tanto, se dará especial atención a las remuneraciones, seguridad social y
reconocimiento público a su desempeño, como estímulo a su función social educativa.
26.- Las políticas educativas deben contemplar además, la certificación de competencias
laborales y sus acreditaciones, como alternativa para la formalización del trabajo digno y
decente.
27.- Las políticas públicas deben articularse para ofrecer y establecer de manera directa
asistencia económica, habitacional, alimentaria, de materiales de estudio, vestido y transporte
a la población menos favorecida y excluida, a objeto de garantizar igualdad de condiciones
para el derecho al estudio e incorporación inmediata al mercado de trabajo.
CAPITULO IV
Derecho al Trabajo
28.- Toda persona tiene derecho al trabajo, a ser empleado, protegido ante contingencias y
bien remunerado. El Estado velará por la promoción de oportunidades para que los
ciudadanos y ciudadanas puedan desarrollar una actividad económica o remunerada digna,
decente y productiva en condiciones de libertad, equidad, seguridad, salud e higiene
ocupacional y de respeto a la dignidad humana.
29.- Todo trabajo remunerado debe ir acompañado de los derechos que de él se derivan y
que aseguran el disfrute de las condiciones de desempeño laboral, en niveles de máxima
realización personal y en general, todos los derechos nacionales específicos del área laboral y
los acuerdos internacionales de la OIT y de índole regional o subregional que hayan sido
ratificados.
30.- Los Estados se comprometen a velar y garantizar la libertad sindical, libertad de
asociación, de petición y reclamos, la convención colectiva, eliminación de toda forma de
trabajo forzoso u obligatorio, abolición efectiva del trabajo infantil, eliminación de toda forma de
discriminación en materia de empleo u ocupación, así como la promoción, vigilancia de la
salud y seguridad en el empleo u ocupación y sancionar a quienes no las cumplan.
31.- Todos los trabajadores y trabajadoras migrantes y sus familias tienen derecho a la
protección e igualdad de derechos y condiciones de trabajo de acuerdo a las normas
nacionales, sin más restricciones que las derivadas de los acuerdos internacionales
válidamente ratificados y especificados.
32.- Los derechos laborales son irrenunciables y los Estados garantizarán su disfrute en los
términos convenidos en las leyes, convenios colectivos y cumplimiento de las leyes y
Convenios Internacionales en materia laboral y social de las empresas multinacionales,
cuando sea el caso. Se hace especial mención de:
· Un salario mínimo de alcance y disfrute social, además de una remuneración justa, digna
y equitativa.
· Protección, seguridad y sanciones a quienes no cumplan con los requerimientos de la
promoción, prevención, higiene y salud en el trabajo.
· Libertad de elegir el empleo y el trabajo.
· Capacitación permanente, formación profesional, promoción y ascensos de acuerdo a sus
capacidades y competencia.
· Protección del salario
· Estabilidad laboral.
· Derecho a vacaciones remuneradas, al descanso y la recreación.
· Derecho a una jornada de trabajo reconocida y concertada nacional e internacionalmente
que no supere las ocho (8) horas diarias diurnas y las siete (7) nocturnas, según la naturaleza
de las labores .
· Derecho a indemnización por causa de la cesantía laboral y su reubicación en otro
empleo o inserción en una actividad productiva basada en la economía social.
· Derecho a la protección social y económica en caso de cesantía, enfermedad o accidente
laboral, así como a una pensión y jubilación digna y decente.
· Derecho a la información financiera de las empresas u organismos empleadores, riesgos
y eventualidades de inversión, como mecanismo de protección ante posibles fraudes
cometidos por las empresas que podría lesionar su estabilidad emocional, social y familiar.
· Derecho a la cogestión, autogestión y control de los medios de producción, teniendo como
fundamento la promoción, constitución de cooperativas y una economía social incluyente y
socialmente sustentada.
CAPITULO V
Derecho a la Protección Social
33.- Todas las personas tienen derecho a recibir protección integral del Estado,
especialmente quienes que se encuentren en las siguientes situaciones:
· Tercera edad.
· Con discapacidad.
· Desempleo.
· Orfandad.
· Desplazamiento forzado.
· Violencia.
· Hambre.
34.- Los Estados se comprometen a diseñar políticas públicas integradas que garanticen la
seguridad social de todos los ciudadanos y ciudadanas, con carácter universal, integral,
solidario, equitativo y financieramente soportable.
35.- Todos los ciudadanos y ciudadanas tienen derecho a una pensión de retiro digna,
como sustento para la tercera edad y como reconocimiento a los aportes dados a la sociedad.
Su monto nunca podrá ser inferior al salario mínimo social establecido en las normativas
nacionales.
36.- Los ciudadanos y ciudadanas que disfrutan de pensión o jubilación, tendrán derecho a
continuar participando en labores productivas cuando voluntariamente y en uso de sus
capacidades así lo consideren. El Estado ofrecerá oportunidades de aprovechamiento de sus
experiencias para favorecer el empalme generacional.
CAPITULO VI
Derecho a la Vivienda
37.- Todos los ciudadanos y ciudadanas tienen derecho a una vivienda adecuada,
incorporada a un medio ambiente equilibrado, espacios públicos y de servicios básicos, que
garanticen la seguridad y humanización de sus relaciones vecinales y comunitarias. Los
Estados desarrollarán políticas que garanticen este derecho.
38.- El diseño arquitectónico de las viviendas debe guardar relación con el entorno
ecológico y las variantes culturales de los pueblos.
39.- Se deberá garantizar que la adquisición de la vivienda no comprometa más allá del
25% de los ingresos de la familia. Para garantizar el acceso a la vivienda, los Estados
promoverán planes de urbanismo y construcción habitacional y ofrecerán políticas crediticias
especiales para las poblaciones de escasos recursos.
40.- Todos los ciudadanos y ciudadanas tienen derecho a recibir los servicios básicos de
agua potable, aguas servidas, comunicación, energía y recolección de desechos sólidos en
sus comunidades, a un costo que no sobrepase el 10% del ingreso familiar.
41.- El Estado procurará y promoverá la organización de las comunidades en programas
autogestionarios para garantizar el disfrute de los servicios básicos.
CAPITULO VII
Derechos de la Familia
42.- Los ciudadanos y ciudadanas tienen derecho a organizar sus familias de acuerdo a
sus creencias particulares, a elegir sus opciones de asentamiento y a recibir la protección del
Estado para salvaguardar la integridad de sus miembros.
43.- El Estado tiene la obligación de atender la seguridad, educación, salud, recreación y
estabilidad familiar, especialmente de los miembros más débiles como son los ancianos y los
niños, niñas y adolescentes.
44.- Los niños y niñas tienen derecho a la identidad ciudadana, a un espacio adecuado y a
un lecho propio dentro del hogar y la familia deberá vigilar que sus derechos sean respetados.
El Estado tiene la obligación de garantizar las oportunidades y recursos para que estos
derechos sean efectivamente ejercidos.
45.- Se debe reconocer que el trabajo del hogar es una actividad que crea valor agregado y
produce riqueza y bienestar, por lo tanto las Amas de Casa tienen derecho a los beneficios de
una pensión digna y el Estado a procurársela.
46.- La Familia debe procurar atención a sus adultos mayores, como orientadores para los
nuevos miembros del grupo familiar. El Estado está en la obligación de apoyarlos para
favorecer su calidad de vida y armonía de la unidad familiar.
47.- Los Hogares tienen el derecho al reconocimiento social por parte del Estado, el
soporte institucional para ayudar en la formación de los hijos, la asistencia profesional para
esclarecer las dificultades de la convivencia y el apoyo material para el mantenimiento y
consolidación de la familia como unidad básica de la sociedad.
TITULO II
DERECHOS COMUNITARIOS
CAPITULO I
Derecho a la Identidad Político Territorial
48.- Las nuevas fronteras de los Derechos Sociales han avanzado hasta la identificación
del Sujeto Colectivo como actor protagónico del ejercicio de la democracia. Los Estados
reconocerán la legitimidad de las comunidades definidas por su ethos cultural, su
asentamiento espacial y sus requerimientos, como parte activa de las relaciones jurídicas
institucionales para el diseño, aplicación, seguimiento y evaluación de las políticas públicas y
privadas..
49.- Los ciudadanos y ciudadanas tienen derecho a organizarse como Comunidades para
hacer peticiones públicas y los Estados tienen el deber de reconocerlos como actores
colectivos sujetos de derechos. Para ello, las instancias legislativas formularán los
instrumentos jurídicos que recojan la diversidad organizativa y los alcances de su auto
representación ante los organismos públicos, en términos de igualdad de oportunidades para
la consecución de sus objetivos comunitarios.
50.- Las Comunidades locales tienen derecho a organizarse en redes sociales complejas,
para abarcar nuevos espacios de articulación y fomento de sus identidades colectivas. El
Estado está en el deber de facilitar la organización social desde la base de las relaciones
comunitarias, en procura de nuevos sustentos para la legitimación política, económica y
cultural que favorezcan la superación de la pobreza.
51.- Las Comunidades y/o movimientos sociales comunitarios, de empresas, laborales,
étnicos, erarios o de género, tienen derecho a la pertenencia y membresía social que les
reconozca el poder necesario para la participación y toma de decisiones, en las instancias
democráticamente constituidas.
CAPITULO II
Derechos a la Propiedad del Suelo como Patrimonio Colectivo
52.- Para la realización de proyectos de desarrollo que implique la intervención física de los
espacios comunitarios, deberá realizarse la consulta a las comunidades afectadas, previa
información exhaustiva de los impactos positivos o negativos, que pudieran derivarse de los
referidos proyectos.
53.- Las Comunidades que sean afectadas tendrán el derecho de exigir reparaciones
pecuniarias, restitución territorial, recuperación ambiental, restablecimiento habitacional y
asentamiento en caso de daños mayores o redefinición de los espacios habitables.
54.- Los Estados se comprometen a incrementar la vigilancia de las fronteras y puestos de
embarque y desembarque para impedir la extracción ilegal de flora, fauna y materias primas,
que forman parte del patrimonio colectivo de las comunidades y que no hayan sido objeto de
tratados normativos, sancionados nacionalmente, como parte de intercambio comercial
internacional.
55.- Las Comunidades tienen derecho a oponerse a la instalación de agencias, firmas o
negocios públicos o privados, que constituyan una amenaza a sus recursos de biodiversidad,
sus recursos naturales tradicionales o a cualquier otro componente vital de su existencia
colectiva.
56.- El Estado deberá preservar la propiedad comunitaria sobre los recursos naturales
tradicionales. Conjuntamente, Estado y Comunidades, se levantará el inventario de estos
recursos como forma de garantizar su posesión.
CAPITULO III
Derecho a la Organización y
Participación Pública
57.- Las comunidades tienen derecho a organizarse y participar en la definición, ejecución
y fiscalización de las políticas públicas, especialmente en aquellos aspectos que les atañen
directamente. El Estado está en la obligación de auspiciar la participación como mecanismo
pleno y efectivo de legitimación democrática y los órganos del poder público a nivel local,
regional y nacional, estarán a su disposición para atender y resolver sus demandas.
58.- Las Comunidades tienen derecho a presentar proyectos e iniciativas de carácter
legislativo ante los organismos competentes, de acuerdo a las leyes vigentes en cada país. El
Estado está en el deber de atender y responder a las solicitudes formuladas por las
comunidades en plazos prudentes y según el estado de necesidad de los proponentes.
59.- Las Comunidades tienen derecho a ejercer mecanismos democráticos de lucha,
realizar manifestaciones públicas, dirigir peticiones a través de los medios de comunicación,
abrir sus propios espacios de discusión y en general, todas las garantías y derechos civiles y
políticos establecidos para los ciudadanos en sus respectivos marcos constitucionales.
60.- Las Comunidades tendrán la primera línea de corresponsabilidad en la vigilancia de
todos los Derechos Humanos. Al efecto, los Estados propiciarán la creación de mecanismos
expeditos, activados desde las comunidades, para dar cuenta de la eventual violación de los
Derechos Humanos y a la vez, ordenarán las acciones dirigidas a detener los procesos
violatorios y/o suspender a los funcionarios u organismos (públicos u organizaciones privadas)
implicados en estos hechos, previo los requisitos de ley.
61.- Las Comunidades tienen derecho a acudir ante los organismos internacionales, como
recursos de alzada, para dirimir cuestiones relativas a sus derechos humanos y comunitarios o
derechos constitucionales que hayan sido desacatados o no resueltos por los sistemas
nacionales de justicia, de acuerdo a los Tratados Internacionales sobre la materia luego de
haber agotado las instancias internas.
TITULO III
DERECHOS ECONOMICOS
CAPITULO I
Derechos Económicos Generales
62.- Los Pueblos de América tienen el derecho a superar las condiciones de pobreza y
mantener niveles de vida sostenibles, por encima de la línea de pobreza establecida para
cada nación en particular. Los Estados establecerán políticas públicas que permitan vincular el
desarrollo económico a las exigencias de la calidad de vida de la población, para garantizar el
desarrollo humano integral.
63.- Los Estados auspiciarán la promoción de tecnologías adecuadas en función de un
desarrollo económico sostenible, que genere nuevas y equitativas oportunidades de inclusión
social y superación de la pobreza.
64.- Los Pueblos de América tienen el derecho al disfrute de la productividad vinculada al
desarrollo tecnológico en el escenario internacional. Para ello, una parte significativa del valor
agregado de nuestras exportaciones, debe revertirse en programas de atención social.
65.- Los ciudadanos y ciudadanas tienen derecho a organizarse y promover diferentes
emprendimientos para la generación de bienes y servicios. Los Estados están en la obligación
de reconocer su existencia, promover su fortalecimiento financiero y técnico y facilitar los
espacios de intercambio que dinamicen todos los sectores de la economía.
66.- Los ciudadanos y ciudadanas tienen derecho a desarrollar libremente formas de
trabajo dignas y decentes, donde se exprese su creatividad, su esfuerzo y energía
productivas, su vocación y al mismo tiempo, garantizar un ingreso económico que le permita
desarrollarse integralmente como persona. El Estado debe reconocer a los actores de la
economía informal, como sujetos de derechos que realizan una actividad que apoya el
desenvolvimiento de la economía formal, por lo tanto, debe dotarlos de protección social y
asistencia financiera, procurando que salgan de sus condición de informalidad lo más pronto
posible.
67.- Los Pueblos tienen derecho a recibir remesas enviadas por miembros de la familia,
desde otros países. Los Estados acordarán mediante mecanismos de entendimiento
internacional, las condiciones en las cuales estas remesas se harán efectivas, con reducción
progresiva de los costos de envío.
68.- Todos los ciudadanos y ciudadanas tienen derecho a la participación equitativa en los
beneficios sociales derivados de la aplicación de nuevas tecnologías de producción, en
términos de mejoras sustanciales de sus ingresos y calidad de vida, transparencia financiera
de los organismos de gestión pública y su efectividad traducida en servicios de calidad.
69.- Los empleadores están en la obligación de aportar un mínimo del 5% de sus ingresos
totales a la promoción de nuevos empleos, y a la formación y capacitación de sus trabajadores
y trabajadoras.
70.- Las empresas estarán obligadas a reconocer a sus trabajadores y trabajadoras la
valoración en términos económicos de los aportes que, por concepto de innovaciones,
creatividad y minimización de riesgos, produzcan reducciones en materias de costos y/o
incrementos de la productividad.
CAPITULO II
Derechos Económicos Comunitarios
71.- Las Comunidades organizadas como Personas Jurídicas podrán promover unidades
de producción de bienes y servicios y tendrán derecho a solicitar y obtener del Estado u
organismos no gubernamentales, asistencia técnica y financiera, formación de recursos
humanos, información, protección jurídica y certificaciones de calidad para la colocación de
sus productos.
72.- Los Estados ofrecerán a las Comunidades la asistencia técnica requerida para la
administración efectiva de los recursos productivos. Las Comunidades estarán en la obligación
de mantener al día sus informes administrativos, económicos y financieros necesarios para la
evaluación del desempeño organizacional, bajo el principio de transparencia y rendición de
cuentas a la comunidad y a los organismos comprometidos en la asistencia.
73.- La atención a las Comunidades por parte del Estado requiere de éste la radicación
administrativa de los servicios públicos. Especialmente en lo relacionado con Salud,
Educación, Identificación, Protección Policial, Registros Civiles y Mercantiles, Administración
de Justicia y Defensa Civil. Las Comunidades tendrán corresponsabilidad en el mantenimiento
y buenas prácticas administrativas de estos servicios estatales.
TITULO IV
DERECHOS CULTURALES
CAPITULO I
Derecho a la Identidad Cultural
74.- Todos los Pueblos tienen derecho a participar activamente en la diversidad cultural
que es patrimonio de la Humanidad. Para ello, los Estados deben promover el fortalecimiento
de las identidades culturales de los Pueblos expresada en hábitos, costumbres, idioma,
creencias, significaciones, representaciones, valores éticos, creatividad, sentido de
pertenencia grupal, territorial, nacional y humanística y el ejercicio de todos los derechos
consagrados como fundamentos de la vida humana.
75.- Todos los Pueblos tienen derecho a un nombre propio, al registro histórico de sus
ascendientes originarios, la diferenciación étnica, caracterización propia, reconocimiento de su
idioma, recursos tradicionales, identificación territorial y registro oficial por parte del Estado.
76.- Todas las culturas poseen igual relevancia legal y social. Ningún Pueblo podrá ser
rebautizado, reasentado o asimilado a otra cultura, sin que la iniciativa de tales cambios
provengan de las decisiones colectivas tomadas en el seno de las propias comunidades, en
libre ejercicio de sus derechos civiles y políticos, con salvaguarda de la totalidad de los
derechos humanos consagrados en las diferentes legislaciones nacionales e internacionales.
77.- Los Estados considerarán los perfiles culturales de las comunidades, como una
instancia necesaria para el diseño de políticas públicas focalizadas, como garantía de respeto
y dignificación histórica del esfuerzo colectivo acumulado por generaciones.
78.- Las Comunidades tienen derecho a preservar su identidad histórica y cultural, su
arraigo territorial y su especificidad social como ciudadanos que alimentan la diversidad
humana, como un valor superior inalienable. Los Estados garantizarán la
mul ticul turalidad, favorecerán todos los canales de expresión requeridos y
fortalecerán la integración de los pueblos, tal como el los la dibujan, en pleno
ejercicio de los valores democráticos.
CAPITULO II
Derecho a la Cultura Universal
79.- Todos los pueblos tienen derecho a acceder al conocimiento y la información generada
en cualquier país del mundo. Para garantizar este derecho, los Estados están en el deber de
reconocer las singularidades lingüísticas de los idiomas vivos entre sus pobladores, las cuales
deberán reflejarse en los medios de comunicación, publicaciones institucionales
especialmente las educativas, formulación de proyectos, documentos nacionales e
internacionales, tratados, redes informáticas y, en cualquier circunstancia que facilite el acceso
al conocimiento, mediante la traducción simultánea, ediciones impresas, electrónicas y
audiovisuales de los contenidos científicos, culturales y humanísticos en los múltiples idiomas
que constituyen el patrimonio cultural de cada país.
80.- El derecho a la diversidad cultural es garantía de pervivencia humana. En
consecuencia, todos los pueblos tienen derecho a defenderse de cualquier forma cultural que
pretenda sustituir sus valores, cosmovisiones, idioma, usos y costumbres o de imponer
modelos sociales, científicos, técnicos o políticos que destruyan la unidad nacional, su
particularidad cultural, su patrimonio biogenético, sus recursos tradicionales o su derecho al
desarrollo.
81.- Todos los Pueblos tienen derecho a la restitución de su patrimonio cultural
irremplazable, obras de arte y bienes culturales, que hayan sido extraídos forzadamente o
bajo engaño. Los Estados están en la obligación de perseguir la propiedad ilícita de los bienes
culturales.
82.- Los Pueblos tienen derecho al acceso a la cultura universal. En consecuencia, los
Estados velarán para que todos los medios culturales, científicos y técnicos, incluyendo las
nuevas tecnologías, estén disponibles en forma pública, gratuita y de calidad para garantizar a
los Pueblos el derecho a participar en la creación cultural colectiva de la humanidad.
83.- Las creaciones artísticas son patrimonio de los Pueblos. Los Estados velarán para que
se garantice la propiedad colectiva, institucional o individual de las creaciones artísticas y
fomentará los apoyos financieros para promover su, revitalización y fortalecimiento y el acceso
de todos los ciudadanos y ciudadanas a su conocimiento, valoración, difusión y disfrute, en
condiciones de respeto a los contextos tradicionales o de creación, de los portadores o
creadores respectivos.
CAPITULO III
Derechos de los Creadores Culturales
84.- Las expresiones, manifestaciones y tradiciones culturales reflejan particularidades de
la libertad creativa humana. Los Estados garantizarán la plenitud de esta condición básica y
para ello facilitarán los recursos y apoyos institucionales que atiendan las necesidades
económicas, de seguridad social, de expresión colectiva, sin restricciones a la libertad de
expresión, divergencias de fondo y forma sobre las creaciones de quienes hacen del arte y la
cultura, en cualquier expresión, su oficio de vida.
85.- Los creadores y creadoras populares tienen derecho al reconocimiento público de sus
obras, a la titularidad de las mismas, a la compensación económica específica por cada obra
que produzca e intercambie en el mercado, a la protección y divulgación museística o
patronato cultural, sin discriminación alguna y sin más restricciones que las expresadas por la
voluntad expresa del autor o autora. Quedan a salvo las obras consideradas patrimonio
nacional o comunitario, así decidido por las instancias correspondientes.
CAPITULO IV
De la Ciencia y la Tecnología
86.- La creación científica y tecnológica constituyen una necesidad y un derecho de los
Pueblos. El Estado promoverá la investigación y el desarrollo, en el marco de la libertad de
búsqueda, que atienda prioritariamente a las necesidades nacionales, la preservación de los
recursos y conocimientos tradicionales y el fortalecimiento de la estructura científico-técnica
requerida para salvar las brechas de la inequidad, la pobreza y la exclusión sociales.
87.- Los Pueblos tienen derecho a preservar el carácter público y la propiedad
colectiva de los recursos naturales, renovables y no renovables, que constituyan
patrimonio estratégico nacional. En consecuencia, la investigación y el desarrollo
tecnológico nacionales quedarán bajo la vigilancia del Estado y sólo mediante su
autorización y previa consulta a los ciudadanos, se podrá otorgar l icencias o
concesiones de investigación, descripción o explotación de tales recursos a los
sectores privados extranjeros.
88.- Los Estados estarán comprometidos a proteger y promover las
investigaciones nacionales para el desarrollo endógeno sustentable, que
garantice los derechos comunitarios y cont ribuyan a la superación de la pobreza.
89.- Las comunidades científ icas y culturales serán espacios abiertos a la
pluralidad de conocimientos tradicionales y modernos de origen universal , sin
discriminaciones pol íticas, religiosas, cul turales o étnicas. A ellas deberán
concurrir todos los hacedores de conocimientos en igualdad de derechos, para
const ruir una nueva cultura de participación comunitaria en la generación de
soluciones a los problemas del desarrollo integral de nuestros pueblos.
90.- Los Estados velarán para que los f rutos de las artes, la ciencia y la
tecnología se conviertan en bienes sociales al alcance de todos y por la
aplicación directa de los avances científ icos y tecnológicos y la reorientación de
las políticas públ icas de ciencia y tecnología, en función del desarrollo social.
CAPITULO V
Derecho a la Información
91.- Los Estados garantizarán el respeto a la libertad de expresión e información, sin
censura dentro de los límites propios de un Estado Democrático, así como el efectivo ejercicio
y respeto de los derechos humanos, en particular a lo que concierne a la protección del honor,
vida privada, intimidad, confidencialidad y reputación.
92.- Los Estados regularán el contenido de la difusión y recepción de los mensajes,
estableciendo la responsabilidad social de los anunciantes, los productores y los prestadores
de los servicios de radio, televisión, cine o cualquier otro medio de difusión masiva;
fomentando así los valores democráticos, en consonancia con los deberes, derechos e
intereses de los Pueblos, a los fines de procurar la justicia social, la paz, los derechos
humanos, la cultura, la educación y el desarrollo socio---económico, de conformidad con los
ordenamientos jurídicos de cada Estado.
93.- Los Estados están en el deber de garantizar que las personas con discapacidad
auditiva puedan disfrutar de la difusión de contenidos. Para ello deberán incluirlo dentro de la
legislación interna de cada país, como un derecho obligatorio a ser cumplido por los medios
de telecomunicaciones.
94.- Los Estados garantizarán la difusión de programas a los niños, niñas y adolescentes
que sean de interés social y cultural, dirigidos al desarrollo progresivo y pleno de su
personalidad, actitudes y capacidad mental y física, el respeto a los derechos humanos, a la
familia, a la identidad cultural, para asumir una vida responsable en libertad y a formar de
manera adecuada conciencia de solidaridad humana y social. Del mismo modo, los Estados
garantizarán que los medios de difusión contribuyan a la formación ciudadana.
95.- Los Estados promoverán acciones que tiendan a la participación activa de las
comunidades, para la consolidación de la industria de la producción independiente, de las
radios, emisoras comunitarias o educativas y demás medios de comunicación alternativos.
96.- Los Estados pondrán en práctica una estrategia comunicacional, que constituya
matrices de opinión publica que identifiquen las necesidades de nuestros Pueblos, y que
fortalezca los procesos de cambio que se van dando en la región.
CAPÍTULO VI
Derecho al Deporte, el Tiempo Libre
y el Esparcimiento
97.- Toda persona tiene derecho al esparcimiento y recreación, a la práctica del deporte y
al aprovechamiento del tiempo libre, en procura de su bienestar físico y espiritual.
98.- El deporte es un derecho social y actividad esencial, que coadyuva en la formación
integral de las personas, en lo físico, intelectual, moral y social a través del desarrollo,
mejoramiento y conservación de sus cualidades físicas y morales.
99.- Los Estados promoverán la práctica deportiva, sin discriminaciones, salvo las
limitaciones individuales, las que establezcan los ordenamientos jurídicos en resguardo de la
salud y las provenientes de patrones culturales de los Pueblos.
100.- Es de utilidad social la promoción, el desarrollo y la práctica de la educación física y
el deporte. Para ello los Estados fomentarán la construcción, dotación, mantenimiento y
protección de infraestructuras que permitan su ejercicio, enseñanza y práctica obligatoria, en
todos los niveles del sistema educativo.
101.- Los Estados llevarán a cabo políticas urbanísticas que integren los espacios verdes y
plazas al disfrute del deporte, la recreación y las celebraciones comunitarias.
102.- Se promoverá la participación de personas con discapacidad en las distintas
prácticas deportivas.
CAPÍTULO VII
Derechos Ambientales
103.- Es un derecho y un deber de cada generación, proteger y mantener el ambiente en
beneficio de todos los seres vivos y de sus generaciones futuras. Toda persona tiene derecho
individual y colectivamente a disfrutar, de una vida y un ambiente sano.
104.- Las políticas en materia ambiental, deberán tener como objeto prioritario y de interés
social, la conservación del ambiente en su sentido amplio, que incluya el aprovechamiento
sustentable de los recursos naturales, como fuente importante para remediar las urgentes
necesidades sociales y económicas, especialmente de los sectores más vulnerables, así como
su conciliación con el desarrollo endógeno y sustentable.
105.- Los Estados se comprometerán a adoptar y ejecutar las estrategias, planes y
políticas para la conservación del ambiente y de los recursos naturales, en el marco del
desarrollo sustentable, con la participación y protagonismo de los Pueblos.
106.- Los Estados desarrollarán políticas para la ordenación del territorio, atendiendo a las
realidades ecológicas, geográficas, poblacionales, sociales, educativas, científicas,
tecnológicas, de producción, de acervo cultural, económicas y políticas, atendiendo principios
éticos y de acuerdo con las premisas del desarrollo sustentable, que incluya, entre otros,
mecanismos para la información, consulta y participación ciudadana en la toma de decisiones.
107.- Todas las actividades capaces de degradar el ambiente, deben ser sujetas
previamente a evaluaciones de impacto ambiental, las cuales serán realizadas bajo el principio
de corresponsabilidad, a fin de prevenir, evitar, corregir, mitigar o compensar los daños al
ambiente.
108.- Los Estados implementarán las normas ambientales derivadas de los compromisos
internacionales; igualmente elaborarán y adoptarán otras, que se estimen convenientes en el
contexto intraregional, para garantizar que la integración económica de la región se realice de
manera ambientalmente sustentable.
109.- Los Estados implementarán instrumentos, mecanismos y el establecimiento de
instancias, que contribuyan a la prevención y resolución de conflictos ambientales.
110.- Los Estados adoptarán instrumentos jurídicos, que establezcan la obligación de los
responsables material e intelectual, nacionales o trasnacionales, generadores de daños
ambientales, en cuanto a la ejecución de medidas para el restablecimiento de las condiciones
del ambiente alterado, al resarcimiento por los impactos sociales que de ello se deriven, y a la
imposición de las sanciones a que hubiere lugar.
111.- Los Estados fomentarán la participación ciudadana, en la conservación del ambiente
y el uso sustentable de los recursos naturales. Así mismo apoyarán el desarrollo de procesos
de autogestión o cogestión, enmarcados en la responsabilidad compartida, pero diferenciada y
comprometida con la protección del ambiente.
112.- Los Estados generarán tecnologías alternativas, apropiadas y apropiables para la
producción de bienes y servicios, que logren minimizar los impactos negativos que se efectúen
en el ambiente, y se comprometen al intercambio de conocimientos, tecnologías y
metodologías ambientales, que permitan armonizar criterios y crear capacidades compartidas.
113.- Los Estados promoverán el manejo integral de las cuencas hidrográficas, como
recurso para el desarrollo ambientalmente sustentable y la calidad de vida de los Pueblos.
114.- Los Estados desarrollarán instrumentos dirigidos a la valoración integral de los
recursos naturales, de forma compartida con las comunidades.
115.- Los Estados se comprometen a incrementar la vigilancia de sus fronteras, para
impedir la extracción ilegal de flora, fauna, materias primas y bienes culturales, que forman
parte del patrimonio colectivo de las comunidades y que no hayan sido objeto de tratados
normativos, sancionados nacionalmente, como parte de intercambio comercial internacional.
TÍTULO V
Derechos de los Pueblos Indígenas
116.- Los Estados reconocen la existencia de los Pueblos y Comunidades Indígenas, su
organización social, política y económica, sus culturas, usos y costumbres, idiomas, religiones
y derechos originarios sobre las tierras que ancestralmente ocupan y que son necesarias para
desarrollar y garantizar sus formas de vida. Los Estados con la participación de los Pueblos
Indígenas deberán demarcar y garantizar el derecho a la propiedad colectiva de sus tierras o
territorios según sea el caso, las cuales serán inalienables, imprescriptibles, inembargables e
intransferibles de acuerdo con lo establecido en las legislaciones nacionales.
117.- Los Pueblos Indígenas tienen derecho a mantener y desarrollar su identidad étnica y
cultural, su espiritualidad, sus valores, y sus lugares sagrados y de culto, participando en la
vida económica y social de su país. El Estado fomentará la valoración y difusión de las
manifestaciones culturales de los Pueblos Indígenas.
118.- Se garantiza y protege la propiedad intelectual colectiva de los conocimientos,
tecnologías e innovaciones de los Pueblos Indígenas. Se prohíbe la implementación de los
mecanismos de propiedad intelectual existentes, para la concesión de derechos de
exclusividad sobre los conocimientos tradicionales y ancestrales, los cuales no son del
dominio público.
119.- Los Estados conjuntamente con las comunidades o pueblos indígenas, diseñarán e
implementarán un régimen especial o una norma de armonización que fortalezca la protección
de los conocimientos tradicionales, recursos genéticos, innovaciones y prácticas tradicionales
de las comunidades o pueblos indígenas, conforme a los Convenios Internacionales. Los
Estados deberán respaldar a los Pueblos Indígenas en el ejercicio de la reivindicación de sus
conocimientos colectivos y ante cualquier acción o evento que propicie la apropiación indebida
de los mismos.
120.- Los Pueblos y Comunidades Indígenas tienen derecho a una salud integral y al
reconocimiento legal de su medicina tradicional, práctica y tratamiento, incluyendo la
promoción, desarrollo, prevención y rehabilitación, así como el derecho a mantenerla y
administrarla. Los Estados promoverán los medios necesarios para que los Pueblos y
Comunidades Indígenas logren las condiciones de salud adecuadas.
121.- Todos los ciudadanos y ciudadanas pertenecientes a un Pueblo Indígena tienen
derecho a una educación que respete y desarrolle su identidad cultural, así como a la
educación multilingüe y pluricultural, de acuerdo a sus propias prácticas locales y colectivas.
Los Estados deberán garantizar e implementar los mecanismos necesarios a fin de lograr una
educación que atienda a las prácticas socioeconómicas, valores, tradiciones, espiritualidades,
necesidades y aspiraciones.
122.- Los Pueblos y comunidades Indígenas tiene derecho a decidir y asumir el control de
sus propias organizaciones, formas de vida y prácticas económicas basadas en la
reciprocidad, la solidaridad y el intercambio; su identidad, cultura, derechos, usos y
costumbres, educación, salud, cosmovisión, protección de sus conocimientos ancestrales;
defensa de sus tierras y en general de la gestión cotidiana, de su vida comunitaria dentro de
sus territorios o tierras para fortalecer su identidad cultural.
123.- Los Pueblos Indígenas tienen derecho a servicios de formación en áreas de
conocimientos propios y universales, a participar en la elaboración, ejecución y gestión de
programas específicos de capacitación, servicios de asistencia técnica y financiera que
fortalezcan sus actividades económicas, en el marco de desarrollo endógeno.
124.- Los Pueblos Indígenas tienen derecho a mantener y promover sus propias prácticas
económicas basadas en la reciprocidad, en la solidaridad y el intercambio, sus actividades
productivas tradicionales, su participación en la economía Nacional y a definir sus prioridades.
125.- Los Estados proveerán los recursos necesarios a los
Pueblos Indígenas para que diseñen y construyan sus viviendas de acuerdo a sus propias
culturas y hábitat.
126.- Los Estados garantizarán la participación y representación indígena en los Poderes
Públicos, de conformidad a sus usos, costumbres y leyes vigentes
127.- El aprovechamiento de los recursos naturales por parte de los Estados, se hará sin
lesionar la integridad cultural y social de los Pueblos y Comunidades Indígenas.
Los Pueblos y Comunidades Indígenas tienen derecho a participar en la utilización,
administración y conservación de los recursos naturales existentes en sus tierras o territorios,
así como en los beneficios del aprovechamiento y explotación de los mismos, de conformidad
a la legislación interna de cada Estado. Igualmente, percibirán una indemnización equitativa
por cualquier daño que pueda sufrir como resultado de tales actividades.
128.- Los Estados deben garantizar a los Pueblos y Comunidades Indígenas el derecho a
la información y consulta, previo a la ejecución de cualquier actividad susceptible de afectar
directa o indirectamente la vida de los Pueblos, debiendo realizarse de buena fe tomando en
cuenta los idiomas, espiritualidad, respetando la organización propia, las autoridades legítimas
y criterios de comunicación e información de los Pueblos y Comunidades involucrados. La
decisión tomada por los Pueblos y Comunidades Indígenas con ocasión de la consulta será de
carácter vinculante.
129.- Los Estados se comprometen a garantizar el ejercicio de los derechos de los Pueblos
Indígenas contenidos en la presente Carta, así como en otros instrumentos internacionales
que le sean más favorables.
Publicado:
Comite Distrital de Villa El Salvador
Partido Socialista Revolucionario
DE LAS AMERICA
Por un nuevo orden social para
América Latina y el Caribe
Preámbulo
Considerando que la pobreza, la inequidad y la exclusión social han alcanzado en el
hemisferio niveles sin precedentes, afectando el desarrollo y sostenimiento de numerosos
países, lo que a su vez se ha traducido en incremento de los niveles de desnutrición,
analfabetismo, propagación de enfermedades y en general, de un deterioro económico, social
y moral de nuestras sociedades.
Teniendo en consideración que los Objetivos del Desarrollo del Milenio de las Naciones
Unidas, nos comprometen a realizar los máximos esfuerzos para alcanzar las metas
propuestas de reducción de la pobreza, para el 2015.
Teniendo en cuenta que la Carta de la Organización de Estados Americanos, la Carta
Democrática Interamericana, el Protocolo de San Salvador, la Declaración de Margarita y la
Declaración de Nuevo León, constituyen los principales documentos en donde nuestro foro
hemisférico ha plasmado su planteamiento de erradicar la pobreza, la inequidad y la exclusión
social en la región.
Convencidos de que la desigualdad social constituye el tema de los temas, en este
momento y para este tiempo, es por lo que declaramos que alcanzar el desarrollo social
significa que todos los ciudadanos tengan la oportunidad de obtener la mayor suma de
felicidad posible; consideraciones que nos llevan a adoptar el compromiso de hacer valer el
conjunto de Deberes y Derechos que conforman esta
CARTA SOCIAL DE LAS AMERICAS
TITULO I
DERECHOS SOCIALES FUNDAMENTALES
CAPITULO I
Derecho a la Vida Digna
1.- El derecho a la vida es inalienable. Todos los seres humanos tienen derecho a una vida
digna, pleno disfrute de sus derechos humanos, solidaridad, paz y justicia social.
2.- Se desalentará todo método que atente contra la vida, como estrategia para resolver los
problemas derivados de la pobreza y la inseguridad sociales.
3.- La vida es patrimonio colectivo y nadie podrá patentar el genoma de los seres vivos, ni
utilizarlo con fines discriminatorios, ni se permitirá el uso de seres humanos como objetos de
experimentación biológica, ni prácticas científicas que acarreen destrucción de la vida o
deformación de sus componentes.
4.- Los Estados velarán por la promoción de los valores éticos asociados al respeto a la
vida, una cultura de paz y un compromiso radical con la desaparición de toda forma de
discriminación que afecte la disponibilidad de los recursos básicos y necesarios para la vida.
5.- Los Estados velarán por la provisión de alimentación para aquellos sectores sociales
carentes de recursos económicos, como una protección esencial contra el hambre y la
miseria..
CAPITULO II
Derecho a la Salud
6.- La salud es patrimonio de los Pueblos. Los Estados se comprometen a dispensar a sus
ciudadanos Atención Primaria de Salud Integral de forma gratuita, permanente, universal
acompañada de la educación para fomentar la promoción de la salud, la prevención de las
enfermedades, la rehabilitación necesaria y oportuna y la participación comunitaria, en el
desarrollo de los programas y servicios destinados al control de los agentes biológicos y
sociales que ocasionan riesgos a la salud.
7.- Los Estados se comprometen a proveer a los portadores de enfermedades crónicas de
alto costo, los tratamientos y medicamentos necesarios para mejorar su calidad de vida, de
forma gratuita, sostenida y universal.
8.- Los Estados se comprometen a la dotación de equipos, medicinas y recursos humanos,
requeridos para atender las necesidades de salud de su población, especialmente en los
sectores más empobrecidos y excluidos de nuestros pueblos.
9.- La participación protagónica de la población como actor corresponsable de los servicios
de salud, debe ser estimulada y reconocida como factor de consolidación de los sistemas
públicos nacionales de salud.
10.- Los Estados propenderán a fomentar redes de capacitación de recursos humanos en
salud, con la participación de las universidades, institutos de salud pública y centros de
investigación nacionales. Internacionalmente, se favorecerá todo convenio o acuerdo de
cooperación, que facilite y promueva la formación acelerada de equipos técnicos, el
intercambio de recursos tecnológicos, la prestación de servicios de salud y toda otra actividad
de cooperación que eleve los estándares de salud y participación de nuestros pueblos.
11.- La Salud es un compromiso de todos los ciudadanos. En consecuencia, se exhortará a
todos los sectores sociales, públicos y privados, institucionales y comunitarios, a presentar y
apoyar proyectos de salud que ofrezcan atención directa a los ciudadanos. Se propenderá al
desarrollo de redes de salud que optimicen la capacidad resolutiva del sistema y su pronta
activación en casos de emergencia pública.
12.- Los Estados reconocerán el valor de las culturas médicas indígenas. Especialmente se
favorecerá la recuperación su acervo de conocimientos tradicionales terapéuticos, respetando
el ejercicio y la propiedad comunitaria sobre los mismos.
13.- Por ser la Salud un derecho humano universal, se propiciarán alianzas internas entre
sectores y/o con otros países de la región, para establecer formas productivas de recursos
indispensables para la salud, tales como formación de recursos humanos, medicamentos
genéricos, instrumentos quirúrgicos, equipamientos hospitalarios, tecnologías y sistemas de
información que coadyuven al desarrollo de mejores servicios de salud.
14.- Los Estados se comprometen a financiar las investigaciones sociales dirigidas a
promover la validación de nuevos instrumentos técnicos, que den cuenta real y exhaustiva de
las condiciones de salud de su población, de sistemas de información equivalentes y
homologables en términos de aplicación terapéutica, disponibles mediante la red de
información epidemiológica de uso obligatorio entre los países, de acuerdo a las normas
establecidas por la OMS/OPS.
15.- Los riesgos a la salud, para los trabajadores y trabajadoras de todos los niveles en el
ámbito de los servicios de salud, obligará a los Estados a extremar la prevención mediante la
capacitación, dotación y uso obligatorio de los recursos técnicos y normativos, dirigidos a
garantizar la seguridad integral requerida en el desempeño laboral.
16.- Los ciudadanos y ciudadanas víctimas de catástrofes naturales tienen derecho a ser
resarcidos en sus bienes y condiciones de salud y vida por parte del Estado.
17.- Las madres en estado de gestación y los recién nacidos son sujetos de atención
prioritaria por parte del Estado. Para ello se crearán instituciones suficientes y adecuadas.
CAPITULO III
Derecho a la Educación
18.- Todos los ciudadanos tienen derecho a la educación pre-escolar y primaria, gratuita y
universal y a todos los demás niveles educativos, sin más restricción que la derivada de la
capacidad y vocación individuales.
19.- La educación estará cimentada en los principios de universalidad,
pluralismo, libertad, equidad, pertinencia, cal idad, justicia y formación para el
trabajo y para la vida.
20.- Los Estados se comprometen a dotar adecuadamente a los centros de
enseñanza a objeto de asegurar su permanencia y actualización científ ica,
tecnológica y humanística.
21.- Todos los ciudadanos y ciudadanas tienen derecho a part icipar en el
diseño, administ ración y evaluación de los procesos educativos y el Estado
velará por su reconocimiento y brindará atención a sus planteamientos, en el
marco que establecen las leyes.
22.- Los Estados garantizarán el acceso a la educación de los ciudadanos y ciudadanas
privados (as) de libertad, y/o con necesidades especiales, en las mismas condiciones de
principios y formas establecidas para el resto de la población.
23.- Los Estados avanzarán en el diseño y aplicación de formas novedosas para alcanzar e
incluir socialmente a los grupos más pobres y marginados y para promover alternativas
académicas y pedagógicas con el fin de alcanzar la alfabetización universal y la capacitación
para el trabajo.
24.- Los Estados regularán la participación de los medios de comunicación a los fines de
propiciar la construcción de la moral pública en base a los valores democráticos, el servicio
comunitario, la solidaridad social y la responsabilidad por la educación de los niños, niñas y
adolescentes.
25.- Los Estados favorecerán la formación académica y calidad de vida de los educadores
y educadoras, como una condición básica para el establecimiento de mejores procesos
pedagógicos. Por lo tanto, se dará especial atención a las remuneraciones, seguridad social y
reconocimiento público a su desempeño, como estímulo a su función social educativa.
26.- Las políticas educativas deben contemplar además, la certificación de competencias
laborales y sus acreditaciones, como alternativa para la formalización del trabajo digno y
decente.
27.- Las políticas públicas deben articularse para ofrecer y establecer de manera directa
asistencia económica, habitacional, alimentaria, de materiales de estudio, vestido y transporte
a la población menos favorecida y excluida, a objeto de garantizar igualdad de condiciones
para el derecho al estudio e incorporación inmediata al mercado de trabajo.
CAPITULO IV
Derecho al Trabajo
28.- Toda persona tiene derecho al trabajo, a ser empleado, protegido ante contingencias y
bien remunerado. El Estado velará por la promoción de oportunidades para que los
ciudadanos y ciudadanas puedan desarrollar una actividad económica o remunerada digna,
decente y productiva en condiciones de libertad, equidad, seguridad, salud e higiene
ocupacional y de respeto a la dignidad humana.
29.- Todo trabajo remunerado debe ir acompañado de los derechos que de él se derivan y
que aseguran el disfrute de las condiciones de desempeño laboral, en niveles de máxima
realización personal y en general, todos los derechos nacionales específicos del área laboral y
los acuerdos internacionales de la OIT y de índole regional o subregional que hayan sido
ratificados.
30.- Los Estados se comprometen a velar y garantizar la libertad sindical, libertad de
asociación, de petición y reclamos, la convención colectiva, eliminación de toda forma de
trabajo forzoso u obligatorio, abolición efectiva del trabajo infantil, eliminación de toda forma de
discriminación en materia de empleo u ocupación, así como la promoción, vigilancia de la
salud y seguridad en el empleo u ocupación y sancionar a quienes no las cumplan.
31.- Todos los trabajadores y trabajadoras migrantes y sus familias tienen derecho a la
protección e igualdad de derechos y condiciones de trabajo de acuerdo a las normas
nacionales, sin más restricciones que las derivadas de los acuerdos internacionales
válidamente ratificados y especificados.
32.- Los derechos laborales son irrenunciables y los Estados garantizarán su disfrute en los
términos convenidos en las leyes, convenios colectivos y cumplimiento de las leyes y
Convenios Internacionales en materia laboral y social de las empresas multinacionales,
cuando sea el caso. Se hace especial mención de:
· Un salario mínimo de alcance y disfrute social, además de una remuneración justa, digna
y equitativa.
· Protección, seguridad y sanciones a quienes no cumplan con los requerimientos de la
promoción, prevención, higiene y salud en el trabajo.
· Libertad de elegir el empleo y el trabajo.
· Capacitación permanente, formación profesional, promoción y ascensos de acuerdo a sus
capacidades y competencia.
· Protección del salario
· Estabilidad laboral.
· Derecho a vacaciones remuneradas, al descanso y la recreación.
· Derecho a una jornada de trabajo reconocida y concertada nacional e internacionalmente
que no supere las ocho (8) horas diarias diurnas y las siete (7) nocturnas, según la naturaleza
de las labores .
· Derecho a indemnización por causa de la cesantía laboral y su reubicación en otro
empleo o inserción en una actividad productiva basada en la economía social.
· Derecho a la protección social y económica en caso de cesantía, enfermedad o accidente
laboral, así como a una pensión y jubilación digna y decente.
· Derecho a la información financiera de las empresas u organismos empleadores, riesgos
y eventualidades de inversión, como mecanismo de protección ante posibles fraudes
cometidos por las empresas que podría lesionar su estabilidad emocional, social y familiar.
· Derecho a la cogestión, autogestión y control de los medios de producción, teniendo como
fundamento la promoción, constitución de cooperativas y una economía social incluyente y
socialmente sustentada.
CAPITULO V
Derecho a la Protección Social
33.- Todas las personas tienen derecho a recibir protección integral del Estado,
especialmente quienes que se encuentren en las siguientes situaciones:
· Tercera edad.
· Con discapacidad.
· Desempleo.
· Orfandad.
· Desplazamiento forzado.
· Violencia.
· Hambre.
34.- Los Estados se comprometen a diseñar políticas públicas integradas que garanticen la
seguridad social de todos los ciudadanos y ciudadanas, con carácter universal, integral,
solidario, equitativo y financieramente soportable.
35.- Todos los ciudadanos y ciudadanas tienen derecho a una pensión de retiro digna,
como sustento para la tercera edad y como reconocimiento a los aportes dados a la sociedad.
Su monto nunca podrá ser inferior al salario mínimo social establecido en las normativas
nacionales.
36.- Los ciudadanos y ciudadanas que disfrutan de pensión o jubilación, tendrán derecho a
continuar participando en labores productivas cuando voluntariamente y en uso de sus
capacidades así lo consideren. El Estado ofrecerá oportunidades de aprovechamiento de sus
experiencias para favorecer el empalme generacional.
CAPITULO VI
Derecho a la Vivienda
37.- Todos los ciudadanos y ciudadanas tienen derecho a una vivienda adecuada,
incorporada a un medio ambiente equilibrado, espacios públicos y de servicios básicos, que
garanticen la seguridad y humanización de sus relaciones vecinales y comunitarias. Los
Estados desarrollarán políticas que garanticen este derecho.
38.- El diseño arquitectónico de las viviendas debe guardar relación con el entorno
ecológico y las variantes culturales de los pueblos.
39.- Se deberá garantizar que la adquisición de la vivienda no comprometa más allá del
25% de los ingresos de la familia. Para garantizar el acceso a la vivienda, los Estados
promoverán planes de urbanismo y construcción habitacional y ofrecerán políticas crediticias
especiales para las poblaciones de escasos recursos.
40.- Todos los ciudadanos y ciudadanas tienen derecho a recibir los servicios básicos de
agua potable, aguas servidas, comunicación, energía y recolección de desechos sólidos en
sus comunidades, a un costo que no sobrepase el 10% del ingreso familiar.
41.- El Estado procurará y promoverá la organización de las comunidades en programas
autogestionarios para garantizar el disfrute de los servicios básicos.
CAPITULO VII
Derechos de la Familia
42.- Los ciudadanos y ciudadanas tienen derecho a organizar sus familias de acuerdo a
sus creencias particulares, a elegir sus opciones de asentamiento y a recibir la protección del
Estado para salvaguardar la integridad de sus miembros.
43.- El Estado tiene la obligación de atender la seguridad, educación, salud, recreación y
estabilidad familiar, especialmente de los miembros más débiles como son los ancianos y los
niños, niñas y adolescentes.
44.- Los niños y niñas tienen derecho a la identidad ciudadana, a un espacio adecuado y a
un lecho propio dentro del hogar y la familia deberá vigilar que sus derechos sean respetados.
El Estado tiene la obligación de garantizar las oportunidades y recursos para que estos
derechos sean efectivamente ejercidos.
45.- Se debe reconocer que el trabajo del hogar es una actividad que crea valor agregado y
produce riqueza y bienestar, por lo tanto las Amas de Casa tienen derecho a los beneficios de
una pensión digna y el Estado a procurársela.
46.- La Familia debe procurar atención a sus adultos mayores, como orientadores para los
nuevos miembros del grupo familiar. El Estado está en la obligación de apoyarlos para
favorecer su calidad de vida y armonía de la unidad familiar.
47.- Los Hogares tienen el derecho al reconocimiento social por parte del Estado, el
soporte institucional para ayudar en la formación de los hijos, la asistencia profesional para
esclarecer las dificultades de la convivencia y el apoyo material para el mantenimiento y
consolidación de la familia como unidad básica de la sociedad.
TITULO II
DERECHOS COMUNITARIOS
CAPITULO I
Derecho a la Identidad Político Territorial
48.- Las nuevas fronteras de los Derechos Sociales han avanzado hasta la identificación
del Sujeto Colectivo como actor protagónico del ejercicio de la democracia. Los Estados
reconocerán la legitimidad de las comunidades definidas por su ethos cultural, su
asentamiento espacial y sus requerimientos, como parte activa de las relaciones jurídicas
institucionales para el diseño, aplicación, seguimiento y evaluación de las políticas públicas y
privadas..
49.- Los ciudadanos y ciudadanas tienen derecho a organizarse como Comunidades para
hacer peticiones públicas y los Estados tienen el deber de reconocerlos como actores
colectivos sujetos de derechos. Para ello, las instancias legislativas formularán los
instrumentos jurídicos que recojan la diversidad organizativa y los alcances de su auto
representación ante los organismos públicos, en términos de igualdad de oportunidades para
la consecución de sus objetivos comunitarios.
50.- Las Comunidades locales tienen derecho a organizarse en redes sociales complejas,
para abarcar nuevos espacios de articulación y fomento de sus identidades colectivas. El
Estado está en el deber de facilitar la organización social desde la base de las relaciones
comunitarias, en procura de nuevos sustentos para la legitimación política, económica y
cultural que favorezcan la superación de la pobreza.
51.- Las Comunidades y/o movimientos sociales comunitarios, de empresas, laborales,
étnicos, erarios o de género, tienen derecho a la pertenencia y membresía social que les
reconozca el poder necesario para la participación y toma de decisiones, en las instancias
democráticamente constituidas.
CAPITULO II
Derechos a la Propiedad del Suelo como Patrimonio Colectivo
52.- Para la realización de proyectos de desarrollo que implique la intervención física de los
espacios comunitarios, deberá realizarse la consulta a las comunidades afectadas, previa
información exhaustiva de los impactos positivos o negativos, que pudieran derivarse de los
referidos proyectos.
53.- Las Comunidades que sean afectadas tendrán el derecho de exigir reparaciones
pecuniarias, restitución territorial, recuperación ambiental, restablecimiento habitacional y
asentamiento en caso de daños mayores o redefinición de los espacios habitables.
54.- Los Estados se comprometen a incrementar la vigilancia de las fronteras y puestos de
embarque y desembarque para impedir la extracción ilegal de flora, fauna y materias primas,
que forman parte del patrimonio colectivo de las comunidades y que no hayan sido objeto de
tratados normativos, sancionados nacionalmente, como parte de intercambio comercial
internacional.
55.- Las Comunidades tienen derecho a oponerse a la instalación de agencias, firmas o
negocios públicos o privados, que constituyan una amenaza a sus recursos de biodiversidad,
sus recursos naturales tradicionales o a cualquier otro componente vital de su existencia
colectiva.
56.- El Estado deberá preservar la propiedad comunitaria sobre los recursos naturales
tradicionales. Conjuntamente, Estado y Comunidades, se levantará el inventario de estos
recursos como forma de garantizar su posesión.
CAPITULO III
Derecho a la Organización y
Participación Pública
57.- Las comunidades tienen derecho a organizarse y participar en la definición, ejecución
y fiscalización de las políticas públicas, especialmente en aquellos aspectos que les atañen
directamente. El Estado está en la obligación de auspiciar la participación como mecanismo
pleno y efectivo de legitimación democrática y los órganos del poder público a nivel local,
regional y nacional, estarán a su disposición para atender y resolver sus demandas.
58.- Las Comunidades tienen derecho a presentar proyectos e iniciativas de carácter
legislativo ante los organismos competentes, de acuerdo a las leyes vigentes en cada país. El
Estado está en el deber de atender y responder a las solicitudes formuladas por las
comunidades en plazos prudentes y según el estado de necesidad de los proponentes.
59.- Las Comunidades tienen derecho a ejercer mecanismos democráticos de lucha,
realizar manifestaciones públicas, dirigir peticiones a través de los medios de comunicación,
abrir sus propios espacios de discusión y en general, todas las garantías y derechos civiles y
políticos establecidos para los ciudadanos en sus respectivos marcos constitucionales.
60.- Las Comunidades tendrán la primera línea de corresponsabilidad en la vigilancia de
todos los Derechos Humanos. Al efecto, los Estados propiciarán la creación de mecanismos
expeditos, activados desde las comunidades, para dar cuenta de la eventual violación de los
Derechos Humanos y a la vez, ordenarán las acciones dirigidas a detener los procesos
violatorios y/o suspender a los funcionarios u organismos (públicos u organizaciones privadas)
implicados en estos hechos, previo los requisitos de ley.
61.- Las Comunidades tienen derecho a acudir ante los organismos internacionales, como
recursos de alzada, para dirimir cuestiones relativas a sus derechos humanos y comunitarios o
derechos constitucionales que hayan sido desacatados o no resueltos por los sistemas
nacionales de justicia, de acuerdo a los Tratados Internacionales sobre la materia luego de
haber agotado las instancias internas.
TITULO III
DERECHOS ECONOMICOS
CAPITULO I
Derechos Económicos Generales
62.- Los Pueblos de América tienen el derecho a superar las condiciones de pobreza y
mantener niveles de vida sostenibles, por encima de la línea de pobreza establecida para
cada nación en particular. Los Estados establecerán políticas públicas que permitan vincular el
desarrollo económico a las exigencias de la calidad de vida de la población, para garantizar el
desarrollo humano integral.
63.- Los Estados auspiciarán la promoción de tecnologías adecuadas en función de un
desarrollo económico sostenible, que genere nuevas y equitativas oportunidades de inclusión
social y superación de la pobreza.
64.- Los Pueblos de América tienen el derecho al disfrute de la productividad vinculada al
desarrollo tecnológico en el escenario internacional. Para ello, una parte significativa del valor
agregado de nuestras exportaciones, debe revertirse en programas de atención social.
65.- Los ciudadanos y ciudadanas tienen derecho a organizarse y promover diferentes
emprendimientos para la generación de bienes y servicios. Los Estados están en la obligación
de reconocer su existencia, promover su fortalecimiento financiero y técnico y facilitar los
espacios de intercambio que dinamicen todos los sectores de la economía.
66.- Los ciudadanos y ciudadanas tienen derecho a desarrollar libremente formas de
trabajo dignas y decentes, donde se exprese su creatividad, su esfuerzo y energía
productivas, su vocación y al mismo tiempo, garantizar un ingreso económico que le permita
desarrollarse integralmente como persona. El Estado debe reconocer a los actores de la
economía informal, como sujetos de derechos que realizan una actividad que apoya el
desenvolvimiento de la economía formal, por lo tanto, debe dotarlos de protección social y
asistencia financiera, procurando que salgan de sus condición de informalidad lo más pronto
posible.
67.- Los Pueblos tienen derecho a recibir remesas enviadas por miembros de la familia,
desde otros países. Los Estados acordarán mediante mecanismos de entendimiento
internacional, las condiciones en las cuales estas remesas se harán efectivas, con reducción
progresiva de los costos de envío.
68.- Todos los ciudadanos y ciudadanas tienen derecho a la participación equitativa en los
beneficios sociales derivados de la aplicación de nuevas tecnologías de producción, en
términos de mejoras sustanciales de sus ingresos y calidad de vida, transparencia financiera
de los organismos de gestión pública y su efectividad traducida en servicios de calidad.
69.- Los empleadores están en la obligación de aportar un mínimo del 5% de sus ingresos
totales a la promoción de nuevos empleos, y a la formación y capacitación de sus trabajadores
y trabajadoras.
70.- Las empresas estarán obligadas a reconocer a sus trabajadores y trabajadoras la
valoración en términos económicos de los aportes que, por concepto de innovaciones,
creatividad y minimización de riesgos, produzcan reducciones en materias de costos y/o
incrementos de la productividad.
CAPITULO II
Derechos Económicos Comunitarios
71.- Las Comunidades organizadas como Personas Jurídicas podrán promover unidades
de producción de bienes y servicios y tendrán derecho a solicitar y obtener del Estado u
organismos no gubernamentales, asistencia técnica y financiera, formación de recursos
humanos, información, protección jurídica y certificaciones de calidad para la colocación de
sus productos.
72.- Los Estados ofrecerán a las Comunidades la asistencia técnica requerida para la
administración efectiva de los recursos productivos. Las Comunidades estarán en la obligación
de mantener al día sus informes administrativos, económicos y financieros necesarios para la
evaluación del desempeño organizacional, bajo el principio de transparencia y rendición de
cuentas a la comunidad y a los organismos comprometidos en la asistencia.
73.- La atención a las Comunidades por parte del Estado requiere de éste la radicación
administrativa de los servicios públicos. Especialmente en lo relacionado con Salud,
Educación, Identificación, Protección Policial, Registros Civiles y Mercantiles, Administración
de Justicia y Defensa Civil. Las Comunidades tendrán corresponsabilidad en el mantenimiento
y buenas prácticas administrativas de estos servicios estatales.
TITULO IV
DERECHOS CULTURALES
CAPITULO I
Derecho a la Identidad Cultural
74.- Todos los Pueblos tienen derecho a participar activamente en la diversidad cultural
que es patrimonio de la Humanidad. Para ello, los Estados deben promover el fortalecimiento
de las identidades culturales de los Pueblos expresada en hábitos, costumbres, idioma,
creencias, significaciones, representaciones, valores éticos, creatividad, sentido de
pertenencia grupal, territorial, nacional y humanística y el ejercicio de todos los derechos
consagrados como fundamentos de la vida humana.
75.- Todos los Pueblos tienen derecho a un nombre propio, al registro histórico de sus
ascendientes originarios, la diferenciación étnica, caracterización propia, reconocimiento de su
idioma, recursos tradicionales, identificación territorial y registro oficial por parte del Estado.
76.- Todas las culturas poseen igual relevancia legal y social. Ningún Pueblo podrá ser
rebautizado, reasentado o asimilado a otra cultura, sin que la iniciativa de tales cambios
provengan de las decisiones colectivas tomadas en el seno de las propias comunidades, en
libre ejercicio de sus derechos civiles y políticos, con salvaguarda de la totalidad de los
derechos humanos consagrados en las diferentes legislaciones nacionales e internacionales.
77.- Los Estados considerarán los perfiles culturales de las comunidades, como una
instancia necesaria para el diseño de políticas públicas focalizadas, como garantía de respeto
y dignificación histórica del esfuerzo colectivo acumulado por generaciones.
78.- Las Comunidades tienen derecho a preservar su identidad histórica y cultural, su
arraigo territorial y su especificidad social como ciudadanos que alimentan la diversidad
humana, como un valor superior inalienable. Los Estados garantizarán la
mul ticul turalidad, favorecerán todos los canales de expresión requeridos y
fortalecerán la integración de los pueblos, tal como el los la dibujan, en pleno
ejercicio de los valores democráticos.
CAPITULO II
Derecho a la Cultura Universal
79.- Todos los pueblos tienen derecho a acceder al conocimiento y la información generada
en cualquier país del mundo. Para garantizar este derecho, los Estados están en el deber de
reconocer las singularidades lingüísticas de los idiomas vivos entre sus pobladores, las cuales
deberán reflejarse en los medios de comunicación, publicaciones institucionales
especialmente las educativas, formulación de proyectos, documentos nacionales e
internacionales, tratados, redes informáticas y, en cualquier circunstancia que facilite el acceso
al conocimiento, mediante la traducción simultánea, ediciones impresas, electrónicas y
audiovisuales de los contenidos científicos, culturales y humanísticos en los múltiples idiomas
que constituyen el patrimonio cultural de cada país.
80.- El derecho a la diversidad cultural es garantía de pervivencia humana. En
consecuencia, todos los pueblos tienen derecho a defenderse de cualquier forma cultural que
pretenda sustituir sus valores, cosmovisiones, idioma, usos y costumbres o de imponer
modelos sociales, científicos, técnicos o políticos que destruyan la unidad nacional, su
particularidad cultural, su patrimonio biogenético, sus recursos tradicionales o su derecho al
desarrollo.
81.- Todos los Pueblos tienen derecho a la restitución de su patrimonio cultural
irremplazable, obras de arte y bienes culturales, que hayan sido extraídos forzadamente o
bajo engaño. Los Estados están en la obligación de perseguir la propiedad ilícita de los bienes
culturales.
82.- Los Pueblos tienen derecho al acceso a la cultura universal. En consecuencia, los
Estados velarán para que todos los medios culturales, científicos y técnicos, incluyendo las
nuevas tecnologías, estén disponibles en forma pública, gratuita y de calidad para garantizar a
los Pueblos el derecho a participar en la creación cultural colectiva de la humanidad.
83.- Las creaciones artísticas son patrimonio de los Pueblos. Los Estados velarán para que
se garantice la propiedad colectiva, institucional o individual de las creaciones artísticas y
fomentará los apoyos financieros para promover su, revitalización y fortalecimiento y el acceso
de todos los ciudadanos y ciudadanas a su conocimiento, valoración, difusión y disfrute, en
condiciones de respeto a los contextos tradicionales o de creación, de los portadores o
creadores respectivos.
CAPITULO III
Derechos de los Creadores Culturales
84.- Las expresiones, manifestaciones y tradiciones culturales reflejan particularidades de
la libertad creativa humana. Los Estados garantizarán la plenitud de esta condición básica y
para ello facilitarán los recursos y apoyos institucionales que atiendan las necesidades
económicas, de seguridad social, de expresión colectiva, sin restricciones a la libertad de
expresión, divergencias de fondo y forma sobre las creaciones de quienes hacen del arte y la
cultura, en cualquier expresión, su oficio de vida.
85.- Los creadores y creadoras populares tienen derecho al reconocimiento público de sus
obras, a la titularidad de las mismas, a la compensación económica específica por cada obra
que produzca e intercambie en el mercado, a la protección y divulgación museística o
patronato cultural, sin discriminación alguna y sin más restricciones que las expresadas por la
voluntad expresa del autor o autora. Quedan a salvo las obras consideradas patrimonio
nacional o comunitario, así decidido por las instancias correspondientes.
CAPITULO IV
De la Ciencia y la Tecnología
86.- La creación científica y tecnológica constituyen una necesidad y un derecho de los
Pueblos. El Estado promoverá la investigación y el desarrollo, en el marco de la libertad de
búsqueda, que atienda prioritariamente a las necesidades nacionales, la preservación de los
recursos y conocimientos tradicionales y el fortalecimiento de la estructura científico-técnica
requerida para salvar las brechas de la inequidad, la pobreza y la exclusión sociales.
87.- Los Pueblos tienen derecho a preservar el carácter público y la propiedad
colectiva de los recursos naturales, renovables y no renovables, que constituyan
patrimonio estratégico nacional. En consecuencia, la investigación y el desarrollo
tecnológico nacionales quedarán bajo la vigilancia del Estado y sólo mediante su
autorización y previa consulta a los ciudadanos, se podrá otorgar l icencias o
concesiones de investigación, descripción o explotación de tales recursos a los
sectores privados extranjeros.
88.- Los Estados estarán comprometidos a proteger y promover las
investigaciones nacionales para el desarrollo endógeno sustentable, que
garantice los derechos comunitarios y cont ribuyan a la superación de la pobreza.
89.- Las comunidades científ icas y culturales serán espacios abiertos a la
pluralidad de conocimientos tradicionales y modernos de origen universal , sin
discriminaciones pol íticas, religiosas, cul turales o étnicas. A ellas deberán
concurrir todos los hacedores de conocimientos en igualdad de derechos, para
const ruir una nueva cultura de participación comunitaria en la generación de
soluciones a los problemas del desarrollo integral de nuestros pueblos.
90.- Los Estados velarán para que los f rutos de las artes, la ciencia y la
tecnología se conviertan en bienes sociales al alcance de todos y por la
aplicación directa de los avances científ icos y tecnológicos y la reorientación de
las políticas públ icas de ciencia y tecnología, en función del desarrollo social.
CAPITULO V
Derecho a la Información
91.- Los Estados garantizarán el respeto a la libertad de expresión e información, sin
censura dentro de los límites propios de un Estado Democrático, así como el efectivo ejercicio
y respeto de los derechos humanos, en particular a lo que concierne a la protección del honor,
vida privada, intimidad, confidencialidad y reputación.
92.- Los Estados regularán el contenido de la difusión y recepción de los mensajes,
estableciendo la responsabilidad social de los anunciantes, los productores y los prestadores
de los servicios de radio, televisión, cine o cualquier otro medio de difusión masiva;
fomentando así los valores democráticos, en consonancia con los deberes, derechos e
intereses de los Pueblos, a los fines de procurar la justicia social, la paz, los derechos
humanos, la cultura, la educación y el desarrollo socio---económico, de conformidad con los
ordenamientos jurídicos de cada Estado.
93.- Los Estados están en el deber de garantizar que las personas con discapacidad
auditiva puedan disfrutar de la difusión de contenidos. Para ello deberán incluirlo dentro de la
legislación interna de cada país, como un derecho obligatorio a ser cumplido por los medios
de telecomunicaciones.
94.- Los Estados garantizarán la difusión de programas a los niños, niñas y adolescentes
que sean de interés social y cultural, dirigidos al desarrollo progresivo y pleno de su
personalidad, actitudes y capacidad mental y física, el respeto a los derechos humanos, a la
familia, a la identidad cultural, para asumir una vida responsable en libertad y a formar de
manera adecuada conciencia de solidaridad humana y social. Del mismo modo, los Estados
garantizarán que los medios de difusión contribuyan a la formación ciudadana.
95.- Los Estados promoverán acciones que tiendan a la participación activa de las
comunidades, para la consolidación de la industria de la producción independiente, de las
radios, emisoras comunitarias o educativas y demás medios de comunicación alternativos.
96.- Los Estados pondrán en práctica una estrategia comunicacional, que constituya
matrices de opinión publica que identifiquen las necesidades de nuestros Pueblos, y que
fortalezca los procesos de cambio que se van dando en la región.
CAPÍTULO VI
Derecho al Deporte, el Tiempo Libre
y el Esparcimiento
97.- Toda persona tiene derecho al esparcimiento y recreación, a la práctica del deporte y
al aprovechamiento del tiempo libre, en procura de su bienestar físico y espiritual.
98.- El deporte es un derecho social y actividad esencial, que coadyuva en la formación
integral de las personas, en lo físico, intelectual, moral y social a través del desarrollo,
mejoramiento y conservación de sus cualidades físicas y morales.
99.- Los Estados promoverán la práctica deportiva, sin discriminaciones, salvo las
limitaciones individuales, las que establezcan los ordenamientos jurídicos en resguardo de la
salud y las provenientes de patrones culturales de los Pueblos.
100.- Es de utilidad social la promoción, el desarrollo y la práctica de la educación física y
el deporte. Para ello los Estados fomentarán la construcción, dotación, mantenimiento y
protección de infraestructuras que permitan su ejercicio, enseñanza y práctica obligatoria, en
todos los niveles del sistema educativo.
101.- Los Estados llevarán a cabo políticas urbanísticas que integren los espacios verdes y
plazas al disfrute del deporte, la recreación y las celebraciones comunitarias.
102.- Se promoverá la participación de personas con discapacidad en las distintas
prácticas deportivas.
CAPÍTULO VII
Derechos Ambientales
103.- Es un derecho y un deber de cada generación, proteger y mantener el ambiente en
beneficio de todos los seres vivos y de sus generaciones futuras. Toda persona tiene derecho
individual y colectivamente a disfrutar, de una vida y un ambiente sano.
104.- Las políticas en materia ambiental, deberán tener como objeto prioritario y de interés
social, la conservación del ambiente en su sentido amplio, que incluya el aprovechamiento
sustentable de los recursos naturales, como fuente importante para remediar las urgentes
necesidades sociales y económicas, especialmente de los sectores más vulnerables, así como
su conciliación con el desarrollo endógeno y sustentable.
105.- Los Estados se comprometerán a adoptar y ejecutar las estrategias, planes y
políticas para la conservación del ambiente y de los recursos naturales, en el marco del
desarrollo sustentable, con la participación y protagonismo de los Pueblos.
106.- Los Estados desarrollarán políticas para la ordenación del territorio, atendiendo a las
realidades ecológicas, geográficas, poblacionales, sociales, educativas, científicas,
tecnológicas, de producción, de acervo cultural, económicas y políticas, atendiendo principios
éticos y de acuerdo con las premisas del desarrollo sustentable, que incluya, entre otros,
mecanismos para la información, consulta y participación ciudadana en la toma de decisiones.
107.- Todas las actividades capaces de degradar el ambiente, deben ser sujetas
previamente a evaluaciones de impacto ambiental, las cuales serán realizadas bajo el principio
de corresponsabilidad, a fin de prevenir, evitar, corregir, mitigar o compensar los daños al
ambiente.
108.- Los Estados implementarán las normas ambientales derivadas de los compromisos
internacionales; igualmente elaborarán y adoptarán otras, que se estimen convenientes en el
contexto intraregional, para garantizar que la integración económica de la región se realice de
manera ambientalmente sustentable.
109.- Los Estados implementarán instrumentos, mecanismos y el establecimiento de
instancias, que contribuyan a la prevención y resolución de conflictos ambientales.
110.- Los Estados adoptarán instrumentos jurídicos, que establezcan la obligación de los
responsables material e intelectual, nacionales o trasnacionales, generadores de daños
ambientales, en cuanto a la ejecución de medidas para el restablecimiento de las condiciones
del ambiente alterado, al resarcimiento por los impactos sociales que de ello se deriven, y a la
imposición de las sanciones a que hubiere lugar.
111.- Los Estados fomentarán la participación ciudadana, en la conservación del ambiente
y el uso sustentable de los recursos naturales. Así mismo apoyarán el desarrollo de procesos
de autogestión o cogestión, enmarcados en la responsabilidad compartida, pero diferenciada y
comprometida con la protección del ambiente.
112.- Los Estados generarán tecnologías alternativas, apropiadas y apropiables para la
producción de bienes y servicios, que logren minimizar los impactos negativos que se efectúen
en el ambiente, y se comprometen al intercambio de conocimientos, tecnologías y
metodologías ambientales, que permitan armonizar criterios y crear capacidades compartidas.
113.- Los Estados promoverán el manejo integral de las cuencas hidrográficas, como
recurso para el desarrollo ambientalmente sustentable y la calidad de vida de los Pueblos.
114.- Los Estados desarrollarán instrumentos dirigidos a la valoración integral de los
recursos naturales, de forma compartida con las comunidades.
115.- Los Estados se comprometen a incrementar la vigilancia de sus fronteras, para
impedir la extracción ilegal de flora, fauna, materias primas y bienes culturales, que forman
parte del patrimonio colectivo de las comunidades y que no hayan sido objeto de tratados
normativos, sancionados nacionalmente, como parte de intercambio comercial internacional.
TÍTULO V
Derechos de los Pueblos Indígenas
116.- Los Estados reconocen la existencia de los Pueblos y Comunidades Indígenas, su
organización social, política y económica, sus culturas, usos y costumbres, idiomas, religiones
y derechos originarios sobre las tierras que ancestralmente ocupan y que son necesarias para
desarrollar y garantizar sus formas de vida. Los Estados con la participación de los Pueblos
Indígenas deberán demarcar y garantizar el derecho a la propiedad colectiva de sus tierras o
territorios según sea el caso, las cuales serán inalienables, imprescriptibles, inembargables e
intransferibles de acuerdo con lo establecido en las legislaciones nacionales.
117.- Los Pueblos Indígenas tienen derecho a mantener y desarrollar su identidad étnica y
cultural, su espiritualidad, sus valores, y sus lugares sagrados y de culto, participando en la
vida económica y social de su país. El Estado fomentará la valoración y difusión de las
manifestaciones culturales de los Pueblos Indígenas.
118.- Se garantiza y protege la propiedad intelectual colectiva de los conocimientos,
tecnologías e innovaciones de los Pueblos Indígenas. Se prohíbe la implementación de los
mecanismos de propiedad intelectual existentes, para la concesión de derechos de
exclusividad sobre los conocimientos tradicionales y ancestrales, los cuales no son del
dominio público.
119.- Los Estados conjuntamente con las comunidades o pueblos indígenas, diseñarán e
implementarán un régimen especial o una norma de armonización que fortalezca la protección
de los conocimientos tradicionales, recursos genéticos, innovaciones y prácticas tradicionales
de las comunidades o pueblos indígenas, conforme a los Convenios Internacionales. Los
Estados deberán respaldar a los Pueblos Indígenas en el ejercicio de la reivindicación de sus
conocimientos colectivos y ante cualquier acción o evento que propicie la apropiación indebida
de los mismos.
120.- Los Pueblos y Comunidades Indígenas tienen derecho a una salud integral y al
reconocimiento legal de su medicina tradicional, práctica y tratamiento, incluyendo la
promoción, desarrollo, prevención y rehabilitación, así como el derecho a mantenerla y
administrarla. Los Estados promoverán los medios necesarios para que los Pueblos y
Comunidades Indígenas logren las condiciones de salud adecuadas.
121.- Todos los ciudadanos y ciudadanas pertenecientes a un Pueblo Indígena tienen
derecho a una educación que respete y desarrolle su identidad cultural, así como a la
educación multilingüe y pluricultural, de acuerdo a sus propias prácticas locales y colectivas.
Los Estados deberán garantizar e implementar los mecanismos necesarios a fin de lograr una
educación que atienda a las prácticas socioeconómicas, valores, tradiciones, espiritualidades,
necesidades y aspiraciones.
122.- Los Pueblos y comunidades Indígenas tiene derecho a decidir y asumir el control de
sus propias organizaciones, formas de vida y prácticas económicas basadas en la
reciprocidad, la solidaridad y el intercambio; su identidad, cultura, derechos, usos y
costumbres, educación, salud, cosmovisión, protección de sus conocimientos ancestrales;
defensa de sus tierras y en general de la gestión cotidiana, de su vida comunitaria dentro de
sus territorios o tierras para fortalecer su identidad cultural.
123.- Los Pueblos Indígenas tienen derecho a servicios de formación en áreas de
conocimientos propios y universales, a participar en la elaboración, ejecución y gestión de
programas específicos de capacitación, servicios de asistencia técnica y financiera que
fortalezcan sus actividades económicas, en el marco de desarrollo endógeno.
124.- Los Pueblos Indígenas tienen derecho a mantener y promover sus propias prácticas
económicas basadas en la reciprocidad, en la solidaridad y el intercambio, sus actividades
productivas tradicionales, su participación en la economía Nacional y a definir sus prioridades.
125.- Los Estados proveerán los recursos necesarios a los
Pueblos Indígenas para que diseñen y construyan sus viviendas de acuerdo a sus propias
culturas y hábitat.
126.- Los Estados garantizarán la participación y representación indígena en los Poderes
Públicos, de conformidad a sus usos, costumbres y leyes vigentes
127.- El aprovechamiento de los recursos naturales por parte de los Estados, se hará sin
lesionar la integridad cultural y social de los Pueblos y Comunidades Indígenas.
Los Pueblos y Comunidades Indígenas tienen derecho a participar en la utilización,
administración y conservación de los recursos naturales existentes en sus tierras o territorios,
así como en los beneficios del aprovechamiento y explotación de los mismos, de conformidad
a la legislación interna de cada Estado. Igualmente, percibirán una indemnización equitativa
por cualquier daño que pueda sufrir como resultado de tales actividades.
128.- Los Estados deben garantizar a los Pueblos y Comunidades Indígenas el derecho a
la información y consulta, previo a la ejecución de cualquier actividad susceptible de afectar
directa o indirectamente la vida de los Pueblos, debiendo realizarse de buena fe tomando en
cuenta los idiomas, espiritualidad, respetando la organización propia, las autoridades legítimas
y criterios de comunicación e información de los Pueblos y Comunidades involucrados. La
decisión tomada por los Pueblos y Comunidades Indígenas con ocasión de la consulta será de
carácter vinculante.
129.- Los Estados se comprometen a garantizar el ejercicio de los derechos de los Pueblos
Indígenas contenidos en la presente Carta, así como en otros instrumentos internacionales
que le sean más favorables.
Publicado:
Comite Distrital de Villa El Salvador
Partido Socialista Revolucionario
MARIATEGUI Y LA REVOLUCION SOCIALISTA
MARIÁTEGUI Y LA REVOLUCIÓN
SOCIALISTA
Por Gustavo Pérez Hinojosa
No ha trascendido mucho, pues casi ningún texto lo señala, la obvia diferencia entre la Revolución para América Latina planteada por el VI Congreso de la Internacional Comunista, la revoluciuón nacional democrática (anti imperialista y anti feudal), y la propuesta por Mariátegui, que era la Revolución Socialista.
No ha trascendido mucho, pues casi ningún texto lo señala, la obvia diferencia entre la Revolución para América Latina (incluidos los países con predominio de relaciones feudal-medievales o relaciones de "modo asiático de producción"), planteada por el VI Congreso de la Internacional Comunista, la misma que centralmente debía luchar contra el feudalismo y las formas precapitalistas de explotación y por el desarrollo consecuente de la revolución agraria por un lado, y contra el imperialismo extranjero y por la independencia nacional, por el otro (cuya transición a la dictadura del proletariado era posible, por regla general, solamente a través de una serie de etapas preparatorias, como resultado de todo un periodo de transformación de la revolución democrático-burguesa en revolución socialista); y la planteada por Mariátegui, que era la Revolución Socialista.
Esta última afirmación, que ha sido puesta en duda por mas de uno de los Partidos que, en el Perú, se reclaman "herederos del Partido de Mariátegui", fue claramente establecida por éste, señalando " La revolución latinoamericana, será nada y más y nada menos que una etapa, una fase de la revolución mundial. Será simple y puramente, la revolución socialista. A esta palabra agregad, según los casos, todos los adjetivos que queráis : "antiimperialista", "agrarista", "nacionalista-revolucionaria". El socialismo los supone, los antecede, los abarca todos", añadiendo "No queremos, ciertamente que el socialismo sea en América calco y copia. Debe ser creación heroica. Tenemos que dar vida, con nuestra propia realidad, en nuestro propio lenguaje, al socialismo indo-americano " ("Aniversario y Balance", Septiembre de 1928), se reafirma mas tarde, en la parte final de su Tesis enviada a la I Conferencia Comunista latinoamericana, señalando, "somos antiimperialistas porque somos marxistas, porque somos revolucionarios, porque oponemos al capitalismo el socialismo como sistema antagónico, llamado a sucederlo, porque en la lucha contra los imperialistas extranjeros cumplimos nuestros deberes de solidaridad con las masas revolucionarias de Europa " ("Punto de vista antiimperialista", Mayo de 1929), y se repite en la nota "Del autor", que éste preparó y envió como información sobre su propia actividad política, precisando que " Prepara actualmente un libro sobre política e ideología peruana, que será la exposición de sus puntos de vista sobre la Revolución Socialista en el Perú y la crítica del desenvolvimiento político y social del país, y bajo este aspecto la continuación de la obra cuyos primeros jalones son los 7 Ensayos, "…(en "Ideología y Política", pag.15). Con ello simplemente “daba cuerpo” al grito que lanzara en la Fiesta de la Planta en Vitarte, el 12/02/1928, y recogiera la revista “Amauta” N 12, pag.20 : “¡Viva el Socialismo!. ¡Viva Vitarte! ¡Viva la Revolución Socialista!”
Mariátegui incluso se adelanta a señalar que el suceso de la Revolución Socialista en un país semifeudal y semicolonial “no presupone el cumplimiento perfecto y exacto de la etapa económica liberal, según un itinerario universal”…”que es muy posible que el destino del socialismo en el Perú sea en parte el de realizar, según el ritmo histórico a que se acompase, ciertas tareas teóricamente capitalistas " ("Respuesta al Cuestionario Nº 4 del Seminario de Cultura Peruana", Revista "La Sierra", en "Ideología y Política", pags.263 a 273), que “la función del socialismo en el gobierno de la nación, según la hora y el compás histórico a que tenga que ajustarse, será en gran parte la de realizar”….”las posibilidades históricamente vitales todavía del capitalismo- en el sentido que convenga a los intereses del progreso social" (" La Organización del proletariado", Ediciones "Bandera Roja", 1967, pag.180), que toca al socialismo la empresa de “la liquidación de la feudalidad” (Ideología y Política", pag.188). Que " El socialismo encuentra, lo mismo en la subsistencia de la comunidades que en las grandes empresas agrícolas, los elementos de una solución socialista de la cuestión agraria,"… Acta de Constitución del Partido Socialista, Octubre de 1928), pues "Las "comunidades"…..”representan un factor natural de socialización de la tierra" ("El Problema de las razas en América Latina", Junio de 1929).
¿En que se basaba Mariátegui para este planteamiento, distinto al del VI Congreso de la Internacional Comunista y llevada a la I Conferencia Comunista Latinoamericana?.
Tal y como anota Miguel Aragón y desarrollan Ernesto Yépez del Castillo y Baltazar Caravedo Molinari, entre otros, una ubicación histórica de los trabajos de Mariátegui, evidencian que a diferencia de Haya de la Torre, éste constató que el ascenso al poder de Augusto B. Leguía, en su segundo periodo, significó el desplazamiento de la oligarquía exportadora, representada por el Civilismo, y su reemplazo por una alianza de intereses, entre la burguesía, la pequeña burguesía improductiva (sectores medios) y el imperialismo yanqui, cuya penetración en nuestra economía, aún desplazando al imperialismo inglés, profundizó nuestra dependencia.
Se trataba pues ya, de la burguesía en el Poder, con lo cual la etapa democrático-burguesa se cumplió, no en la forma revolucionaria que hubiese sido deseable (a este respecto ver V.I.Lenin. “Apreciación del momento”, Abril de 1917”) sino con el desplazamiento de la alianza de la aristocracia terrateniente y el imperialismo inglés, frente a lo cual, pese al carácter de la sociedad, correspondía ya la Revolución Socialista, pues la aristocracia terrateniente había dejado de ser un blanco principal para la Revolución (amén de que la estrategia de la Revolución Democrática del nuevo tipo incluía como aliados a sectores de la burguesía nacional y la pequeña burguesía).
Esto equivalía a una simple constatación histórica, que hacen tanto, Ernesto Yepez del Castillo " Leguía si bien en lo fundamental no alteró la riqueza y privilegio de las clases dominantes, significó en cambio el desplazamiento definitivo de la fracción hegemónica civilista de las instancias más altas del poder político " "Un siglo de desarrollo capitalista" , IEP, Campodónico Ediciones S.A., pag.283), como Baltazar Caravedo Molinari : "Todas las fuerzas sociales no vinculadas al sector agrario exportador y terrateniente estuvieron objetivamente entrelazadas en una lucha anticivilista, que Leguía supo utilizar para asumir el poder. Propósito para el que también aprovechó los conflictos entre los capitales norteamericanos e inglés dentro del país. A los primeros les interesaba desplazar del poder a los ciclistas, para lograr mejores condiciones políticas. Leguía se convirtió así en el hombre que abrió el camino al capital norteamericano y a la industria nativa " ("Burguesía e industria en el Perú 1933-1945", IEP, 1976, pags.37 y 38); como de la lectura de Manuel Burga y Alberto Flores Galindo "La vieja casta civilista fue despojada del poder político manteniendo intactas sus bases económicas ". …"Leguía se apoyó en los sectores medios, en los medianos propietarios y más aún desplegó una intensa actividad para romper con la preponderancia de las viejas castas de terratenientes en el campo sin afectar la estructura económica imperante "…y "Sus planes políticos, en los primeros años, estuvieron dirigidos a quitar el poder político a la viejas castas dominantes : oligarquía costeña y gamonalismo andino. Paralelamente desarrolló un ambicioso programa (burocracia, obras públicas e irrigaciones) destinado a crear una clase media adicta y obsecuente. Para lograr esto tuvo que entregar el país a la influencia omnímoda del imperialismo norteamericano " ("Apogeo y Crisis de la República aristocrática" , Rikchay Perú, Febrero de 1980, pags. 133,134 y 140), y Julio Cotler …"la burguesía nacional, de la que Leguía era su más lúcido representante, procuraba ampliar, profundizar y centralizar el aparato estatal a fin de lograr la hegemonía política. Con ello, los terratenientes dejarían de significar un obstáculo político a su desarrollo y la burguesía se convertiría en el único interlocutor valedero del capital imperialista con capacidad para negociar su asociación dependiente ", y "el país experimentaba un proceso de transformación social, fundado en la consolidación del capitalismo y la realización de la hegemonía política de la burguesía nativa asociada con el capitalismo imperialista ,"…("Clases, Estado y Nación en el Perú", IEP, Julio del 2005, Pags.178 y 210).
Fallecido Mariátegui, y tomada la dirección del Partido por Eudocio Rabines, el nuevo Partido Comunista del Perú, haría suya la posición del VI Congreso de la Internacional Comunista sobre la Revolución en América Latina, que era que, en los países coloniales y semicoloniales, con desarrollo económico muy restringido, con un proletariado poco numeroso e incapaz de ser la fuerza motriz de la revolución, pese al apoyo del campesinado, la revolución democrático burguesa constituía su tarea inmediata, sin perder de vista que la cuestión básica era la emancipación nacional, y su tarea fundamental en el campo interno, la revolución agraria, la misma que debía llevarse a cabo a través de la conquista de la hegemonía por el proletariado, por ser la burguesía nacional en estos países, o muy débil o vinculada a los terratenientes y al imperialismo; posición que se calcaba sobre la rica experiencia de la Revolución Democrática Rusa de 1905 y sobre la de la Revolución China, llevada a cabo por el Partido Comunista mas grande del mundo colonial y semicolonial.
Esta fue la tesis que la I Conferencia Comunista latinoamericana, convocada por el Secretariado o Buró, Sudamericano, de la Internacional Comunista, trajo al evento, y que encontró diferencias (ya habían asomado éstas con motivo del Congreso constituyente de la Confederación Sindical Latinoamericana, efectuado en Montevideo, en Mayo de 1929) con las posiciones traídas a éste por la delegación del Partido Socialista del Perú, integrada por Julio C. Portocarrero y Hugo Pesce.
MAO Y LA INFLUENCIA DE LA REVOLUCIÓN CHINA :
Como el propio Mao Ze Dong explica, la China se había convertido en un país colonial, semicolonial y semifeudal, desde que el imperialismo japonés inició la invasión armada del país, lo cual implicaba que los blancos principales concretos de la Revolución en ese momento eran el imperialismo japonés y los colaboracionistas chinos terratenientes feudales, y en consecuencia el carácter de la Revolución China de ese entonces era Democrático-Burgués de nuevo tipo, siendo sus principales tareas ; realizar una revolución nacional para acabar con la opresión extranjera del imperialismo y una revolución democrática para terminar con la opresión interior de los terratenientes feudales (y no contra el capitalismo y la propiedad privada), siendo de ellas la mas importante, la revolución nacional para derrocar al imperialismo, tareas interrelacionadas entre sí, constituyendo en consecuencia una Revolución Nacional Democrática, que integraría incluso por periodos a la burguesía nacional. Revolución que por un lado desbrozaría el camino del capitalismo y por otro crearía las premisas para el socialismo; en resumen, dos etapas o procesos revolucionarios cualitativamente distintos, el de la Revolución Democrática y el de la Revolución Socialista, el primero de los cuales sería la preparación necesaria para el segundo (a cuyo cumplimiento solo se podría pasar después de consumado el primero) y el segundo la dirección inevitable para el desarrollo del primero (Ver Mao Ze Dong : " La Revolución China y el PC de China" y "Sobre la nueva democracia", Obras Escogidas Tomo III).
Como plantea Mao Ze Dong, el carácter de la Revolución, conforme al carácter de la sociedad china : " A partir de la Guerra del Opio de 1840, China se ha transformado paso a paso en un país semicolonial y semifeudal. Y, más aún, después del Incidente del 18 de Septiembre de 1931, cuando el imperialismo japonés inició la invasión armada de China, ésta se ha convertido en un país colonial, semicolonial y semifeudal " ("La Revolución China y el Partido Comunista de China", Obras Escogidas Tomo II, Pags.319 y 320) y luego añade : "los principales enemigos de la revolución china en la presente etapa son el imperialismo y la clase terrateniente feudal, ¿Cuáles son las tareas de la revolución en dicha etapa? "….."realizar una revolución nacional para acabar con la opresión y una revolución democrática para terminar con la opresión interior de los terratenientes feudales; de estas tareas, la primordial es la revolución nacional para derrocar al imperialismo" (Obra Citada, pags. 320 y 33'). Esta línea se reforzaría aún mas tras el destacado papel jugado por el PCCH en la polémica internacional con el PCUS.
No obstante, ese no sería el único "foco" de influencia de una Revolución "importada".
HAYA Y LA REVOLUCIÓN NACIONAL DEMOCRÁTICA :
Víctor Raúl Haya de la Torre, producto de su deportación, inicia un viaje por Centroamérica y México, entre 1923 y 1928 aproximadamente. Son precisamente los años del denominado "corolario Rooselvet" de la Doctrina del Destino Manifiesto yanqui de Jefferson y Monroe, en que Estados Unidos continúa una política de ocupación militar colonial, iniciada so pretexto de la Guerra Hispano-Americana, desde 1898, que lo llevara a "crear Panamá", invadir Santo Domingo, Nicaragua, Honduras, Costa Rica, Haití, Filipinas, etc., y mas precisamente los años de heroica lucha armada antiimperialista de César Augusto Sandino por la liberación nacional de Nicaragua.
Haya de la Torre constatará " El progresivo sometimiento económico de nuestros países al imperialismo deviene sometimiento político, pérdida de la soberanía nacional, invasiones armadas de los soldados y marineros del imperialismo, compra de caudillos criollos, etc. Panamá, Nicaragua, Cuba, Santo Domingo, Haití son verdaderas colonias o protectorados yanquis como consecuencia de la "política de penetración" del imperialismo " ("El antiimperialismo y el APRA", Ediciones Ercilla, Santiago, 1936, pags. 4 y 5), añadiendo "Dentro del sistema capitalista y de acuerdo con la dialéctica de su proceso histórico, la América Latina devendrá seguramente una colonia yanqui" (Obra citada, pag.7), y conforme a lo que sucedía en Centro América trazará su estrategia : "El peligro mayor para nuestros pueblos es el imperialismo. El amenaza no sólo como fuerza explotadora, sino como fuerza conquistadora. Hay pues, en el fenómeno imperialista con el hecho económico de toda explotación, el hecho político de una opresión de carácter nacional " y planteará "Sostenemos, pues, que la actual tarea histórica de estos pueblos es la lucha contra el imperialismo. Tarea de nuestro tiempo, de nuestra época, de nuestra etapa de evolución. Ella nos impone subordinar temporalmente todas las otras luchas que resulten de las contradicciones de nuestra realidad social –y que no sean coadyuvantes del imperialismo- a la necesidad de la lucha común " y concluirá "Así es como la lucha contra el imperialismo queda planteada en su verdadero carácter de lucha nacional" (Obra citada, pags. 83 y 84), perfilando los objetivos de la Revolución planteada : "No es posible separar, pues, la lucha contra el imperialismo extranjero de la lucha contra el feudalismo nacional en Indoamérica", " por eso, el contenido social de lucha antiimperialista en Indoamérica es antifeudal" (Obra citada, pags. 148 y 149).
Maniqueísmos políticos de lado, deberemos reconocer que frente a la ocupación militar del imperialismo, como pasaba en la Nicaragua de Sandino (como pasó en el Vietnam, en Argelia, y ocurre actualmente en Afganistán e Irak, etc) y en la China en algún momento, efectivamente el problema nacional pasaba a primer plano y en consecuencia la revolución en tales países devenía en Nacional Democrática o antiimperialista antifeudal, pero que, conforme al análisis concreto de la realidad nacional peruana concreta hecho por Mariátegui no correspondía a la condición SEMICOLONIAL y no colonial, del Perú, el cual no se encontraba ocupado militarmente por el invasor imperialista.
LA ESTRATEGIA Y TAREAS DE LA REVOLUCIÓN NACIONAL DEMOCRÁTICA :
Veamos como plantea Mao Ze Dong, el carácter de la Revolución, conforme al carácter de la sociedad china : " A partir de la Guerra del Opio de 1840, China se ha transformado paso a paso en un país semicolonial y semifeudal. Y, más aún, después del Incidente del 18 de Septiembre de 1931, cuando el imperialismo japonés inició la invasión armada de China, ésta se ha convertido en un país colonial, semicolonial y semifeudal " ("La Revolución China y el Partido Comunista de China", Obras Escogidas Tomo II, Pags.319 y 320) y luego añade : "los principales enemigos de la revolución china en la presente etapa son el imperialismo y la clase terrateniente feudal, ¿Cuáles son las tareas de la revolución en dicha etapa? "….."realizar una revolución nacional para acabar con la opresión y una revolución democrática para terminar con la opresión interior de los terratenientes feudales; de estas tareas, la primordial es la revolución nacional para derrocar al imperialismo" (Obra Citada, pags. 320 y 33')-
Por su parte, Truóng Chinh, miembro relevante del Buró Político del Partido de los Trabajadores de Viet Nam, plantea el carácter de la Revolución, conforme al carácter de la sociedad, de la siguiente manera : "Como señaló nuestro partido, Viet Nam es un país colonial y semifeudal"….." Por eso en Viet Nam tenemos que resolver estas contradicciones fundamentales : Primera : la contradicción entre el pueblo vietnamita y los imperialistas agresores. Segunda : la contradicción entre las abrumadoras masas del pueblo, principalmente el campesinado y la clase terrateniente feudal. La principal contradicción en la que tenemos que concentrar las fuerzas para resolverla es la contradicción entre el pueblo vietnamita, de una parte, y los imperialistas agresores y sus lacayos de otra.
La revolución vietnamita tiene en consecuencia dos tareas : 1. Expulsar a los imperialistas agresores y lograr la independencia nacional (tarea antiimperialista) . 2. Derrocar a la clase terrateniente feudal y hacer la reforma agraria siguiendo la consigna de "tierra a los que la trabajan" (tarea antifeudal) ". (Truóng Chinh. "El marxismo vietnamita", Sigamos el camino trazado por Carlos Marx), pag.41).
Por último, en el caso de Albania, el carácter de la revolución fue asimismo planteado, conforme al carácter de la sociedad : " El objetivo estratégico del Partido para el periodo histórico que el pais atravesaba, fue definido así :
"Combatir por la independencia nacional del pueblo albanés y por un gobierno popular democrático en una Albania libre del fascismo"1
Este objetivo estratégico se basaba en la construcción antagónica principal que existía en aquel entonces en Albania y que reclamaba una rápida solución, para así romper las trabas que impedían el desarrollo social, económico y cultural de la nación : la contradicción entre el pueblo y los invasores fascistas. Existía, al mismo tiempo, otra contradicción : entre las masas populares y las clases explotadoras, mas ésta, en aquel entonces había pasado a segundo plano ".
(Instituto de Estudios Marxista-leninistas adjunto al CC del PTA. "Historia del Partido del Trabajo de Albania", pag.95).
Nótese en estos tres casos, correspondientes a tres destacados históricos Partidos Comunistas, de Trabajadores o del Trabajo, que el carácter primordial Nacional, de la Revolución planteada está ligado a la condición colonial de los tres países, China, Viet Nam y Albania, condición que se antepone, por ello, al carácter democrático, de todas ellas, el mismo que se subordina al carácter Nacional de las mismas. Casos, todos, en los cuales corresponde la lucha por la independencia nacional. A diferencia ellas, las revoluciones en los países semicoloniales y semifeudales, tienen por contradicción principal, la existente entre los terratenientes feudales y las masas populares, principalmente campesinas, pasando la contradicción entre el imperialismo y deviniendo en Revoluciones Democráticas Nacionales, es decir antifeudales y antiimperialistas y el pueblo, a segundo lugar. El confundir el carácter Principal o Secundario de una contradicción o blanco revolucionario, implica un error de análisis que podía llevar a postergar la Revolución en aras de un frente de liberación nacional que incluya a la propia burguesía en el Poder. La condición semicolonial o colonial de un país, implicaba una estrategia diferente, y no puede confundirse una contra otra.
El carácter de la Revolución lo determina el enemigo principal (ojo, digo principal no único) a ser derrocado, a fin de concentrar las fuerzas en cada etapa de la Revolución en esa dirección, por ello si decimos que la Revolución es Nacional Democrática, estaremos señalando que nuestros enemigos principales son el invasor imperialista y los terratenientes feudales, y el mas importante de ellos, el invasor imperialista a quien habrá que echar fuera del territorio. Si por el contrario decimos que nuestra Revolución es Democrático Popular estaremos señalando que nuestros enemigos principales son los terratenientes feudales y el imperialismo, siendo el mas importante de ellos, los terratenientes feudales a quienes habrá que derrocar. Y si decimos que la Revolución es Socialista estaremos señalando que nuestros enemigos principales son la burguesía pro imperialista y el imperialismo, siendo el mas importante de ellos, la burguesía, a quién habrá que derrocar.
Ahora bien, si no existe invasor imperialista en el país y nosotros señalamos que este es el enemigo principal mas importante contra quien hay que concentrar y dirigir nuestras fuerzas, estaremos realmente encubriendo al enemigo principal del pueblo y de la Revolución, igualmente sucederá si no existe la aristocracia terrateniente en el Poder del Estado y nosotros señalamos que éste es el enemigo principal mas importante, estaremos también encubriendo al enemigo principal y propiciando una incorrecta política de alianza y lucha con la burguesía industrial contra un posible "enemigo común". Este último fue precisamente el error que se cometió, desde la muerte de Mariátegui, y hasta viene cometiéndose aún ahora, en el caso del Perú.
No podemos dejar de reconocer la similitud del enfoque revolucionario "exportado" por la Internacional Comunista y dogmática y dócilmente aceptado por el Partido Comunista del Perú tras la muerte del Amauta, y el planteado por Haya de La Torre líneas arriba (al margen de que quien debía conducir dicho proceso para Haya); lo cual ante la débil asimilación del marxismo-leninismo permitió la confusión estratégica en nuestra Patria, ahondada mas tarde, con la copia y aplicación mecánicos del esquema de la Revolución desarrollado para la realidad de China por Mao Ze Dong, repetido por la amplia mayoría de organizaciones que se consideraron revolucionarias (llámense Bandera Roja, patria Roja, Estrella Roja, etc), en el Perú, y llevado a su mas trágica consecuencia por Sendero Luminoso.
Foro Centenario “José Carlos Mariátegui”
En Homenaje al 79º Aniversario de la Creación Heroica de José Carlos Mariategui (07 de Octubre de 1928). Basado en las investigaciones de Miguel Aragón y Rodney Lazo, de la Sección “Socialismo Peruano” del Foro Centenario “José Carlos Mariátegui”.
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Comite Distrital de Villa El Salvador
Partido Socialista Revolucionario
SOCIALISTA
Por Gustavo Pérez Hinojosa
No ha trascendido mucho, pues casi ningún texto lo señala, la obvia diferencia entre la Revolución para América Latina planteada por el VI Congreso de la Internacional Comunista, la revoluciuón nacional democrática (anti imperialista y anti feudal), y la propuesta por Mariátegui, que era la Revolución Socialista.
No ha trascendido mucho, pues casi ningún texto lo señala, la obvia diferencia entre la Revolución para América Latina (incluidos los países con predominio de relaciones feudal-medievales o relaciones de "modo asiático de producción"), planteada por el VI Congreso de la Internacional Comunista, la misma que centralmente debía luchar contra el feudalismo y las formas precapitalistas de explotación y por el desarrollo consecuente de la revolución agraria por un lado, y contra el imperialismo extranjero y por la independencia nacional, por el otro (cuya transición a la dictadura del proletariado era posible, por regla general, solamente a través de una serie de etapas preparatorias, como resultado de todo un periodo de transformación de la revolución democrático-burguesa en revolución socialista); y la planteada por Mariátegui, que era la Revolución Socialista.
Esta última afirmación, que ha sido puesta en duda por mas de uno de los Partidos que, en el Perú, se reclaman "herederos del Partido de Mariátegui", fue claramente establecida por éste, señalando " La revolución latinoamericana, será nada y más y nada menos que una etapa, una fase de la revolución mundial. Será simple y puramente, la revolución socialista. A esta palabra agregad, según los casos, todos los adjetivos que queráis : "antiimperialista", "agrarista", "nacionalista-revolucionaria". El socialismo los supone, los antecede, los abarca todos", añadiendo "No queremos, ciertamente que el socialismo sea en América calco y copia. Debe ser creación heroica. Tenemos que dar vida, con nuestra propia realidad, en nuestro propio lenguaje, al socialismo indo-americano " ("Aniversario y Balance", Septiembre de 1928), se reafirma mas tarde, en la parte final de su Tesis enviada a la I Conferencia Comunista latinoamericana, señalando, "somos antiimperialistas porque somos marxistas, porque somos revolucionarios, porque oponemos al capitalismo el socialismo como sistema antagónico, llamado a sucederlo, porque en la lucha contra los imperialistas extranjeros cumplimos nuestros deberes de solidaridad con las masas revolucionarias de Europa " ("Punto de vista antiimperialista", Mayo de 1929), y se repite en la nota "Del autor", que éste preparó y envió como información sobre su propia actividad política, precisando que " Prepara actualmente un libro sobre política e ideología peruana, que será la exposición de sus puntos de vista sobre la Revolución Socialista en el Perú y la crítica del desenvolvimiento político y social del país, y bajo este aspecto la continuación de la obra cuyos primeros jalones son los 7 Ensayos, "…(en "Ideología y Política", pag.15). Con ello simplemente “daba cuerpo” al grito que lanzara en la Fiesta de la Planta en Vitarte, el 12/02/1928, y recogiera la revista “Amauta” N 12, pag.20 : “¡Viva el Socialismo!. ¡Viva Vitarte! ¡Viva la Revolución Socialista!”
Mariátegui incluso se adelanta a señalar que el suceso de la Revolución Socialista en un país semifeudal y semicolonial “no presupone el cumplimiento perfecto y exacto de la etapa económica liberal, según un itinerario universal”…”que es muy posible que el destino del socialismo en el Perú sea en parte el de realizar, según el ritmo histórico a que se acompase, ciertas tareas teóricamente capitalistas " ("Respuesta al Cuestionario Nº 4 del Seminario de Cultura Peruana", Revista "La Sierra", en "Ideología y Política", pags.263 a 273), que “la función del socialismo en el gobierno de la nación, según la hora y el compás histórico a que tenga que ajustarse, será en gran parte la de realizar”….”las posibilidades históricamente vitales todavía del capitalismo- en el sentido que convenga a los intereses del progreso social" (" La Organización del proletariado", Ediciones "Bandera Roja", 1967, pag.180), que toca al socialismo la empresa de “la liquidación de la feudalidad” (Ideología y Política", pag.188). Que " El socialismo encuentra, lo mismo en la subsistencia de la comunidades que en las grandes empresas agrícolas, los elementos de una solución socialista de la cuestión agraria,"… Acta de Constitución del Partido Socialista, Octubre de 1928), pues "Las "comunidades"…..”representan un factor natural de socialización de la tierra" ("El Problema de las razas en América Latina", Junio de 1929).
¿En que se basaba Mariátegui para este planteamiento, distinto al del VI Congreso de la Internacional Comunista y llevada a la I Conferencia Comunista Latinoamericana?.
Tal y como anota Miguel Aragón y desarrollan Ernesto Yépez del Castillo y Baltazar Caravedo Molinari, entre otros, una ubicación histórica de los trabajos de Mariátegui, evidencian que a diferencia de Haya de la Torre, éste constató que el ascenso al poder de Augusto B. Leguía, en su segundo periodo, significó el desplazamiento de la oligarquía exportadora, representada por el Civilismo, y su reemplazo por una alianza de intereses, entre la burguesía, la pequeña burguesía improductiva (sectores medios) y el imperialismo yanqui, cuya penetración en nuestra economía, aún desplazando al imperialismo inglés, profundizó nuestra dependencia.
Se trataba pues ya, de la burguesía en el Poder, con lo cual la etapa democrático-burguesa se cumplió, no en la forma revolucionaria que hubiese sido deseable (a este respecto ver V.I.Lenin. “Apreciación del momento”, Abril de 1917”) sino con el desplazamiento de la alianza de la aristocracia terrateniente y el imperialismo inglés, frente a lo cual, pese al carácter de la sociedad, correspondía ya la Revolución Socialista, pues la aristocracia terrateniente había dejado de ser un blanco principal para la Revolución (amén de que la estrategia de la Revolución Democrática del nuevo tipo incluía como aliados a sectores de la burguesía nacional y la pequeña burguesía).
Esto equivalía a una simple constatación histórica, que hacen tanto, Ernesto Yepez del Castillo " Leguía si bien en lo fundamental no alteró la riqueza y privilegio de las clases dominantes, significó en cambio el desplazamiento definitivo de la fracción hegemónica civilista de las instancias más altas del poder político " "Un siglo de desarrollo capitalista" , IEP, Campodónico Ediciones S.A., pag.283), como Baltazar Caravedo Molinari : "Todas las fuerzas sociales no vinculadas al sector agrario exportador y terrateniente estuvieron objetivamente entrelazadas en una lucha anticivilista, que Leguía supo utilizar para asumir el poder. Propósito para el que también aprovechó los conflictos entre los capitales norteamericanos e inglés dentro del país. A los primeros les interesaba desplazar del poder a los ciclistas, para lograr mejores condiciones políticas. Leguía se convirtió así en el hombre que abrió el camino al capital norteamericano y a la industria nativa " ("Burguesía e industria en el Perú 1933-1945", IEP, 1976, pags.37 y 38); como de la lectura de Manuel Burga y Alberto Flores Galindo "La vieja casta civilista fue despojada del poder político manteniendo intactas sus bases económicas ". …"Leguía se apoyó en los sectores medios, en los medianos propietarios y más aún desplegó una intensa actividad para romper con la preponderancia de las viejas castas de terratenientes en el campo sin afectar la estructura económica imperante "…y "Sus planes políticos, en los primeros años, estuvieron dirigidos a quitar el poder político a la viejas castas dominantes : oligarquía costeña y gamonalismo andino. Paralelamente desarrolló un ambicioso programa (burocracia, obras públicas e irrigaciones) destinado a crear una clase media adicta y obsecuente. Para lograr esto tuvo que entregar el país a la influencia omnímoda del imperialismo norteamericano " ("Apogeo y Crisis de la República aristocrática" , Rikchay Perú, Febrero de 1980, pags. 133,134 y 140), y Julio Cotler …"la burguesía nacional, de la que Leguía era su más lúcido representante, procuraba ampliar, profundizar y centralizar el aparato estatal a fin de lograr la hegemonía política. Con ello, los terratenientes dejarían de significar un obstáculo político a su desarrollo y la burguesía se convertiría en el único interlocutor valedero del capital imperialista con capacidad para negociar su asociación dependiente ", y "el país experimentaba un proceso de transformación social, fundado en la consolidación del capitalismo y la realización de la hegemonía política de la burguesía nativa asociada con el capitalismo imperialista ,"…("Clases, Estado y Nación en el Perú", IEP, Julio del 2005, Pags.178 y 210).
Fallecido Mariátegui, y tomada la dirección del Partido por Eudocio Rabines, el nuevo Partido Comunista del Perú, haría suya la posición del VI Congreso de la Internacional Comunista sobre la Revolución en América Latina, que era que, en los países coloniales y semicoloniales, con desarrollo económico muy restringido, con un proletariado poco numeroso e incapaz de ser la fuerza motriz de la revolución, pese al apoyo del campesinado, la revolución democrático burguesa constituía su tarea inmediata, sin perder de vista que la cuestión básica era la emancipación nacional, y su tarea fundamental en el campo interno, la revolución agraria, la misma que debía llevarse a cabo a través de la conquista de la hegemonía por el proletariado, por ser la burguesía nacional en estos países, o muy débil o vinculada a los terratenientes y al imperialismo; posición que se calcaba sobre la rica experiencia de la Revolución Democrática Rusa de 1905 y sobre la de la Revolución China, llevada a cabo por el Partido Comunista mas grande del mundo colonial y semicolonial.
Esta fue la tesis que la I Conferencia Comunista latinoamericana, convocada por el Secretariado o Buró, Sudamericano, de la Internacional Comunista, trajo al evento, y que encontró diferencias (ya habían asomado éstas con motivo del Congreso constituyente de la Confederación Sindical Latinoamericana, efectuado en Montevideo, en Mayo de 1929) con las posiciones traídas a éste por la delegación del Partido Socialista del Perú, integrada por Julio C. Portocarrero y Hugo Pesce.
MAO Y LA INFLUENCIA DE LA REVOLUCIÓN CHINA :
Como el propio Mao Ze Dong explica, la China se había convertido en un país colonial, semicolonial y semifeudal, desde que el imperialismo japonés inició la invasión armada del país, lo cual implicaba que los blancos principales concretos de la Revolución en ese momento eran el imperialismo japonés y los colaboracionistas chinos terratenientes feudales, y en consecuencia el carácter de la Revolución China de ese entonces era Democrático-Burgués de nuevo tipo, siendo sus principales tareas ; realizar una revolución nacional para acabar con la opresión extranjera del imperialismo y una revolución democrática para terminar con la opresión interior de los terratenientes feudales (y no contra el capitalismo y la propiedad privada), siendo de ellas la mas importante, la revolución nacional para derrocar al imperialismo, tareas interrelacionadas entre sí, constituyendo en consecuencia una Revolución Nacional Democrática, que integraría incluso por periodos a la burguesía nacional. Revolución que por un lado desbrozaría el camino del capitalismo y por otro crearía las premisas para el socialismo; en resumen, dos etapas o procesos revolucionarios cualitativamente distintos, el de la Revolución Democrática y el de la Revolución Socialista, el primero de los cuales sería la preparación necesaria para el segundo (a cuyo cumplimiento solo se podría pasar después de consumado el primero) y el segundo la dirección inevitable para el desarrollo del primero (Ver Mao Ze Dong : " La Revolución China y el PC de China" y "Sobre la nueva democracia", Obras Escogidas Tomo III).
Como plantea Mao Ze Dong, el carácter de la Revolución, conforme al carácter de la sociedad china : " A partir de la Guerra del Opio de 1840, China se ha transformado paso a paso en un país semicolonial y semifeudal. Y, más aún, después del Incidente del 18 de Septiembre de 1931, cuando el imperialismo japonés inició la invasión armada de China, ésta se ha convertido en un país colonial, semicolonial y semifeudal " ("La Revolución China y el Partido Comunista de China", Obras Escogidas Tomo II, Pags.319 y 320) y luego añade : "los principales enemigos de la revolución china en la presente etapa son el imperialismo y la clase terrateniente feudal, ¿Cuáles son las tareas de la revolución en dicha etapa? "….."realizar una revolución nacional para acabar con la opresión y una revolución democrática para terminar con la opresión interior de los terratenientes feudales; de estas tareas, la primordial es la revolución nacional para derrocar al imperialismo" (Obra Citada, pags. 320 y 33'). Esta línea se reforzaría aún mas tras el destacado papel jugado por el PCCH en la polémica internacional con el PCUS.
No obstante, ese no sería el único "foco" de influencia de una Revolución "importada".
HAYA Y LA REVOLUCIÓN NACIONAL DEMOCRÁTICA :
Víctor Raúl Haya de la Torre, producto de su deportación, inicia un viaje por Centroamérica y México, entre 1923 y 1928 aproximadamente. Son precisamente los años del denominado "corolario Rooselvet" de la Doctrina del Destino Manifiesto yanqui de Jefferson y Monroe, en que Estados Unidos continúa una política de ocupación militar colonial, iniciada so pretexto de la Guerra Hispano-Americana, desde 1898, que lo llevara a "crear Panamá", invadir Santo Domingo, Nicaragua, Honduras, Costa Rica, Haití, Filipinas, etc., y mas precisamente los años de heroica lucha armada antiimperialista de César Augusto Sandino por la liberación nacional de Nicaragua.
Haya de la Torre constatará " El progresivo sometimiento económico de nuestros países al imperialismo deviene sometimiento político, pérdida de la soberanía nacional, invasiones armadas de los soldados y marineros del imperialismo, compra de caudillos criollos, etc. Panamá, Nicaragua, Cuba, Santo Domingo, Haití son verdaderas colonias o protectorados yanquis como consecuencia de la "política de penetración" del imperialismo " ("El antiimperialismo y el APRA", Ediciones Ercilla, Santiago, 1936, pags. 4 y 5), añadiendo "Dentro del sistema capitalista y de acuerdo con la dialéctica de su proceso histórico, la América Latina devendrá seguramente una colonia yanqui" (Obra citada, pag.7), y conforme a lo que sucedía en Centro América trazará su estrategia : "El peligro mayor para nuestros pueblos es el imperialismo. El amenaza no sólo como fuerza explotadora, sino como fuerza conquistadora. Hay pues, en el fenómeno imperialista con el hecho económico de toda explotación, el hecho político de una opresión de carácter nacional " y planteará "Sostenemos, pues, que la actual tarea histórica de estos pueblos es la lucha contra el imperialismo. Tarea de nuestro tiempo, de nuestra época, de nuestra etapa de evolución. Ella nos impone subordinar temporalmente todas las otras luchas que resulten de las contradicciones de nuestra realidad social –y que no sean coadyuvantes del imperialismo- a la necesidad de la lucha común " y concluirá "Así es como la lucha contra el imperialismo queda planteada en su verdadero carácter de lucha nacional" (Obra citada, pags. 83 y 84), perfilando los objetivos de la Revolución planteada : "No es posible separar, pues, la lucha contra el imperialismo extranjero de la lucha contra el feudalismo nacional en Indoamérica", " por eso, el contenido social de lucha antiimperialista en Indoamérica es antifeudal" (Obra citada, pags. 148 y 149).
Maniqueísmos políticos de lado, deberemos reconocer que frente a la ocupación militar del imperialismo, como pasaba en la Nicaragua de Sandino (como pasó en el Vietnam, en Argelia, y ocurre actualmente en Afganistán e Irak, etc) y en la China en algún momento, efectivamente el problema nacional pasaba a primer plano y en consecuencia la revolución en tales países devenía en Nacional Democrática o antiimperialista antifeudal, pero que, conforme al análisis concreto de la realidad nacional peruana concreta hecho por Mariátegui no correspondía a la condición SEMICOLONIAL y no colonial, del Perú, el cual no se encontraba ocupado militarmente por el invasor imperialista.
LA ESTRATEGIA Y TAREAS DE LA REVOLUCIÓN NACIONAL DEMOCRÁTICA :
Veamos como plantea Mao Ze Dong, el carácter de la Revolución, conforme al carácter de la sociedad china : " A partir de la Guerra del Opio de 1840, China se ha transformado paso a paso en un país semicolonial y semifeudal. Y, más aún, después del Incidente del 18 de Septiembre de 1931, cuando el imperialismo japonés inició la invasión armada de China, ésta se ha convertido en un país colonial, semicolonial y semifeudal " ("La Revolución China y el Partido Comunista de China", Obras Escogidas Tomo II, Pags.319 y 320) y luego añade : "los principales enemigos de la revolución china en la presente etapa son el imperialismo y la clase terrateniente feudal, ¿Cuáles son las tareas de la revolución en dicha etapa? "….."realizar una revolución nacional para acabar con la opresión y una revolución democrática para terminar con la opresión interior de los terratenientes feudales; de estas tareas, la primordial es la revolución nacional para derrocar al imperialismo" (Obra Citada, pags. 320 y 33')-
Por su parte, Truóng Chinh, miembro relevante del Buró Político del Partido de los Trabajadores de Viet Nam, plantea el carácter de la Revolución, conforme al carácter de la sociedad, de la siguiente manera : "Como señaló nuestro partido, Viet Nam es un país colonial y semifeudal"….." Por eso en Viet Nam tenemos que resolver estas contradicciones fundamentales : Primera : la contradicción entre el pueblo vietnamita y los imperialistas agresores. Segunda : la contradicción entre las abrumadoras masas del pueblo, principalmente el campesinado y la clase terrateniente feudal. La principal contradicción en la que tenemos que concentrar las fuerzas para resolverla es la contradicción entre el pueblo vietnamita, de una parte, y los imperialistas agresores y sus lacayos de otra.
La revolución vietnamita tiene en consecuencia dos tareas : 1. Expulsar a los imperialistas agresores y lograr la independencia nacional (tarea antiimperialista) . 2. Derrocar a la clase terrateniente feudal y hacer la reforma agraria siguiendo la consigna de "tierra a los que la trabajan" (tarea antifeudal) ". (Truóng Chinh. "El marxismo vietnamita", Sigamos el camino trazado por Carlos Marx), pag.41).
Por último, en el caso de Albania, el carácter de la revolución fue asimismo planteado, conforme al carácter de la sociedad : " El objetivo estratégico del Partido para el periodo histórico que el pais atravesaba, fue definido así :
"Combatir por la independencia nacional del pueblo albanés y por un gobierno popular democrático en una Albania libre del fascismo"1
Este objetivo estratégico se basaba en la construcción antagónica principal que existía en aquel entonces en Albania y que reclamaba una rápida solución, para así romper las trabas que impedían el desarrollo social, económico y cultural de la nación : la contradicción entre el pueblo y los invasores fascistas. Existía, al mismo tiempo, otra contradicción : entre las masas populares y las clases explotadoras, mas ésta, en aquel entonces había pasado a segundo plano ".
(Instituto de Estudios Marxista-leninistas adjunto al CC del PTA. "Historia del Partido del Trabajo de Albania", pag.95).
Nótese en estos tres casos, correspondientes a tres destacados históricos Partidos Comunistas, de Trabajadores o del Trabajo, que el carácter primordial Nacional, de la Revolución planteada está ligado a la condición colonial de los tres países, China, Viet Nam y Albania, condición que se antepone, por ello, al carácter democrático, de todas ellas, el mismo que se subordina al carácter Nacional de las mismas. Casos, todos, en los cuales corresponde la lucha por la independencia nacional. A diferencia ellas, las revoluciones en los países semicoloniales y semifeudales, tienen por contradicción principal, la existente entre los terratenientes feudales y las masas populares, principalmente campesinas, pasando la contradicción entre el imperialismo y deviniendo en Revoluciones Democráticas Nacionales, es decir antifeudales y antiimperialistas y el pueblo, a segundo lugar. El confundir el carácter Principal o Secundario de una contradicción o blanco revolucionario, implica un error de análisis que podía llevar a postergar la Revolución en aras de un frente de liberación nacional que incluya a la propia burguesía en el Poder. La condición semicolonial o colonial de un país, implicaba una estrategia diferente, y no puede confundirse una contra otra.
El carácter de la Revolución lo determina el enemigo principal (ojo, digo principal no único) a ser derrocado, a fin de concentrar las fuerzas en cada etapa de la Revolución en esa dirección, por ello si decimos que la Revolución es Nacional Democrática, estaremos señalando que nuestros enemigos principales son el invasor imperialista y los terratenientes feudales, y el mas importante de ellos, el invasor imperialista a quien habrá que echar fuera del territorio. Si por el contrario decimos que nuestra Revolución es Democrático Popular estaremos señalando que nuestros enemigos principales son los terratenientes feudales y el imperialismo, siendo el mas importante de ellos, los terratenientes feudales a quienes habrá que derrocar. Y si decimos que la Revolución es Socialista estaremos señalando que nuestros enemigos principales son la burguesía pro imperialista y el imperialismo, siendo el mas importante de ellos, la burguesía, a quién habrá que derrocar.
Ahora bien, si no existe invasor imperialista en el país y nosotros señalamos que este es el enemigo principal mas importante contra quien hay que concentrar y dirigir nuestras fuerzas, estaremos realmente encubriendo al enemigo principal del pueblo y de la Revolución, igualmente sucederá si no existe la aristocracia terrateniente en el Poder del Estado y nosotros señalamos que éste es el enemigo principal mas importante, estaremos también encubriendo al enemigo principal y propiciando una incorrecta política de alianza y lucha con la burguesía industrial contra un posible "enemigo común". Este último fue precisamente el error que se cometió, desde la muerte de Mariátegui, y hasta viene cometiéndose aún ahora, en el caso del Perú.
No podemos dejar de reconocer la similitud del enfoque revolucionario "exportado" por la Internacional Comunista y dogmática y dócilmente aceptado por el Partido Comunista del Perú tras la muerte del Amauta, y el planteado por Haya de La Torre líneas arriba (al margen de que quien debía conducir dicho proceso para Haya); lo cual ante la débil asimilación del marxismo-leninismo permitió la confusión estratégica en nuestra Patria, ahondada mas tarde, con la copia y aplicación mecánicos del esquema de la Revolución desarrollado para la realidad de China por Mao Ze Dong, repetido por la amplia mayoría de organizaciones que se consideraron revolucionarias (llámense Bandera Roja, patria Roja, Estrella Roja, etc), en el Perú, y llevado a su mas trágica consecuencia por Sendero Luminoso.
Foro Centenario “José Carlos Mariátegui”
En Homenaje al 79º Aniversario de la Creación Heroica de José Carlos Mariategui (07 de Octubre de 1928). Basado en las investigaciones de Miguel Aragón y Rodney Lazo, de la Sección “Socialismo Peruano” del Foro Centenario “José Carlos Mariátegui”.
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LA CIVILIZACION INCA Y SU MASACRE
PERÚ: LA CIVILIZACIÓN INCA Y SU MASACRE
Por Emir Sader.
"Eran cerca de 6 millones (cuando llegarn los españoles), tenían una de las civilizaciones más avanzadas del mundo en la época. Fueron diezmados. En 5 años estaban reducidos a 1,6 millones, esclavizados."
La guía responde:
—Ya no hay incas, somos todos andinos.
Yo me preguntaba por el destino de los 6 millones de incas que habitaban en Cuzco, la capital del Imperio Inca —cuyo nombre significa, literalmente, «ombligo del mundo»— cuando llegaron los colonizadores españoles.
Eran cerca de 6 millones, tenían una de las civilizaciones más avanzadas del mundo en la época. Fueron diezmados. En 5 años estaban reducidos a 1,6 millones, esclavizados. Todos los que componían la elite —política, religiosa, científica, cultural, militar—, unos 300 mil, fueron liquidados en poco tiempo, cortando las posibilidades de supervivencia de aquella civilización.
Todos los conocimientos que habían acumulado en astronomía, arqueología, culinaria, religión y agricultura fueron liquidados.
Como se sabe, cerca de allí, en Machupichu —«Montaña Vieja»—, los incas sabían que la tierra da vueltas alrededor del sol antes que Galileo. Muchos vivían más de 100 años, hasta el punto de que la Universidad de Machupichu tenía profesores de 120 años.
En Machupichu vivían unos 600 o 700 indígenas, hasta que un antropólogo estadounidense, Irma Bingham, «descubrió» la ciudad en 1911, llevado por un niño que vivía allí. Cuando los españoles tomaron Cuzco, el jefe inca se retiró a Machupichu, reunió todo el oro y la plata y, para no entregarlo a los colonizadores, huyó en dirección a la Amazonia. De ahí nació el mito de Eldorado, que sería la ciudad fundada y construida sólo con oro y plata. El jefe inca consiguió matar al jefe de los colonizadores, Francisco Pizarro, en un combate.
Como reacción reciente al papel de Pizarro, su estatua se retiró de la plaza principal de Lima y se relegó a un parque central. En cuanto al antropólogo de los Estados Unidos, se le acusó de haber robado lingotes de oro y no ser el «descubridor» de Machupichu, como confirma el libro de su hijo, basado en sus diarios. La lucha actual de los habitantes locales es quitarle ese título falso y atribuírselo a los indígenas que ya vivían en Machupichu cuando él llegó, especialmente a Agustín Lizárraga, que en 1900 ya había llegado a Machupichu, pero también a sus coterráneos Melchor Arteaga, Justo Ochoa, Gabino Sánchez y Enrique Palma.
Fue tal la destrucción causada por aquellos de quien desciende el rey de España —el mismo que, quizá por las tragedias que produjeron entre nosotros, nos manda a callar— que cuesta imaginar lo que sería el Perú de hoy en día —así como Bolivia, Ecuador, Guatemala, México, Chile, Colombia, entre otros países de los nuestros, si los pueblos originarios no hubieran sido aniquilados y, con ellos, sus civilizaciones, sus culturas, sus formas de vida. Tendríamos una América Latina aún más diversificada y relaciones de igualdad con los países europeos, en el caso de que éstos no se hubiesen enriquecido con las masacres que promovieron en la colonización.
De lo contrario, ¿cómo deberíamos llamar a la destrucción de las civilizaciones originales y la esclavitud de esos pueblos y de los negros, traídos a la fuerza de África, para ser esclavos y producir riquezas para las potencias europeas? ¿Masacres? ¿Limpiezas étnicas? ¿Crímenes contra la humanidad? Fue con esos baños de sangre como el capitalismo llegó a las Américas, traído por los colonizadores europeos. Los mismos a quienes les gustaría que nos callásemos ante las barbaridades que cometieron contra nuestras civilizaciones.
Publicado:
Comite Distrital de VILLA EL SALVADOR
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Por Emir Sader.
"Eran cerca de 6 millones (cuando llegarn los españoles), tenían una de las civilizaciones más avanzadas del mundo en la época. Fueron diezmados. En 5 años estaban reducidos a 1,6 millones, esclavizados."
La guía responde:
—Ya no hay incas, somos todos andinos.
Yo me preguntaba por el destino de los 6 millones de incas que habitaban en Cuzco, la capital del Imperio Inca —cuyo nombre significa, literalmente, «ombligo del mundo»— cuando llegaron los colonizadores españoles.
Eran cerca de 6 millones, tenían una de las civilizaciones más avanzadas del mundo en la época. Fueron diezmados. En 5 años estaban reducidos a 1,6 millones, esclavizados. Todos los que componían la elite —política, religiosa, científica, cultural, militar—, unos 300 mil, fueron liquidados en poco tiempo, cortando las posibilidades de supervivencia de aquella civilización.
Todos los conocimientos que habían acumulado en astronomía, arqueología, culinaria, religión y agricultura fueron liquidados.
Como se sabe, cerca de allí, en Machupichu —«Montaña Vieja»—, los incas sabían que la tierra da vueltas alrededor del sol antes que Galileo. Muchos vivían más de 100 años, hasta el punto de que la Universidad de Machupichu tenía profesores de 120 años.
En Machupichu vivían unos 600 o 700 indígenas, hasta que un antropólogo estadounidense, Irma Bingham, «descubrió» la ciudad en 1911, llevado por un niño que vivía allí. Cuando los españoles tomaron Cuzco, el jefe inca se retiró a Machupichu, reunió todo el oro y la plata y, para no entregarlo a los colonizadores, huyó en dirección a la Amazonia. De ahí nació el mito de Eldorado, que sería la ciudad fundada y construida sólo con oro y plata. El jefe inca consiguió matar al jefe de los colonizadores, Francisco Pizarro, en un combate.
Como reacción reciente al papel de Pizarro, su estatua se retiró de la plaza principal de Lima y se relegó a un parque central. En cuanto al antropólogo de los Estados Unidos, se le acusó de haber robado lingotes de oro y no ser el «descubridor» de Machupichu, como confirma el libro de su hijo, basado en sus diarios. La lucha actual de los habitantes locales es quitarle ese título falso y atribuírselo a los indígenas que ya vivían en Machupichu cuando él llegó, especialmente a Agustín Lizárraga, que en 1900 ya había llegado a Machupichu, pero también a sus coterráneos Melchor Arteaga, Justo Ochoa, Gabino Sánchez y Enrique Palma.
Fue tal la destrucción causada por aquellos de quien desciende el rey de España —el mismo que, quizá por las tragedias que produjeron entre nosotros, nos manda a callar— que cuesta imaginar lo que sería el Perú de hoy en día —así como Bolivia, Ecuador, Guatemala, México, Chile, Colombia, entre otros países de los nuestros, si los pueblos originarios no hubieran sido aniquilados y, con ellos, sus civilizaciones, sus culturas, sus formas de vida. Tendríamos una América Latina aún más diversificada y relaciones de igualdad con los países europeos, en el caso de que éstos no se hubiesen enriquecido con las masacres que promovieron en la colonización.
De lo contrario, ¿cómo deberíamos llamar a la destrucción de las civilizaciones originales y la esclavitud de esos pueblos y de los negros, traídos a la fuerza de África, para ser esclavos y producir riquezas para las potencias europeas? ¿Masacres? ¿Limpiezas étnicas? ¿Crímenes contra la humanidad? Fue con esos baños de sangre como el capitalismo llegó a las Américas, traído por los colonizadores europeos. Los mismos a quienes les gustaría que nos callásemos ante las barbaridades que cometieron contra nuestras civilizaciones.
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BOLIVAR Y EL SOCIALISMO DEL SIGLO XXI
BOLÍVAR Y EL SOCIALISMO DEL SIGLO XXI
Por Ramón Franquesa, de Rebelión.
En la búsqueda de la alternativa al actual e injusto modelo de sociedad, bueno será recordar ideas emancipadoras que han llegado a encarnarse en procesos reales de cambio y por tanto se han transformado en hecho social: la revolución francesa, la lucha por la independencia de América Latina, las revoluciones socialistas del siglo XX y la actual revolución bolivariana en Venezuela.
En cada uno de esos procesos podemos detectar una serie de características comunes:
a) Surgen de una crisis económica, social e ideológica(¿???) de la sociedad anterior. La vieja estructura muestra su inviabilidad y la sociedad reclama nuevas formas de organización.
b) Existe previamente una propuesta ideológica nueva, que impide que pueda sostenerse que la crisis tiene una causa accidental (mal rey, mala cosecha, etc.) y empuja a la sociedad a romper con el fatalismo de que no existe nada nuevo bajo el Sol.
c) El proceso de cambio implica un proceso de acción destructiva de lo viejo.
d) En este contexto se consolida una nueva forma de organización social, sobre la base de las concepciones ideológicas previas pero también en función de cómo estas se pueden aplicar en la práctica. Se abre un proceso de experimentación social que consolida una nueva propuesta organizativa, que difiere parcialmente de los planteamientos iniciales
e) Este proceso de creación social está condicionado por la reacción interna y externa a los cambios y por la necesidad de construir una organización coherente en relación a los medios culturales y económicos disponibles.
f) La Revolución se consolida y se reinterpreta teóricamente para justificar su forma final.
La herencia de la Revolución francesa La Revolución Francesa fue una enorme convulsión social en la que emergieron ideas y propuestas que removieron el viejo orden y abrieron las puertas de la libertad y emancipación humana hacia un horizonte que iba mucho más allá de los resultados que finalmente se obtuvieron.
Fue una revolución burguesa, pero como diversos autores han apuntado, muy particular. Las condiciones históricas no permitieron un cambio negociado entre aristocracia y burguesía como en Inglaterra, porque la crisis del trigo (que movilizó efectivamente por hambre a las clases populares), no permitía a la aristocracia reconvertir sus explotaciones feudales en capitalistas. Frente a esa resistencia, la burguesía tuvo que aceptar la movilización de las clases populares (sans culottes) para desplazar violentamente a la nobleza, que no aceptaba negociar la perdida del diezmo y sus privilegios jurídicos en un contexto de crisis. Sin embargo una vez las capas populares estuvieron movilizadas y percibieron que podían literalmente cortar la cabeza de quien siempre les había mandado, reformularon sus aspiraciones de manera mucho más ambiciosa.
Estos grupos percibieron que no sólo eran explotados por la nobleza, sino que los especuladores, los rentistas, los acaparadores, formaban parte de los explotadores aunque no fueran de sangre noble. Por las razones antes expuestas, durante un tiempo la burguesía se radicalizó, desplazando a los girondinos (partidarios de la negociación con el rey) por los jacobinos, que se apoyaron en las clases populares y aceptaron ciertas medidas socializadoras (impuestos, precios máximos, requisas) de manera coyuntural, para poder imponerse militarmente a una nobleza que se resistía ferozmente a los cambios, porque a diferencia de Inglaterra le era muy difícil convertirse en propietarios capitalistas. En ese periodo aparece por primera vez una corriente socialista autónoma de los jacobinos, con los sectores agrupados bajo Hèbert.
Un aspecto muy relevante de ese periodo es el recurso al Terror. La inseguridad en las fronteras se resuelve recurriendo a una “Dictadura” transitoria para liquidar a la nobleza conspiradora, pero ese Terror anula también las formas democráticas de participación y convierte la lucha política en una lucha de lideres jacobinos contra reaccionarios, prescindiéndose de la iniciativa popular. La burguesía utilizó su poderoso Comité de Seguridad Pública para anular los Tribunales Populares, la lucha abierta de ideas de los clubs políticos y la prensa. De hecho el Terror llevó la revolución al terreno de las nuevas élites, haciéndola pasar de las calles a los comisarios y prefectos.
En ese contexto de desmovilización, una vez la burguesía, que era hegemónica entre los jacobinos, vio que tenía la situación controlada frente a la nobleza y la iglesia, pasó a aplicar el Terror sobre los Herbistas y empezó a ejecutarles. Para mantener las formas a Hèbert se le ejecutó junto a Danton (dirigente girondino), para dar la imagen de aplicar equitativamente el Terror hacia la derecha y la izquierda.
Pero Robespierre, dirigente de los jacobinos, hizo un mal cálculo con la liquidación de los dirigentes populares, porque una vez liquidada la izquierda, la gran burguesía ya no necesitó a los jacobinos. A los pocos meses sobrevino la reacción Termidoriana y fue Robespierre quien a su vez acabó pasando por la guillotina.
Es tras ese periodo donde surge con fuerza la voz de Babeuf, quien recogiendo sistemáticamente la difusa ideología de Hèbert planteará la necesidad de una nueva revolución que complete la obra iniciada en 1789 estableciendo una sociedad comunista. Así planteará la abolición de la herencia y una profunda reforma agraria que convierta en iguales a los ciudadanos y por tanto radicalice la democracia hasta la igualdad. Babeuf ocupa un destacado lugar en los primeros capítulos de las historia del movimiento y pensamiento socialista.
Napoleón1 cerró los clubs políticos que difundían abiertamente las ideas de Babeuf y este pasó a la clandestinidad. En ella surge otra innovación de Babeuf, su táctica conspirativa. Esta se basaba en articular una estructura piramidal dirigida por un Comité de 7 personas, que preparaba una insurrección armada2. Su técnica insurreccional se basa en una preparación muy cuidada de toda la operación como acción militar a cargo de un grupo clandestino de activistas comprometidos, que pretendían tomar la dirección de las masas. Los iguales se organizaron en células independientes entre sí, cuyos miembros desconocían a los de otras células, apelaron directamente a la clase obrera de París utilizando el periódico como mecanismo de propaganda, formaron células en los barrios, pueblos, ejército y policía. Desde entonces los métodos de Babeuf quedarían como modelo para la revolución socialista: Blanc, Blanqui o Lenin se inspiraron en la idea de hacer la revolución por medio un partido firmemente estructurado que crease las condiciones ideológicas y organizativas del cambio.
Una segunda contribución de Babeuf es su plan de acción a aplicar tras el triunfo de la revolución. Frente a los socialistas utópicos posteriores que confían en el automatismo espontáneo social, Babeuf cree que la tarea de transformación de la sociedad sólo puede ser ejecutada por una dictadura revolucionaria, provisional, que tiene como fin asegurar la transición a una auténtica situación de igualdad. Una vez distribuida la riqueza y consolidada la igualdad entre las personas, la Dictadura daría paso a una amplia democracia. Esta idea seria recogida por autores como Marx y Lenin, que formularán en un sentido parecido su concepto de Dictadura del Proletariado como forma de gobierno transitorio para las revoluciones en que se verán implicados (Comuna de París en 1871 y Revolución Rusa en 1917).
Babeuf quiere instaurar la felicidad, es decir, la igualdad en el goce de los bienes. Hay que instaurar la igualdad económica y, sobre ella, la igualdad política. La idea fundamental es la distinción aprendida del feudalismo entre dominio directo y dominio útil. Aquél ha de ser un dominio de la sociedad. Hay que construir, por tanto, la propiedad colectiva de la tierra. Para ello la dictadura provisional comenzará por incautarse de los bienes pertenecientes a los emigrados y los enemigos de la república, y procederá a una redistribución de la riqueza. Esto preparará al pueblo para el segundo y definitivo paso que es la abolición de la propiedad. Paso que se dará paulatinamente mediante la abolición de la herencia, de modo que en el curso de una generación toda la riqueza pase a ser propiedad social. El
uso de esta propiedad sería individual o familiar. La familia sería el agente de la producción, la cual permitiría atender a las necesidades de todos, porque el trabajo sería mucho más abundante y eficaz. Además, el trabajo libre se convertiría en realización personal. La producción estaría entregada a agentes individuales; pero no la distribución. Habría graneros colectivos que recogerían la producción, administrados por funcionarios elegidos. El pueblo se habría convertido en una comunidad de iguales, trabajadores sin propiedad privada, sin avaricia, pero llenos de virtud moral. Las grandes ideas morales de la humanidad y la revolución (Libertad- Igualdad-Fraternidad) son las que están empujando el pensamiento comunista de Babeuf. Es un comunismo para una sociedad rural, frugal, que entonces empezaba a desaparecer.
Pero lo que tiene más interés es observar cómo Babeuf define el estado en la sociedad socialista. Para definir la forma ideal de gobierno se inspira en los conceptos enunciados por Rousseau: “Para que el estado social sea perfeccionado, es necesario que cada uno tenga lo suficiente y que nadie tenga en demasía” y por Robespierre: “La finalidad de la sociedad, dice en su Declaración de los Derechos, es la felicidad común, es decir, evidentemente, la felicidad igual de todos los individuos, que nacen iguales en derechos y en necesidades.
Sobre esa base hace la formulación de cual es el objetivo de la organización del gobierno socialista que propone cuando enuncia me he comprometido con el pueblo a mostrarle el camino de la felicidad común; a guiarle hasta el fin, a pesar de todos los esfuerzos del patriciado y del monarquismo; a hacerle conocer el porqué de la revolución; a probarle que ésta puede y debe tener por último resultado el bienestar y la felicidad, la suficiencia de las necesidades de todos.
Bolívar: La lectura latinoamericana de la Revolución Francesa Bolívar entrará en contacto con la Revolución Francesa en España en 1800 a través del Marqués de Urdariz. Este caraqueño asentado en Madrid le facilitará el acceso a la lectura de textos que llegaban clandestinamente a España. También en su casa tendrá ocasión de participar en animadas tertulias de círculos liberales españoles. Entre septiembre de 1801 y abril de 1802 estará en Francia, cinco años después de la ejecución de Babeuf. Aunque se confiesa admirador de Napoleón en ese momento, es más que probable que tuviese acceso a las publicaciones de Marat, Robespierre y Babeuf que circulaban en esos años. Es cualquier caso parece seguro que debió entrar en contacto al menos con las ideas de estos pensadores, a través de tertulias y conversaciones, puesto sus ideas circulaban oralmente en una Francia aún en efervescencia post-revolucionaria.
Después de la muerte de su primera mujer, entre 1803 y 1806 volvería Europa para visitar Madrid, Londres, París, Viena, Milán, Roma y Nápoles, regresando por Estados Unidos, donde visitó varias de sus ciudades del Atlántico. Bolívar conocerá, acompañado en parte de su viaje de su querido maestro Simón Rodríguez, una Europa convulsa bajo las guerras napoleónicas, que hunden a la monarquía española en una profunda crisis. Aparte de una componente personal para recuperarse de la muerte de su mujer, el viaje tuvo un interés político. Parece claro que le atrae el dominio en el manejo de los bienes del estado y todo aquello que puede ser útil para el bienestar de su patria. Puso especial atención a la relación de influjo y veneración que había logrado Napoleón con el pueblo francés en esos días de gloria. En Roma, rodeado de los recuerdos de la época republicana, se consolidó su convicción plena de que debía lucha por la libertad de los pueblos americanos y de que esa era tarea a ejecutar de ahí en adelante. Ello culmina en el juramento del Monte Sacro. Su último viaje a Europa con Luis
López Méndez y su antiguo maestro Andrés Bello será como diplomático a Londres, ya en una delegación de Venezuela en 1810.
Su pensamiento combinó el conocimiento de las ideas más avanzadas de su tiempo con las que había entardo en contacto en la convulsa Europa, junto la vivencia de una realidad hispanoamericana impregnada de opresión y mestizaje. No está de más resaltar que precisamente esa toma de contacto era muy superior a la de muchos intelectuales españoles, y ya no digamos de sus gobernantes, cada vez más cerrados en sus fronteras para hacer frente a la epidemia revolucionaria de Francia, por medio de un cordón sanitario intelectual que bloqueó correspondencia y el tráfico de libros.
Su pensamiento maduró lentamente a partir de ese poso adquirido. Su expresión más sólida quedará definida sólo tras muchos años y mucha práctica política. Bolívar conocerá la victoria y la derrota, se verá aclamado en su gloriosa entrada en Caracas en 1813, pero cercado deberá huir y exiliarse. Verá como el imperio español utiliza a los esclavos contra los criollos para evitar la independencia y observará la sólida fuerza de los pobladores llaneros dirigidos por Páez.
El Segundo Congreso de Venezuela, convocado por Bolívar, se reúne en Angostura el 15 de Febrero de 1819. Es en ese momento en que se expresa la máxima madurez política del Libertador, donde se expresan las ideas que van a permitir iniciar el combate definitivo por la Independencia. Lo que se inicia como una simple lucha por la independencia de una monarquía destruida por su degradación y por la invasión napoleónica, se convierte en una formulación nueva para una sociedad que solo ha conocido la opresión y la subordinación.
Las ideas-fuerza que expresa ese pensamiento son:
1) El carácter igual de los hombres frente el esquema imperial de castas devenidas de la voluntad divina. Los hombres nacen todos con derechos iguales a los bienes de la sociedad. Ello a pesar de que los hombres no son iguales entre si: La naturaleza hace a los hombres desiguales, en genio, temperamento, fuerzas y caracteres. Las Leyes corrigen esta diferencia porque colocan al individuo en la sociedad para que la educación, la industria, las artes, los servicios, las virtudes, le den una igualdad ficticia, propiamente llamada política y social.
2) Una expresión fundamental de esta igualdad es la emancipación de los esclavos que instituye por Decreto en 1816. En Angostura plantea: La esclavitud rompió sus grillos, y Venezuela se ha visto rodeada de nuevos hijos, de hijos agradecidos que han convertido los instrumentos de su cautiverio en armas de Libertad. Si, los que antes eran Esclavos, ya son Libres: los que antes eran enemigos de una Madrastra, ya son defensores de una Patria. Esta emancipación resultaría determinante para dar soporte al programa independentista, pero se veía amenazada por los intereses de la clase criolla que hegemonizó ese proceso. Bolívar insiste en ese aspecto de su programa, porque predetermina el modelo de sociedad a que se aspira: imploro la confirmación de la Libertad absoluta de los Esclavos, como imploraría mi vida, y la vida de la República.
3) El gobierno no es un fin en sí mismo, no tiene una finalidad idealista, ni metafísica fuera de las necesidades de los hombres. El Estado debe servir a fines específicos y en función de cómo los cumple debe ser evaluado. Por tanto no existe un modelo de gobierno ideal a copiar de cualquier otro lugar, sino que se debe improvisar su arquitectura en función de examinar si cumple correctamente sus objetivos. No olvidando jamás que la excelencia de un Gobierno no consiste en su teórica, en su forma, ni en su mecanismo. sino en ser apropiado a la naturaleza y al carácter de la Nación para quien se instituye.
4) Los objetivos supremos de la sociedad organizada deben definirse en función de sus resultados para el conjunto de la sociedad. Para Bolívar: El sistema de Gobierno más perfecto es aquel que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social, y mayor suma de estabilidad política. Esta formulación radical de la función del Estado enlaza con la que Babeuf plantea desde su perspectiva socialista.
5) Pero este desarrollo debe realizarse armónicamente con las posibilidades que permite en ese momento la sociedad latinoamericana. Bolívar es muy consciente de lo limitado que es el punto de partida y de lo peligroso que puede ser un enfoque ideológicamente dogmático en ese contexto: Las reliquias de la dominación Española permanecerán largo tiempo antes que lleguemos a anonadarlas: el contagio del Despotismo ha impregnado nuestra atmósfera, y ni el fuego de la guerra, ni el específico de nuestras saludables Leyes han purificado el aire que respiramos. Y más adelante expresa: No aspiremos a lo imposible, no sea que por elevarnos sobre la legión de la Libertad, descendamos a la región de la tiranía.
6) La educación debe ser un motor de cambio.
7) El carácter continental de su obra. Si Hispanoamérica no genera un gran espacio político, se vera condenada a la marginalidad y a nuevas formas de dependencia.
Sin duda un indicador de hasta qué punto Bolívar se adelantó a su tiempo reside en el hecho de que la emancipación de los esclavos no fuera reconocida por los gobiernos posteriores hasta 1854 y que la unidad latinoamericana, ni tan siquiera lo que fue la Gran Colombia que presidio, aún hoy no se haya alcanzado.
El concepto de socialismo en el siglo XX No dispongo aquí del espacio suficiente para elaborar una análisis detallado de cómo evolucionó la idea y la praxis de socialismo a lo largo del siglo XX. Las ideas de Babeuf llegaron a través de Buonarroti, Blanqui, Marx y Lenin depuradas al siglo XX. Estos autores fueron superando el elitismo de Babeuf, articulando un análisis económico más profundo y una articulación conspirativa más efectiva (más política y menos militarista) y participativa (de un partido con un líder en que sólo fluye información de arriba abajo, se pasa a un partido con participación de la base y flujo de información en doble dirección).
La evolución del pensamiento y acción socialista ha sido compleja. Ha generado grandes resultados: crecimiento industrial en países atrasados, generalización de las políticas de bienestar en la sanidad y la educación, terminó con el viejo sistema colonial, y se opuso al recurso a las guerras imperialistas. Pero no ha estado exento de dificultades y errores. En general se observa en el siglo XX una praxis socialista cargada de clichés, esquematismos y uniformidad de un proceso que tiene mucho de eurocentrista.
El frío juez de la Historia nos informa que en último término buena parte de estas formulaciones finalmente fracasaron, a pesar de sus éxitos iniciales. Hoy esos procesos deben ser analizados minuciosamente para extraer de ellos las experiencias positivas y negativas. Pero este estudio no puede ser objetivo. Para unos se trata de estudiar esas revoluciones para evitar que los de abajo vuelvan a rebelarse. Para otros se trata de estudiarlas para ver donde se equivocaron y lograr avanzar allá donde se encallaron. Para los primeros vale cualquier cosa para desprestigiarlas y desanimar a los de abajo de que osen cambiar el mundo. Para los segundos es imprescindible conocer la verdad y los datos para evitar tropezar con el mismo error.
Desde mi punto de vista, algunos de los errores en el siglo XX tienen su raíz en Babeuf. Se trata de conceptos que se han mantenido y están en la base de las crisis del socialismo del siglo XX, en particular me interesa insistir en dos:
1) El concepto de Dictadura del Proletariado. Tal como deviene del jacobinismo y de Babeuf, es un planteamiento incoherente y con alto riesgo político. Es incoherente porque si se aspira a representar a la mayoría, no hay razón para sustituir la democracia. Y es arriesgado porque promueve procesos políticos de sustitución del sujeto revolucionario por una burocracia que acaba teniendo intereses particulares que se apartan de los de la mayoría. De hecho en Francia tenía la posible justificación de que no era fácil pasar de la democracia censitaria (sólo votaban los ciudadanos que pagaban impuestos y tenían domicilio fijo: la burguesía) a la democracia universal en una sociedad sin medios de gestión y con alto analfabetismo. En el caso de Rusia se empleó otra justificación basada en que el proletariado era minoritario respecto del campesinado (pero nótese el absurdo de que se desarrollara un modelo de socialismo opuesto a los intereses de los campesinos). En el mundo de hoy, los trabajadores son tan mayoritarios respecto a sus explotadores que no es posible ni tan siquiera emplear las precarias justificaciones que se dieron en el pasado. Lo que necesita la “transición” no es una Dictadura sino más participación, más democracia. El gran problema de los procesos revolucionarios es cómo mantener el máximo periodo de tiempo posible la movilización social, hasta barrer los fundamentos de los viejo, sabiendo que lo natural en una sociedad no es la “revolución permanente” sino la paz social. La mayoría de las personas solo participa políticamente en situaciones de tensión y prefiere dedicarse a sus asuntos (familia, trabajo, ocio, etc.) si puede delegar la actividad política o cree que su movilización no sirve para nada.
2) La mitificación del Terror como medio de cambio. Aunque Babeuf fue muy crítico con el Terror jacobino, que quitó el protagonismo a la sociedad en beneficio de la élite política y desplazó el control de la revolución de las calles a las comisarías, su conspiración militarista después del Termidor de hecho contiene una fuerte añoranza de los medios violentos de esa fase de la revolución. Además, sus herederos -y especialmente Bouanarroti, que es el único conspirador que se escapa de la muerte y años después dejará el único testimonio escrito-, aún serán más partidarios de medir la revolución por los litros de sangre derramada. El Terror selecciona una elite ejecutora que empieza por silenciar al adversario y acaba por silenciar a toda la sociedad: sin palabra no hay movilización, y sin movilización social no hay revolución.
Pero por otra parte hay aspectos de los planteamientos de Babeuf que fueron olvidados en la tradición marxista y que hoy justamente aparecen reivindicados. Por ejemplo el carácter finalista de los gobiernos. ¿Qué define el carácter socialista de un gobierno? ¿Cómo debemos medir la eficiencia de un gobierno? ¿Cómo podemos evaluar su coherencia con los objetivos socialistas? Para Marx la función del gobierno es la socialización de los medios de producción. En la revolución soviética esto se acabará traduciendo en que se mide el socialismo por el porcentaje de medios de producción estatalizados. Esta percepción se basa en un análisis teórico del proceso de producción, pero puede esconder, al movernos de la teoría a la realidad, una cierta simplificación sobre las alternativas posibles
(propiedad privada individual o estatal). Los trabajadores soviéticos y de otros países acabaron advirtiendo que ese modelo se podía convertir en un capitalismo de Estado. Ello también está relacionado con el dilema de cómo se controla este Estado, y es claro que sin democracia es difícil que éste se mantenga largos periodos al servicio de la mayoría. Pero existe una forma alternativa definitoria de medir el grado de socialismo que no está caracterizado por unos parámetros teóricos de las formas de propiedad, sino por los resultados sociales obtenidos. Aquí, la orientación de Babeuf, que reformuló Bolívar, en el sentido de que El sistema de Gobierno más perfecto, es aquel que produce la mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social, y mayor suma de estabilidad política resulta muy superior a aquella que mide el socialismo por el peso de la propiedad estatal de los medios de producción.
Adoptar indicadores de resultado social (esperanza de vida, distribución de la riqueza, consumo, etc.) permite disponer de criterios para evaluar desde una perspectiva socialista nueva si es mejor en un caso concreto una propiedad individual, cooperativa, municipal, regional o estatal. Ello no supone negar el análisis teórico, que puede y que debe contribuir al debate, sino insistir en que al final lo que debe decidirnos son los resultados prácticos y no la teoría.
Así, por mucho que diga la teoría, si un fontanero con su empresa individual me atiende mejor que una empresa del Estado, el socialismo debe preservar la existencia de ese tipo de empresa individual. Ello no sólo redunda en la mejora de las condiciones de vida de los ciudadanos de esa sociedad socialista, sino que permite extender coherentemente esa misma regla a la crítica estructural de las sociedades capitalistas. Obsérvese las virtudes conmutativas de esa regla. Así, bajo condiciones de capitalismo, los mismos partidarios de ese nuevo socialismo frente a un monopolio como el servicio de electricidad si demuestran (y ello es bien fácil) que atiende mejor al ciudadano cuando es público que cuando es privado, pueden sostener que no es oportuna su privatización, no tan sólo desde una perspectiva teórica socialista, sino porque es la opción en la práctica más racional. En este caso son los voceros del capitalismo quienes aparecen como ideólogos a la defensiva, si sostienen que esa producción debe ser privada por principio, aunque funcione peor que bajo un régimen público.
Evidentemente los neoliberales seguirán sosteniendo las privatizaciones porque su problema no es teórico sino práctico: apropiarse de los grandes beneficios del tejido económico. Sin embargo, un enfoque emancipador fundamentado en elementos empíricos racionales y demostrables facilita mucho más la articulación y hegemonía de una conciencia opuesta al neoliberalismo.
En este sentido tiene relevancia considerar, en la definición del socialismo del siglo XXI, el pensamiento de Bolívar. No solo tiene elementos que lo hacen cercano a las tradiciones marxistas (negación de la esclavitud y el racismo o planteamiento internacionalista en la aspiración política continental), sino que además tiene elementos que se inspiran en la tradiciones socialistas de la Revolución Francesa, que aparecen por esa vía de manera oportuna con voz propia en la reflexión abierta sobre el socialismo en el siglo XXI.
El proceso en Venezuela y sus bases teóricas Este siglo está empezando con un proceso de emancipación social de nuevo tipo en Venezuela, que llama poderosamente la atención en todo el mundo, pero muy especialmente en Latinoamérica. Este proceso tiene elementos particulares derivados de su situación específica y otros vinculados a la globalización. Se trata de un proceso de emancipación nacional, que frente al hegemonismo de EEUU (que expresa políticamente el paradigma del neoliberalismo en el mundo y particularmente en Latinoamérica), sintetiza la tradición europea socialista y la tradición continentalista y popular Bolivariana
El preámbulo de la presente revolución fue el Caracazo, una rebelión popular que surge espontáneamente en febrero de 1989 ante la quiebra de los precarios sistemas de protección social de Venezuela y que acaba en una masacre. Se trata de una represión dirigida por un gobierno formalmente socialdemócrata, que llevó a un total desprestigio de las fachadas partidarias que encubrían políticas neoliberales. La formulación de la alternativa se plasmó primero insurreccionalmente por un núcleo de militares bolivarianos que, tras fracasar en 1992, reaparecen por la vía electoral en forma de un movimiento progresista cívico-militar que reivindica, frente a la destrucción neoliberal del país, la tradición y el pensamiento de Simón Bolívar.
Los adversarios de los cambios y parte de los teóricos de izquierda denuncian la supuesta inconsistencia de ese bagaje teórico que fue formulado por Chávez como un árbol de tres raíces: Bolívar (igualdad, libertad e integración latinoamericana), Ezequiel Zamora (soberanía popular y unidad cívico-militar) y Simón Rodriguez (educación popular).
Hoy resulta que tal bagaje sí ha sido suficiente para crear un bloque de cambio que ha resistido desde 1998 todas las confrontaciones electorales, golpes de estado, presiones del gran hermano (y de algún hermano enano), bloqueos... Y no solo ha resistido, sino que ha ido cohesionando las clases populares con una fuerza inusitada en estos tiempos de reflujo popular. Su éxito político es la mejor prueba de la utilidad de ese bagaje teórico.
Sin embargo, ello no se debe a una casualidad. Por el contrario, en Venezuela se ha desarrollado una nueva propuesta que tiene una sólida base teórica en la perspectiva de emancipación. Se inserta por una parte en las tradiciones progresistas emancipatorias y por otra parte plantea una aproximación novedosa al socialismo que además de crear nuevas formulaciones es capaz de recuperar valiosas tradiciones que habían sido dejadas de lado en el siglo XX.
En el pasado año este proceso se ha reconocido como un proyecto socialista en construcción. Ello significa un salto cualitativo, en la medida que reconoce en qué tradición se inserta y representa una abierta convocatoria a encontrar complicidades entre los trabajadores de todo el mundo. Ese reconocimiento ha venido acompañado de una llamada a redefinir un nuevo socialismo. Se ha iniciado un debate sobre de qué socialismo se trata y cómo se puede implantar en forma concreta. Y aunque todo está abierto, ya en la práctica hay un gran camino recorrido. En cierta forma todo está por construir en la teoría y en la práctica, pero el pueblo de Venezuela ya está definiendo un nuevo modelo que nos orienta sobre cómo puede ser el socialismo del siglo XXI.
En este sentido hay que empezar a reconocer y destacar algunos nuevos elementos, que probablemente son la antesala para nuevos niveles de desarrollo social avanzado, pero que no pueden ser subvalorados, porque ya son construcción social nueva. Destacan entre ellos las siguientes características innovadoras de ese nuevo socialismo emergente:
-Democrático, respondiendo a las presiones externas no con el recurso fácil al Terror sino con más voz, más debate, más participación, implicando a más personas en el conflicto y renunciando a soluciones desde las elites. Consiguiendo que el furibundo ataque de los adversarios catalice la respuesta popular y se convierta en un boomerang para sus propósitos.
-Pacífico, a pesar de dotarse de los medios para defenderse, evita la provocación y el derramamiento de sangre hasta el límite de lo posible.
-Plural, rehuyendo la formación de un único partido que apueste por el cambio y mantiene una plural gestión del poder. Los partidos progresistas cooperan pero a la vez compiten entre sí electoralmente, manteniendo un sistema efectivo de control mutuo dentro del bloque transformador.
-Económicamente diverso, empleando toda la fuerza del Estado en el desarrollo de las infraestructuras y el comercio exterior, pero impulsando formas de gestión económica social, familiar e incluso privada.
-Empleando el mercado como medio de transmisión de información de precios y evitando el riesgo de corrupción y colapso que supone el centralizar en un único lugar la formación de precios. Ello sin renunciar a la gestión macroeconómica, unos presupuestos públicos agresivos y a construir un sector público potente pero no totalizador.
-Estructurando y reformando el Estado a través de un proceso constituyente que establece nuevas formas de participación (como la revocación) por medio de un sistema legal riguroso y transparente que profundiza la democracia en lugar de restringirla. En lugar de negar la voz a las minorías reaccionarias (como se hizo en Francia o Rusia), se le ha dado voz a los millones de excluidos que jamás habían sido censados.
En realidad este proceso no se ha gestado en ningún gran laboratorio ni universidad, sino interrelacionando las ideas de los dirigentes que apostaban por un cambio real con la iniciativa de millones de personas y las complejas circunstancias que envuelven el proceso. No es tan sorprendente porque también fue así en las grandes revoluciones del pasado, al menos en las etapas que fueron plenamente populares y movilizadoras. Hoy puede haber quien desde las torres de marfil siga negando la consistencia del cambio que se está desarrollando, criticando teóricamente la endeblez de la teoría que ha creado las condiciones para impulsar ese cambio. También hubo algunos que frente el trabajo de Galileo siguieron negando que la tierra girase alrededor del sol, rebuscando citas irrefutables en libros sagrados.
Quizás esos supuestos teóricos deberían empezar a pensar dónde se han equivocado, y empezar a buscar dónde está la fuerza de las ideas que están cambiando las cosas en este proceso. Pero no hay prisa, aún sin su concurso Venezuela y el mundo… sin embargo se mueven.
Notas 1. Con esa acción, este militar promovido por Robespierre se hizo perdonar su pasado ante la burguesía moderada, que vio en él al hombre capaz de llevar la Revolución a sus intereses y permitirle la estabilidad frente al levantisco pueblo francés. Napoleón emplearía las guerras imperialistas para enfriar los ánimos revolucionarios de las clases populares.
2. En cierta forma el modelo leninista de partido, parte de ese esquema simplemente complementándolo, con la circulación de información también en sentido inverso de la base a la cúpula.
Por Ramón Franquesa, de Rebelión.
En la búsqueda de la alternativa al actual e injusto modelo de sociedad, bueno será recordar ideas emancipadoras que han llegado a encarnarse en procesos reales de cambio y por tanto se han transformado en hecho social: la revolución francesa, la lucha por la independencia de América Latina, las revoluciones socialistas del siglo XX y la actual revolución bolivariana en Venezuela.
En cada uno de esos procesos podemos detectar una serie de características comunes:
a) Surgen de una crisis económica, social e ideológica(¿???) de la sociedad anterior. La vieja estructura muestra su inviabilidad y la sociedad reclama nuevas formas de organización.
b) Existe previamente una propuesta ideológica nueva, que impide que pueda sostenerse que la crisis tiene una causa accidental (mal rey, mala cosecha, etc.) y empuja a la sociedad a romper con el fatalismo de que no existe nada nuevo bajo el Sol.
c) El proceso de cambio implica un proceso de acción destructiva de lo viejo.
d) En este contexto se consolida una nueva forma de organización social, sobre la base de las concepciones ideológicas previas pero también en función de cómo estas se pueden aplicar en la práctica. Se abre un proceso de experimentación social que consolida una nueva propuesta organizativa, que difiere parcialmente de los planteamientos iniciales
e) Este proceso de creación social está condicionado por la reacción interna y externa a los cambios y por la necesidad de construir una organización coherente en relación a los medios culturales y económicos disponibles.
f) La Revolución se consolida y se reinterpreta teóricamente para justificar su forma final.
La herencia de la Revolución francesa La Revolución Francesa fue una enorme convulsión social en la que emergieron ideas y propuestas que removieron el viejo orden y abrieron las puertas de la libertad y emancipación humana hacia un horizonte que iba mucho más allá de los resultados que finalmente se obtuvieron.
Fue una revolución burguesa, pero como diversos autores han apuntado, muy particular. Las condiciones históricas no permitieron un cambio negociado entre aristocracia y burguesía como en Inglaterra, porque la crisis del trigo (que movilizó efectivamente por hambre a las clases populares), no permitía a la aristocracia reconvertir sus explotaciones feudales en capitalistas. Frente a esa resistencia, la burguesía tuvo que aceptar la movilización de las clases populares (sans culottes) para desplazar violentamente a la nobleza, que no aceptaba negociar la perdida del diezmo y sus privilegios jurídicos en un contexto de crisis. Sin embargo una vez las capas populares estuvieron movilizadas y percibieron que podían literalmente cortar la cabeza de quien siempre les había mandado, reformularon sus aspiraciones de manera mucho más ambiciosa.
Estos grupos percibieron que no sólo eran explotados por la nobleza, sino que los especuladores, los rentistas, los acaparadores, formaban parte de los explotadores aunque no fueran de sangre noble. Por las razones antes expuestas, durante un tiempo la burguesía se radicalizó, desplazando a los girondinos (partidarios de la negociación con el rey) por los jacobinos, que se apoyaron en las clases populares y aceptaron ciertas medidas socializadoras (impuestos, precios máximos, requisas) de manera coyuntural, para poder imponerse militarmente a una nobleza que se resistía ferozmente a los cambios, porque a diferencia de Inglaterra le era muy difícil convertirse en propietarios capitalistas. En ese periodo aparece por primera vez una corriente socialista autónoma de los jacobinos, con los sectores agrupados bajo Hèbert.
Un aspecto muy relevante de ese periodo es el recurso al Terror. La inseguridad en las fronteras se resuelve recurriendo a una “Dictadura” transitoria para liquidar a la nobleza conspiradora, pero ese Terror anula también las formas democráticas de participación y convierte la lucha política en una lucha de lideres jacobinos contra reaccionarios, prescindiéndose de la iniciativa popular. La burguesía utilizó su poderoso Comité de Seguridad Pública para anular los Tribunales Populares, la lucha abierta de ideas de los clubs políticos y la prensa. De hecho el Terror llevó la revolución al terreno de las nuevas élites, haciéndola pasar de las calles a los comisarios y prefectos.
En ese contexto de desmovilización, una vez la burguesía, que era hegemónica entre los jacobinos, vio que tenía la situación controlada frente a la nobleza y la iglesia, pasó a aplicar el Terror sobre los Herbistas y empezó a ejecutarles. Para mantener las formas a Hèbert se le ejecutó junto a Danton (dirigente girondino), para dar la imagen de aplicar equitativamente el Terror hacia la derecha y la izquierda.
Pero Robespierre, dirigente de los jacobinos, hizo un mal cálculo con la liquidación de los dirigentes populares, porque una vez liquidada la izquierda, la gran burguesía ya no necesitó a los jacobinos. A los pocos meses sobrevino la reacción Termidoriana y fue Robespierre quien a su vez acabó pasando por la guillotina.
Es tras ese periodo donde surge con fuerza la voz de Babeuf, quien recogiendo sistemáticamente la difusa ideología de Hèbert planteará la necesidad de una nueva revolución que complete la obra iniciada en 1789 estableciendo una sociedad comunista. Así planteará la abolición de la herencia y una profunda reforma agraria que convierta en iguales a los ciudadanos y por tanto radicalice la democracia hasta la igualdad. Babeuf ocupa un destacado lugar en los primeros capítulos de las historia del movimiento y pensamiento socialista.
Napoleón1 cerró los clubs políticos que difundían abiertamente las ideas de Babeuf y este pasó a la clandestinidad. En ella surge otra innovación de Babeuf, su táctica conspirativa. Esta se basaba en articular una estructura piramidal dirigida por un Comité de 7 personas, que preparaba una insurrección armada2. Su técnica insurreccional se basa en una preparación muy cuidada de toda la operación como acción militar a cargo de un grupo clandestino de activistas comprometidos, que pretendían tomar la dirección de las masas. Los iguales se organizaron en células independientes entre sí, cuyos miembros desconocían a los de otras células, apelaron directamente a la clase obrera de París utilizando el periódico como mecanismo de propaganda, formaron células en los barrios, pueblos, ejército y policía. Desde entonces los métodos de Babeuf quedarían como modelo para la revolución socialista: Blanc, Blanqui o Lenin se inspiraron en la idea de hacer la revolución por medio un partido firmemente estructurado que crease las condiciones ideológicas y organizativas del cambio.
Una segunda contribución de Babeuf es su plan de acción a aplicar tras el triunfo de la revolución. Frente a los socialistas utópicos posteriores que confían en el automatismo espontáneo social, Babeuf cree que la tarea de transformación de la sociedad sólo puede ser ejecutada por una dictadura revolucionaria, provisional, que tiene como fin asegurar la transición a una auténtica situación de igualdad. Una vez distribuida la riqueza y consolidada la igualdad entre las personas, la Dictadura daría paso a una amplia democracia. Esta idea seria recogida por autores como Marx y Lenin, que formularán en un sentido parecido su concepto de Dictadura del Proletariado como forma de gobierno transitorio para las revoluciones en que se verán implicados (Comuna de París en 1871 y Revolución Rusa en 1917).
Babeuf quiere instaurar la felicidad, es decir, la igualdad en el goce de los bienes. Hay que instaurar la igualdad económica y, sobre ella, la igualdad política. La idea fundamental es la distinción aprendida del feudalismo entre dominio directo y dominio útil. Aquél ha de ser un dominio de la sociedad. Hay que construir, por tanto, la propiedad colectiva de la tierra. Para ello la dictadura provisional comenzará por incautarse de los bienes pertenecientes a los emigrados y los enemigos de la república, y procederá a una redistribución de la riqueza. Esto preparará al pueblo para el segundo y definitivo paso que es la abolición de la propiedad. Paso que se dará paulatinamente mediante la abolición de la herencia, de modo que en el curso de una generación toda la riqueza pase a ser propiedad social. El
uso de esta propiedad sería individual o familiar. La familia sería el agente de la producción, la cual permitiría atender a las necesidades de todos, porque el trabajo sería mucho más abundante y eficaz. Además, el trabajo libre se convertiría en realización personal. La producción estaría entregada a agentes individuales; pero no la distribución. Habría graneros colectivos que recogerían la producción, administrados por funcionarios elegidos. El pueblo se habría convertido en una comunidad de iguales, trabajadores sin propiedad privada, sin avaricia, pero llenos de virtud moral. Las grandes ideas morales de la humanidad y la revolución (Libertad- Igualdad-Fraternidad) son las que están empujando el pensamiento comunista de Babeuf. Es un comunismo para una sociedad rural, frugal, que entonces empezaba a desaparecer.
Pero lo que tiene más interés es observar cómo Babeuf define el estado en la sociedad socialista. Para definir la forma ideal de gobierno se inspira en los conceptos enunciados por Rousseau: “Para que el estado social sea perfeccionado, es necesario que cada uno tenga lo suficiente y que nadie tenga en demasía” y por Robespierre: “La finalidad de la sociedad, dice en su Declaración de los Derechos, es la felicidad común, es decir, evidentemente, la felicidad igual de todos los individuos, que nacen iguales en derechos y en necesidades.
Sobre esa base hace la formulación de cual es el objetivo de la organización del gobierno socialista que propone cuando enuncia me he comprometido con el pueblo a mostrarle el camino de la felicidad común; a guiarle hasta el fin, a pesar de todos los esfuerzos del patriciado y del monarquismo; a hacerle conocer el porqué de la revolución; a probarle que ésta puede y debe tener por último resultado el bienestar y la felicidad, la suficiencia de las necesidades de todos.
Bolívar: La lectura latinoamericana de la Revolución Francesa Bolívar entrará en contacto con la Revolución Francesa en España en 1800 a través del Marqués de Urdariz. Este caraqueño asentado en Madrid le facilitará el acceso a la lectura de textos que llegaban clandestinamente a España. También en su casa tendrá ocasión de participar en animadas tertulias de círculos liberales españoles. Entre septiembre de 1801 y abril de 1802 estará en Francia, cinco años después de la ejecución de Babeuf. Aunque se confiesa admirador de Napoleón en ese momento, es más que probable que tuviese acceso a las publicaciones de Marat, Robespierre y Babeuf que circulaban en esos años. Es cualquier caso parece seguro que debió entrar en contacto al menos con las ideas de estos pensadores, a través de tertulias y conversaciones, puesto sus ideas circulaban oralmente en una Francia aún en efervescencia post-revolucionaria.
Después de la muerte de su primera mujer, entre 1803 y 1806 volvería Europa para visitar Madrid, Londres, París, Viena, Milán, Roma y Nápoles, regresando por Estados Unidos, donde visitó varias de sus ciudades del Atlántico. Bolívar conocerá, acompañado en parte de su viaje de su querido maestro Simón Rodríguez, una Europa convulsa bajo las guerras napoleónicas, que hunden a la monarquía española en una profunda crisis. Aparte de una componente personal para recuperarse de la muerte de su mujer, el viaje tuvo un interés político. Parece claro que le atrae el dominio en el manejo de los bienes del estado y todo aquello que puede ser útil para el bienestar de su patria. Puso especial atención a la relación de influjo y veneración que había logrado Napoleón con el pueblo francés en esos días de gloria. En Roma, rodeado de los recuerdos de la época republicana, se consolidó su convicción plena de que debía lucha por la libertad de los pueblos americanos y de que esa era tarea a ejecutar de ahí en adelante. Ello culmina en el juramento del Monte Sacro. Su último viaje a Europa con Luis
López Méndez y su antiguo maestro Andrés Bello será como diplomático a Londres, ya en una delegación de Venezuela en 1810.
Su pensamiento combinó el conocimiento de las ideas más avanzadas de su tiempo con las que había entardo en contacto en la convulsa Europa, junto la vivencia de una realidad hispanoamericana impregnada de opresión y mestizaje. No está de más resaltar que precisamente esa toma de contacto era muy superior a la de muchos intelectuales españoles, y ya no digamos de sus gobernantes, cada vez más cerrados en sus fronteras para hacer frente a la epidemia revolucionaria de Francia, por medio de un cordón sanitario intelectual que bloqueó correspondencia y el tráfico de libros.
Su pensamiento maduró lentamente a partir de ese poso adquirido. Su expresión más sólida quedará definida sólo tras muchos años y mucha práctica política. Bolívar conocerá la victoria y la derrota, se verá aclamado en su gloriosa entrada en Caracas en 1813, pero cercado deberá huir y exiliarse. Verá como el imperio español utiliza a los esclavos contra los criollos para evitar la independencia y observará la sólida fuerza de los pobladores llaneros dirigidos por Páez.
El Segundo Congreso de Venezuela, convocado por Bolívar, se reúne en Angostura el 15 de Febrero de 1819. Es en ese momento en que se expresa la máxima madurez política del Libertador, donde se expresan las ideas que van a permitir iniciar el combate definitivo por la Independencia. Lo que se inicia como una simple lucha por la independencia de una monarquía destruida por su degradación y por la invasión napoleónica, se convierte en una formulación nueva para una sociedad que solo ha conocido la opresión y la subordinación.
Las ideas-fuerza que expresa ese pensamiento son:
1) El carácter igual de los hombres frente el esquema imperial de castas devenidas de la voluntad divina. Los hombres nacen todos con derechos iguales a los bienes de la sociedad. Ello a pesar de que los hombres no son iguales entre si: La naturaleza hace a los hombres desiguales, en genio, temperamento, fuerzas y caracteres. Las Leyes corrigen esta diferencia porque colocan al individuo en la sociedad para que la educación, la industria, las artes, los servicios, las virtudes, le den una igualdad ficticia, propiamente llamada política y social.
2) Una expresión fundamental de esta igualdad es la emancipación de los esclavos que instituye por Decreto en 1816. En Angostura plantea: La esclavitud rompió sus grillos, y Venezuela se ha visto rodeada de nuevos hijos, de hijos agradecidos que han convertido los instrumentos de su cautiverio en armas de Libertad. Si, los que antes eran Esclavos, ya son Libres: los que antes eran enemigos de una Madrastra, ya son defensores de una Patria. Esta emancipación resultaría determinante para dar soporte al programa independentista, pero se veía amenazada por los intereses de la clase criolla que hegemonizó ese proceso. Bolívar insiste en ese aspecto de su programa, porque predetermina el modelo de sociedad a que se aspira: imploro la confirmación de la Libertad absoluta de los Esclavos, como imploraría mi vida, y la vida de la República.
3) El gobierno no es un fin en sí mismo, no tiene una finalidad idealista, ni metafísica fuera de las necesidades de los hombres. El Estado debe servir a fines específicos y en función de cómo los cumple debe ser evaluado. Por tanto no existe un modelo de gobierno ideal a copiar de cualquier otro lugar, sino que se debe improvisar su arquitectura en función de examinar si cumple correctamente sus objetivos. No olvidando jamás que la excelencia de un Gobierno no consiste en su teórica, en su forma, ni en su mecanismo. sino en ser apropiado a la naturaleza y al carácter de la Nación para quien se instituye.
4) Los objetivos supremos de la sociedad organizada deben definirse en función de sus resultados para el conjunto de la sociedad. Para Bolívar: El sistema de Gobierno más perfecto es aquel que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social, y mayor suma de estabilidad política. Esta formulación radical de la función del Estado enlaza con la que Babeuf plantea desde su perspectiva socialista.
5) Pero este desarrollo debe realizarse armónicamente con las posibilidades que permite en ese momento la sociedad latinoamericana. Bolívar es muy consciente de lo limitado que es el punto de partida y de lo peligroso que puede ser un enfoque ideológicamente dogmático en ese contexto: Las reliquias de la dominación Española permanecerán largo tiempo antes que lleguemos a anonadarlas: el contagio del Despotismo ha impregnado nuestra atmósfera, y ni el fuego de la guerra, ni el específico de nuestras saludables Leyes han purificado el aire que respiramos. Y más adelante expresa: No aspiremos a lo imposible, no sea que por elevarnos sobre la legión de la Libertad, descendamos a la región de la tiranía.
6) La educación debe ser un motor de cambio.
7) El carácter continental de su obra. Si Hispanoamérica no genera un gran espacio político, se vera condenada a la marginalidad y a nuevas formas de dependencia.
Sin duda un indicador de hasta qué punto Bolívar se adelantó a su tiempo reside en el hecho de que la emancipación de los esclavos no fuera reconocida por los gobiernos posteriores hasta 1854 y que la unidad latinoamericana, ni tan siquiera lo que fue la Gran Colombia que presidio, aún hoy no se haya alcanzado.
El concepto de socialismo en el siglo XX No dispongo aquí del espacio suficiente para elaborar una análisis detallado de cómo evolucionó la idea y la praxis de socialismo a lo largo del siglo XX. Las ideas de Babeuf llegaron a través de Buonarroti, Blanqui, Marx y Lenin depuradas al siglo XX. Estos autores fueron superando el elitismo de Babeuf, articulando un análisis económico más profundo y una articulación conspirativa más efectiva (más política y menos militarista) y participativa (de un partido con un líder en que sólo fluye información de arriba abajo, se pasa a un partido con participación de la base y flujo de información en doble dirección).
La evolución del pensamiento y acción socialista ha sido compleja. Ha generado grandes resultados: crecimiento industrial en países atrasados, generalización de las políticas de bienestar en la sanidad y la educación, terminó con el viejo sistema colonial, y se opuso al recurso a las guerras imperialistas. Pero no ha estado exento de dificultades y errores. En general se observa en el siglo XX una praxis socialista cargada de clichés, esquematismos y uniformidad de un proceso que tiene mucho de eurocentrista.
El frío juez de la Historia nos informa que en último término buena parte de estas formulaciones finalmente fracasaron, a pesar de sus éxitos iniciales. Hoy esos procesos deben ser analizados minuciosamente para extraer de ellos las experiencias positivas y negativas. Pero este estudio no puede ser objetivo. Para unos se trata de estudiar esas revoluciones para evitar que los de abajo vuelvan a rebelarse. Para otros se trata de estudiarlas para ver donde se equivocaron y lograr avanzar allá donde se encallaron. Para los primeros vale cualquier cosa para desprestigiarlas y desanimar a los de abajo de que osen cambiar el mundo. Para los segundos es imprescindible conocer la verdad y los datos para evitar tropezar con el mismo error.
Desde mi punto de vista, algunos de los errores en el siglo XX tienen su raíz en Babeuf. Se trata de conceptos que se han mantenido y están en la base de las crisis del socialismo del siglo XX, en particular me interesa insistir en dos:
1) El concepto de Dictadura del Proletariado. Tal como deviene del jacobinismo y de Babeuf, es un planteamiento incoherente y con alto riesgo político. Es incoherente porque si se aspira a representar a la mayoría, no hay razón para sustituir la democracia. Y es arriesgado porque promueve procesos políticos de sustitución del sujeto revolucionario por una burocracia que acaba teniendo intereses particulares que se apartan de los de la mayoría. De hecho en Francia tenía la posible justificación de que no era fácil pasar de la democracia censitaria (sólo votaban los ciudadanos que pagaban impuestos y tenían domicilio fijo: la burguesía) a la democracia universal en una sociedad sin medios de gestión y con alto analfabetismo. En el caso de Rusia se empleó otra justificación basada en que el proletariado era minoritario respecto del campesinado (pero nótese el absurdo de que se desarrollara un modelo de socialismo opuesto a los intereses de los campesinos). En el mundo de hoy, los trabajadores son tan mayoritarios respecto a sus explotadores que no es posible ni tan siquiera emplear las precarias justificaciones que se dieron en el pasado. Lo que necesita la “transición” no es una Dictadura sino más participación, más democracia. El gran problema de los procesos revolucionarios es cómo mantener el máximo periodo de tiempo posible la movilización social, hasta barrer los fundamentos de los viejo, sabiendo que lo natural en una sociedad no es la “revolución permanente” sino la paz social. La mayoría de las personas solo participa políticamente en situaciones de tensión y prefiere dedicarse a sus asuntos (familia, trabajo, ocio, etc.) si puede delegar la actividad política o cree que su movilización no sirve para nada.
2) La mitificación del Terror como medio de cambio. Aunque Babeuf fue muy crítico con el Terror jacobino, que quitó el protagonismo a la sociedad en beneficio de la élite política y desplazó el control de la revolución de las calles a las comisarías, su conspiración militarista después del Termidor de hecho contiene una fuerte añoranza de los medios violentos de esa fase de la revolución. Además, sus herederos -y especialmente Bouanarroti, que es el único conspirador que se escapa de la muerte y años después dejará el único testimonio escrito-, aún serán más partidarios de medir la revolución por los litros de sangre derramada. El Terror selecciona una elite ejecutora que empieza por silenciar al adversario y acaba por silenciar a toda la sociedad: sin palabra no hay movilización, y sin movilización social no hay revolución.
Pero por otra parte hay aspectos de los planteamientos de Babeuf que fueron olvidados en la tradición marxista y que hoy justamente aparecen reivindicados. Por ejemplo el carácter finalista de los gobiernos. ¿Qué define el carácter socialista de un gobierno? ¿Cómo debemos medir la eficiencia de un gobierno? ¿Cómo podemos evaluar su coherencia con los objetivos socialistas? Para Marx la función del gobierno es la socialización de los medios de producción. En la revolución soviética esto se acabará traduciendo en que se mide el socialismo por el porcentaje de medios de producción estatalizados. Esta percepción se basa en un análisis teórico del proceso de producción, pero puede esconder, al movernos de la teoría a la realidad, una cierta simplificación sobre las alternativas posibles
(propiedad privada individual o estatal). Los trabajadores soviéticos y de otros países acabaron advirtiendo que ese modelo se podía convertir en un capitalismo de Estado. Ello también está relacionado con el dilema de cómo se controla este Estado, y es claro que sin democracia es difícil que éste se mantenga largos periodos al servicio de la mayoría. Pero existe una forma alternativa definitoria de medir el grado de socialismo que no está caracterizado por unos parámetros teóricos de las formas de propiedad, sino por los resultados sociales obtenidos. Aquí, la orientación de Babeuf, que reformuló Bolívar, en el sentido de que El sistema de Gobierno más perfecto, es aquel que produce la mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social, y mayor suma de estabilidad política resulta muy superior a aquella que mide el socialismo por el peso de la propiedad estatal de los medios de producción.
Adoptar indicadores de resultado social (esperanza de vida, distribución de la riqueza, consumo, etc.) permite disponer de criterios para evaluar desde una perspectiva socialista nueva si es mejor en un caso concreto una propiedad individual, cooperativa, municipal, regional o estatal. Ello no supone negar el análisis teórico, que puede y que debe contribuir al debate, sino insistir en que al final lo que debe decidirnos son los resultados prácticos y no la teoría.
Así, por mucho que diga la teoría, si un fontanero con su empresa individual me atiende mejor que una empresa del Estado, el socialismo debe preservar la existencia de ese tipo de empresa individual. Ello no sólo redunda en la mejora de las condiciones de vida de los ciudadanos de esa sociedad socialista, sino que permite extender coherentemente esa misma regla a la crítica estructural de las sociedades capitalistas. Obsérvese las virtudes conmutativas de esa regla. Así, bajo condiciones de capitalismo, los mismos partidarios de ese nuevo socialismo frente a un monopolio como el servicio de electricidad si demuestran (y ello es bien fácil) que atiende mejor al ciudadano cuando es público que cuando es privado, pueden sostener que no es oportuna su privatización, no tan sólo desde una perspectiva teórica socialista, sino porque es la opción en la práctica más racional. En este caso son los voceros del capitalismo quienes aparecen como ideólogos a la defensiva, si sostienen que esa producción debe ser privada por principio, aunque funcione peor que bajo un régimen público.
Evidentemente los neoliberales seguirán sosteniendo las privatizaciones porque su problema no es teórico sino práctico: apropiarse de los grandes beneficios del tejido económico. Sin embargo, un enfoque emancipador fundamentado en elementos empíricos racionales y demostrables facilita mucho más la articulación y hegemonía de una conciencia opuesta al neoliberalismo.
En este sentido tiene relevancia considerar, en la definición del socialismo del siglo XXI, el pensamiento de Bolívar. No solo tiene elementos que lo hacen cercano a las tradiciones marxistas (negación de la esclavitud y el racismo o planteamiento internacionalista en la aspiración política continental), sino que además tiene elementos que se inspiran en la tradiciones socialistas de la Revolución Francesa, que aparecen por esa vía de manera oportuna con voz propia en la reflexión abierta sobre el socialismo en el siglo XXI.
El proceso en Venezuela y sus bases teóricas Este siglo está empezando con un proceso de emancipación social de nuevo tipo en Venezuela, que llama poderosamente la atención en todo el mundo, pero muy especialmente en Latinoamérica. Este proceso tiene elementos particulares derivados de su situación específica y otros vinculados a la globalización. Se trata de un proceso de emancipación nacional, que frente al hegemonismo de EEUU (que expresa políticamente el paradigma del neoliberalismo en el mundo y particularmente en Latinoamérica), sintetiza la tradición europea socialista y la tradición continentalista y popular Bolivariana
El preámbulo de la presente revolución fue el Caracazo, una rebelión popular que surge espontáneamente en febrero de 1989 ante la quiebra de los precarios sistemas de protección social de Venezuela y que acaba en una masacre. Se trata de una represión dirigida por un gobierno formalmente socialdemócrata, que llevó a un total desprestigio de las fachadas partidarias que encubrían políticas neoliberales. La formulación de la alternativa se plasmó primero insurreccionalmente por un núcleo de militares bolivarianos que, tras fracasar en 1992, reaparecen por la vía electoral en forma de un movimiento progresista cívico-militar que reivindica, frente a la destrucción neoliberal del país, la tradición y el pensamiento de Simón Bolívar.
Los adversarios de los cambios y parte de los teóricos de izquierda denuncian la supuesta inconsistencia de ese bagaje teórico que fue formulado por Chávez como un árbol de tres raíces: Bolívar (igualdad, libertad e integración latinoamericana), Ezequiel Zamora (soberanía popular y unidad cívico-militar) y Simón Rodriguez (educación popular).
Hoy resulta que tal bagaje sí ha sido suficiente para crear un bloque de cambio que ha resistido desde 1998 todas las confrontaciones electorales, golpes de estado, presiones del gran hermano (y de algún hermano enano), bloqueos... Y no solo ha resistido, sino que ha ido cohesionando las clases populares con una fuerza inusitada en estos tiempos de reflujo popular. Su éxito político es la mejor prueba de la utilidad de ese bagaje teórico.
Sin embargo, ello no se debe a una casualidad. Por el contrario, en Venezuela se ha desarrollado una nueva propuesta que tiene una sólida base teórica en la perspectiva de emancipación. Se inserta por una parte en las tradiciones progresistas emancipatorias y por otra parte plantea una aproximación novedosa al socialismo que además de crear nuevas formulaciones es capaz de recuperar valiosas tradiciones que habían sido dejadas de lado en el siglo XX.
En el pasado año este proceso se ha reconocido como un proyecto socialista en construcción. Ello significa un salto cualitativo, en la medida que reconoce en qué tradición se inserta y representa una abierta convocatoria a encontrar complicidades entre los trabajadores de todo el mundo. Ese reconocimiento ha venido acompañado de una llamada a redefinir un nuevo socialismo. Se ha iniciado un debate sobre de qué socialismo se trata y cómo se puede implantar en forma concreta. Y aunque todo está abierto, ya en la práctica hay un gran camino recorrido. En cierta forma todo está por construir en la teoría y en la práctica, pero el pueblo de Venezuela ya está definiendo un nuevo modelo que nos orienta sobre cómo puede ser el socialismo del siglo XXI.
En este sentido hay que empezar a reconocer y destacar algunos nuevos elementos, que probablemente son la antesala para nuevos niveles de desarrollo social avanzado, pero que no pueden ser subvalorados, porque ya son construcción social nueva. Destacan entre ellos las siguientes características innovadoras de ese nuevo socialismo emergente:
-Democrático, respondiendo a las presiones externas no con el recurso fácil al Terror sino con más voz, más debate, más participación, implicando a más personas en el conflicto y renunciando a soluciones desde las elites. Consiguiendo que el furibundo ataque de los adversarios catalice la respuesta popular y se convierta en un boomerang para sus propósitos.
-Pacífico, a pesar de dotarse de los medios para defenderse, evita la provocación y el derramamiento de sangre hasta el límite de lo posible.
-Plural, rehuyendo la formación de un único partido que apueste por el cambio y mantiene una plural gestión del poder. Los partidos progresistas cooperan pero a la vez compiten entre sí electoralmente, manteniendo un sistema efectivo de control mutuo dentro del bloque transformador.
-Económicamente diverso, empleando toda la fuerza del Estado en el desarrollo de las infraestructuras y el comercio exterior, pero impulsando formas de gestión económica social, familiar e incluso privada.
-Empleando el mercado como medio de transmisión de información de precios y evitando el riesgo de corrupción y colapso que supone el centralizar en un único lugar la formación de precios. Ello sin renunciar a la gestión macroeconómica, unos presupuestos públicos agresivos y a construir un sector público potente pero no totalizador.
-Estructurando y reformando el Estado a través de un proceso constituyente que establece nuevas formas de participación (como la revocación) por medio de un sistema legal riguroso y transparente que profundiza la democracia en lugar de restringirla. En lugar de negar la voz a las minorías reaccionarias (como se hizo en Francia o Rusia), se le ha dado voz a los millones de excluidos que jamás habían sido censados.
En realidad este proceso no se ha gestado en ningún gran laboratorio ni universidad, sino interrelacionando las ideas de los dirigentes que apostaban por un cambio real con la iniciativa de millones de personas y las complejas circunstancias que envuelven el proceso. No es tan sorprendente porque también fue así en las grandes revoluciones del pasado, al menos en las etapas que fueron plenamente populares y movilizadoras. Hoy puede haber quien desde las torres de marfil siga negando la consistencia del cambio que se está desarrollando, criticando teóricamente la endeblez de la teoría que ha creado las condiciones para impulsar ese cambio. También hubo algunos que frente el trabajo de Galileo siguieron negando que la tierra girase alrededor del sol, rebuscando citas irrefutables en libros sagrados.
Quizás esos supuestos teóricos deberían empezar a pensar dónde se han equivocado, y empezar a buscar dónde está la fuerza de las ideas que están cambiando las cosas en este proceso. Pero no hay prisa, aún sin su concurso Venezuela y el mundo… sin embargo se mueven.
Notas 1. Con esa acción, este militar promovido por Robespierre se hizo perdonar su pasado ante la burguesía moderada, que vio en él al hombre capaz de llevar la Revolución a sus intereses y permitirle la estabilidad frente al levantisco pueblo francés. Napoleón emplearía las guerras imperialistas para enfriar los ánimos revolucionarios de las clases populares.
2. En cierta forma el modelo leninista de partido, parte de ese esquema simplemente complementándolo, con la circulación de información también en sentido inverso de la base a la cúpula.
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