Pequeñas Empresas: David y Goliat
En Chile usamos demasiadas categorías para las empresas: microempresa, pequeña empresa, trabajador por cuenta propia, mediana empresa, MIPE, PYME, etc., los gringos con su tremenda orientación práctica han actuado como el Moisés bíblico y han separado las aguas en dos: "Big business and small business", o sea Grandes Negocios y Pequeños Negocios, el resto es complicarse de sobra. Todo aquel que vende menos de $120 millones al año y tiene menos de 50 trabajadores es una Empresa Pequeña, el resto es grande.
Dentro de las Empresas Pequeñas, están las empresas individuales, las empresas colectivas, los negocios de temporada, los micronegocios y un sin fin de categorías académicas, en función de los criterios que queramos utilizar en el momento: ventas, empleo, rubro, por ejemplo. Lo clave del asunto es entender que en el mundo de los negocios, no existen los pequeños, los medianos, los chicos y los grandes, es un tema bipolar: David contra Goliat, los pequeños y los grandes. Para las Grandes Empresas, el mercado y la libre competencia son su ambiente preferido, la selva es su escenario natural, durante siglos han estado habituadas a competir, a pelear, a destruir a los adversarios, a ganar, su lucha no es por la subsistencia, su lucha es por la riqueza, su relación con el Estado se orienta a eliminar regulaciones, tasas impositivas, obtener franquicias, flexibilizar la legislación laboral, básicamente requieren un Estado pequeño que no les entorpezca el desarrollo de sus negocios, no necesitan apoyo para financiar sus misiones comerciales, ni para mejorar su productividad, a lo sumo necesitan que se negocien tratados de libre comercios (para abrir mercados o para protegerse de importaciones) y la menor regulación posible.
Son los tiburones del acuario, los leones de la selva, han estado por siempre acostumbrados a la competencia, a despedazarse en función de porcentajes de mercado y de márgenes de ganancia, impactan en el medio ambiente, agotan los recursos naturales, buscan crecer y ser globales, están en la cima de la pirámide alimenticia de las empresas, son los fuertes del sistema, hablan golpeado y patean la puerta.
No dan mucho empleo en forma directa, si a través de la subcontratación, con lo que lo hacen el trabajo más precario e indigno y se cubren así de eventuales reclamos por incumplimientos laborales y legales, para eso están los débiles del sistema, los pequeños. Para las Pequeñas Empresas, el mercado es un medio ambiente hostil, la selva privilegia a los depredadores y las grandes fieras, no a los pequeños, ellos no saben competir, su lucha es por un medio de vida, ellos demandan del Estado, subsidios, créditos blandos, apoyo, apoyo y apoyo; es cierto, lo necesitan, que duda cabe, son las pequeñas empresas las que sumadas otorgan el 80% del empleo en este país, representando no más allá del 20% total de las ventas, es decir, son la fuente de redistribución de ingresos más alta de la economía, la gran empresa distribuye mal y poco, representan la diversidad del emprendimiento, están en todos los sectores económicos, principalmente el comercio y han sido un factor importante en alcanzar mejores condiciones de bienestar para muchas familias. Entonces, ¿Por qué es importante apoyar a las Empresas Pequeñas en Chile? Primero, por que en un entorno global cambiante (la selva cambia continuamente) son las Empresas Pequeñas las que por su tamaño, están mejor preparadas para ajustarse a estos cambios ambientales, la sociedad del futuro, es la sociedad del conocimiento y en eso las oportunidades son de los pequeños, asociados para enfrentar el proceso de captura de estas oportunidades de mercado, hoy, más que antes, el consumidor está mas informado es más selectivo y quiere más calidad por su dinero. Segundo, las Empresas Pequeñas son uno de los medios más importantes para la superación de la pobreza y la mejora en la distribución de ingresos. Los programas de superación de la pobreza generalmente otorgan transferencias (entregan el pescado) en cambio los basados en el emprendimiento entregan oportunidad y oportunidades de largo plazo (enseñan a pescar). Además el emprendimiento otorga la posibilidad a las personas de salir de la pobreza utilizando sus propias capacidades lo que asegura un menor retorno a la condición inicial de precariedad, el que emprende una vez, volverá a hacerlo. Tercero, las Empresas Pequeñas son la mayor fuente de generación de ingresos, por lo que son el instrumento más adecuado para reducir las tasas de desempleo, Durante el período de auge económico (años 1991-1996), las PYMES industriales (1) creaban, en promedio, 8% más de empleo cada año, muy por sobre el 1% de las empresas grandes.
La mayor parte de estos empleos se debían a la entrada de nuevas firmas. De esta forma, es indudable que una política que fomente la creación de nuevas PYMES implicará un fomento a la creación de nuevos empleos. Entre los años 1994 y 1998, la tasa de crecimiento de del número de pequeñas empresas fue de 20%, en cambio entre 1999 y el años 2001 disminuyó al 6%, lo que es más grave aún si se considera que el año 1999, después de la crisis asiática, el número total de PYMES empresas cayó en más del 5%. Sin duda, estas cifras se deben considerar al momento de intentar entender por qué el empleo a nivel nacional se mantiene tan bajo. Cuarto, por su cantidad, las Pequeñas Empresas en Chile representan más de un millón de emprendedores y empresarios y más de tres millones de trabajadores, por lo que cualquier política pública de apoyo a este sector se convierte en una política que apunta al corazón de la clase media de nuestro país. Lamentablemente la discusión se centra en la parte visible del iceberg, dejando fuera los problemas de fondo (que no se ven) y que tienen relación con el nivel de distribución de ingresos en nuestro pais y con la capacidad de generar equidad en los procesos de Generación de Oportunidades. (1) Que son aquellas para las que se cuenta con mejor información debido a la existencia de la encuesta ENIA
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