jueves, 11 de diciembre de 2008
LA POBREZA EN EL MUNDO ES FRUTO DE LA RAPIÑA CAPITALISTA
Los organismos que dicen ayudar a los países empobrecidos, les imponen un sistema económico que facilita esa rapiña y sus trágicas consecuencias La pobreza en el mundo no es un desastre natural, sino fruto de la rapiña capitalista
Por: Editorial de Gara Fecha de publicación: 09/12/08
Periódicamente, con motivo de reuniones o cumbres de organismos internacionales o países ricos, suena la voz de alarma respecto a la trágica situación de miseria de buena parte de los habitantes del planeta. El hambre, las enfermedades, los desastres ecológicos son calamidades con las que éstos han de convivir. Y esa situación, que dichos organismos y países una y otra vez se comprometen a afrontar, persiste como si fuese inevitable y, al escuchar a los líderes y a los responsables económicos mundiales, da la impresión de que hubiera surgido per se, o del mismo modo que se origina un huracán o una tromba de agua. Y no es casualidad que la retórica de aquéllos conduzca a asociarla con esos fenómenos naturales, habida cuenta de que a nadie se le le suele hacer responsable de ellos.
La brutal subida de los precios de los últimos años ha desembocado este año en el peligro de muerte por inanición de nada menos que cientos de millones de personas. Primero fueron el petróleo y los metales, y posteriormente los alimentos básicos. Los precios de productos como el trigo y el arroz se duplicaron en un año. En las explicaciones que sobre las causas de esa desmedida subida de precios ofrecen los «expertos» no acostumbran a dar datos falsos, pero sí a ocultar algunos, los más esclarecedores, y evitar que salgan a la luz responsabilidades.
La disminución de la producción de cereales en países abastecedores debido a irregularidades climáticas, el aumento del precio del petróleo y, por tanto, del transporte y, en consecuencia, de la propia mercancía o la cada vez mayor demanda de países asiáticos, especialmente China e India, son, efectivamente, causas del alza de los precios de los alimentos. Ahora bien, las grandes empresas del sector no están al margen de esa alza, toda vez que su apuesta fue encarecer los cereales y lograr que los gobiernos de Estados Unidos y la Unión Europea subvencionasen la producción de agrocombustibles con el «noble» objetivo de garantizar el abastecimiento de energía de esos países. La consecuencia inmediata, más devastadora que el clima que limita la producción de cereales en Ucrania, fue la utilización de gran parte de productos alimenticios básicos en la industria de los agrocombustibles, con la consiguiente notable disminución de la oferta y la no menos notable subida de los precios. El propio Banco Mundial se hizo eco de esta lamentable constatación, si bien no llegó a publicar su informe, dejando constancia de sus buenos servicios, los que presta a su amo estadounidense.
Ésas son las prioridades del mundo desarrollado, capitalista, que crea multitud de asociaciones humanitarias para con su limosna justificar su inacción frente a las catástrofes humanas, que osa autodenominarse solidario mientras no tiene la más mínima voluntad de solucionar un enorme problema porque, en primer, lugar, éste le procura suculentos negocios, y cuyos gobiernos participan y subvencionan la rapiña con dinero público.
Pero hay más factores que intervienen en la subida de precios de los alimentos, igualmente relacionados con la falta de escrúpulos, como es la especulación, en este caso a costa de la única posesión, la vida, de una parte importante de la Humanidad. Especulación procedente del sector inmobiliario cuando comenzó la crisis de las hipotecas subprime. Y resulta inevitable la observación de que tanto en un sector como en el otro, en el inmobiliario como en el agrario, se especula con los derechos de las personas, derechos que se supone deberían estar garantizados, tal y como proclama la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Neoliberalismo o riqueza a costa de pobreza y muerte de muchos
Mientras, organismos como El Banco Mundial y el FMI ponen trabas al desarrollo de los países más empobrecidos, haciendo competir a pequeños productores contra multinacionales, limitando e incluso anulando la capacidad de autoabastecimiento, creándoles una dependencia absoluta de los mercados mundiales.La pobreza, el hambre, las enfermedades de tantos y tantos seres humanos son una terrible realidad, más o menos lejana geográficamente, que de vez en cuando se cuela por la ventana del televisor o del periódico para perturbar la tranquilidad de los hogares donde la experiencia de hambre no va más allá de un ayuno ocasional por prescripción médica. Pero, en efecto, no son un desastre natural, sino algo peor, provocado, consentido y favorecido por gobiernos que consideran personas ilegales a quienes huyendo de tanta miseria cierran las puertas y crean leyes para castigar a quien tenga la osadía de intentar salvarse y salvar a los suyos.
Por supuesto que hay alternativa para evitar ese tipo de catástrofes humanitarias, y son las propias organizaciones campesinas quienes la propugnan. La soberanía alimentaria, que asegura la autosuficiencia, las evitaría, pero para ello es indispensable la producción de alimentos en sistemas de diversificación. Sin embargo, los organismos que dicen ayudar a los países empobrecidos, les imponen un sistema económico que facilita esa rapiña y sus trágicas consecuencias.
Ésa es la cara que el neoliberalismo intenta no mostrar, pero la más real.
Publicado:
Comite Distrital de Villa El Salvador
Partido Socialista Revolucionario
SOLIDARIDAD CON LOS OBREROS DE CHICAGO QUE HAN TOMADO LA FABRICA
Marea Socialista se solidariza con los trabajadores tomistas de la fábrica Republic Windows and Doors, en Chicago
Por: Prensa Marea Socialista Fecha de publicación: 09/12/08
}Desde la República Bolivariana de Venezuela, Marea Socialista, corriente política-sindical de trabajadores militantes del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), constituida por líderes nacionales y regionales de la Unión Nacional de Trabajadores y directivos de importantes federaciones y sindicatos, manifiesta su simpatía y solidaridad con la toma de la fábrica Republic Windows and Doors, en Chicago, Estados Unidos.
Respaldamos la valiente acción de resistencia que han adoptado los trabajadores de esa empresa, exigiendo el pago de su liquidación, frente a los despidos y otros atropellos patronales que están ocurriendo en ese país, donde los acaudalados empresarios, enriquecidos con el sudor de los obreros y obreras, pretenden descargar la crisis de su sistema de explotación sobre las espaldas de la clase trabajadora norteamericana y de los numerosos trabajadores de origen latino.
Aplaudimos esta acción como símbolo de resistencia y como indicación del camino de lucha que los trabajadores debemos seguir en todas partes del mundo. Creemos que no hay otra solución a la crisis que la toma del control de la producción por los trabajadores y el pueblo. De igual manera creemos que no puede haber solución humanitaria y racional a la crisis si los trabajadores, además de controlar la economía hundida por los capitalistas no asumen también el control de los gobiernos para poner las políticas de Estado al servicio de las grandes mayorías.
En Venezuela varias empresas se encuentran o han sido ocupadas por sus trabajadores debido a la negativa de pago de sus patronos o en respuesta a cierres ilegales. Algunas, pero no todas, han sido expropiadas y hay transnacionales que han sido nacionalizadas (como SIDOR, CANTV, Electricidad de Caracas, entre otras) y convertidas en empresas estatales para garantizar la inamovilidad laboral, los derechos legales y los salarios, abriendo paso, además, a la discusión y posibilidad de la participación de los trabajadores en la administración de las empresas. Fábricas como Invepal e Inveval dejaron de ser empresas privadas luego de haber sido tomadas por sus trabajadores y hoy funcionan bajo su conducción. En estos momentos hay ocupaciones de fábrica en Sanitarios Maracay, en Vivex y en empresas cementeras como Lafarge, entre otras. A veces la ocupación ha sido temporal, como medida de fuerza para obligar al cumplimiento por parte de los empresarios, pero cuando el capitalismo tiene problemas suele resolverlos pateando a los trabajadores y echándolos a la calle sin saldar sus deudas.
Para un gobierno capitalista es más facil dar auxilios financieros millonarios a la banca usurera que salvar del desempleo y la miseria extrema a los trabajadores de las empresas quebradas por el propio capitalismo. Hay la necesidad de establecer el control obrero sobre la producción en empresas públicas y privadas y se vienen ensayando caminos para implantar formas de propiedad social. Esto es lo que los trabajadores entendemos como parte de una revolución y de la lucha por el socialismo.
Desde acá saludamos con admiración a los trabajadores de la Republic Windows and Doors y desde ya nos declaramos parte de una campaña internacional de solidaridad, que esperamos pueda convertirse en campaña de mutuo apoyo entre trabajadores que afrontan experiencias de ocupación de fábricas en distintas latitudes del mundo frente al estallido global de esta gran crisis del capitalismo.
La unión de los trabajadores y de los pueblos explotados del mundo es la manera de enfrentar con fuerza y ofrecer una salida ante quienes son capaces de llevar al planeta y a toda la humanidad a la barbarie con tal de no perder sus injustos privilegios. En esta lucha los trabajadores norteamericanos están llamados a desempeñar un papel fundamental.
Que esta acción de los trabajadores de Chicago, ciudad con gran significación histórica para la causa de la clase trabajadora mundial, sea el preludio de un gran despertar, sea otra señal de una nueva época, que sea la punta del Iceberg del gran poder que está por demostrar de nuevo la clase obrera norteamericana junto a los obreros latinos que están en su seno. Por el Consejo de Redacción de Marea Socialista:Stalin Pérez y Gonzalo Gómez
Publicado
Comite Distrital de Villa El Salvador
Partido nSocialista Revolucioanario
CHICAGO: LOS PROLETARIOS VUELVEN A PONERSE DE PIE/Carlos Rivera Lugo
Chicago Los proletarios vuelven a ponerse de pie
Por: Carlos Rivera Lugo Fecha de publicación: 10/12/08
Hoy se me antoja pensar que tal vez tengan razón los que, desde Carlos Marx, proclaman que los proletarios no tienen patria, en el sentido limitado que lo han entendido los burgueses, es decir, delimitado por unas fronteras estatales. En la década del setenta del siglo pasado, ya lo habíamos comprendido plenamente los puertorriqueños cuando proclamábamos a los cuatro vientos que viviésemos en la Isla o en las entrañas del monstruo, constituíamos una sola nación, una sola patria. La patria no era en esencia una realidad territorial dada, por más que ésta ciertamente tuviese importancia, sino que en última instancia una realidad humana, con sus dimensiones política, sociológica y cultural.
Si no, ¿cómo entender la lucha de los palestinos para quienes la patria es aún hoy tan sólo una trinchera, un campo de batalla o un sueño? Asimismo, me ha parecido que los mexicanos cruzan el Río Bravo con su patria siempre a cuestas. La patria de los proletarios es la patria-pueblo o la humanidad, esa gran humanidad que el histórico líder cubano Fidel Castro Ruz sentenció hace casi medio siglo que ha dicho ¡basta! y echado a andar. La patria está dondequiera que se cometa una injusticia en el mundo y se levante una voz en protesta, nos decía el inmortal Che Guevara. En fin, hoy se me antoja que en un mundo realmente subsumido en todos los aspectos de su vida bajo los dictados del capital, la patria se nos ha ampliado, se nos ha hecho efectivamente internacional. La patria es hoy sociedad civil mundializada. Se materializa en torno a lo común.
En ese contexto, la patria se ha proletarizado como en ningún otro momento de la historia. La geografía de Nuestra América se ha ampliado como también se ha ampliado el escenario mismo de nuestro devenir como pueblos; pueblos en ciernes, siempre en ciernes, como sujetos complejos y multitudinarios de una historia plural –es decir, historia de múltiples historias- que no cesa de devenir. No solo los procesos sociales de producción y distribución se han globalizado, sino que también nuestras conciencias. Al fin y a la postre, la conciencia es expresión de nuestro modo concreto de vida y no de los entendidos ideológicos que podamos autofabricarnos, conforme a las cárceles conceptuales que subsisten al margen de lo que la vida real nos enuncia.
De ahí que se me antoje pensar que la heroica lucha de unos 260 obreros en Chicago es también nuestra, íntimamente nuestra. La toma en estos días por estos obreros de su centro laboral, una fábrica de puertas y ventanas, luego de su cierre por sus propietarios por haber perdido la confianza crediticia del Bank of America, se ha convertido en un símbolo de la lucha de clases que se ha potenciado en estos tiempos de turbulencias económicas. Tenía que llamarse Republic Windows and Doors, donde unos obreros dedicados a la manufactura de puertas y ventanas, es decir, de entradas y salidas, llegaran a la determinación de que no hay "República", ni entrada ni salida que valga, si no es en función del bien común.
Y es que resulta que el mismo Banco que le retira hoy el crédito a la fábrica fue rescatada ayer por el gobierno federal con una suma multibillonaria (25 mil millones de dólares) en fondos públicos, alegadamente para que el crédito fluyese nuevamente hacia toda la sociedad. Queda desenmascarada la verdadera naturaleza del crédito como fetiche, es decir, un simulacro que sólo existe en función de la autovaloración que tiene el capital de su propio y privadísimo interés en exclusión del interés común. Queda así desmentido en los hechos la alegación de la administración de George W. Bush de que el rescate del sector financiero fue también un rescate para la economía, los empresarios medianos y pequeños, así como el pueblo trabajador en general. Al tomar la planta, los trabajadores denunciaron que no fueron notificados dentro del plazo que establece la ley laboral y que no se les había pagado lo que también en ley se les adeuda. Estos están organizados bajo el United Electrical, Radio and Machine Workers of America (UE), uno de los más progresistas y combativos del país. Sin embargo, su denuncia central tiene que ver con el hecho de que mientras el gobierno federal rescata a los grandes bancos, a los trabajadores los dejan desprotegidos para que, como en este caso, se les despidan sin paga.
En el caso de la Republic Windows and Doors, los propietarios inicialmente no quisieron dar cara, mientras que el Banco se lava las manos y alega que no es responsable de las prácticas y decisiones de la empresa. Según se ha informado, el negocio ha sido victimizado por la crisis económica desatada hace ya un año en el país, particularmente en el sector de la construcción. El congresista puertorriqueño por Chicago, Luis Gutiérrez ha logrado finalmente sentar el lunes en la noche a todas las partes, los propietarios, el Banco y el sindicato, para que negocien una solución justa al conflicto. Los medios de comunicación se han encargado de proyectar el conflicto como símbolo de la crisis general que afecta a los trabajadores estadounidenses, la cual ha dejado a dos millones sin empleo desde diciembre de 2007. En particular, el conflicto que ha cobrado notoriedad no sólo nacional sino internacional, se ha presentado como uno entre proletarios y burgueses, afín a las expresiones y consignas de los trabajadores que, organizados en turnos, mantienen guardia permanente al interior de la fábrica.
La mayoría de los obreros son latinoamericanos: mexicanos, salvadoreños y hondureños. "Si no hay una solución favorable estamos dispuestos a permanecer ahí el tiempo que se necesite", expresó a los medios la organizadora sindical de la UE en Chicago, Leticia Márquez Prado. Puntualizó que entre sus demandas estaba el pago de la liquidación y vacaciones, aunque también deseaban los trabajadores explorar la manera de mantener en operación la fábrica.
"Lo peor de esto es que estos trabajadores estaban ganando sueldos dignos, con beneficios de seguro de salud y otros, y si pierden estos empleos sólo encontrarán, si acaso, empleos de sueldo mínimo sin ningún beneficio", abundó Márquez Prado. Una de las trabajadoras de la empresa, Silvia Mazon, denunció que "quieren que los pobres se queden abajo. Pues aquí estamos y no nos vamos a ningún lugar hasta que nos den lo justo y lo que nos pertenece". Agregó: "Estamos haciendo historia". "Es duro. Realmente es muy duro", afirma Apolinar Cabrena, otro de los obreros en huelga que trabajó en los últimos 17 años para la empresa. La esposa de éste está embarazada y espera dar a luz cerca de Navidad. Tiene otros dos hios que mantener, además de una hipoteca que pagar.
Le adeudan ocho semanas de vacaciones pagadas que no se ha tomado y dos salarios de indemnización por despido. "Sé que la economía está mal, no sólo para mí, sino para todo el mundo", afirma Cabrena y añade: "Tengo muchas esperanzas de que el año próximo el nuevo presidente tomará buenas decisiones e invertirá dinero en la industria, de modo de conseguir un empleo lo antes posible". Los obreros se han sentido fortalecidos por el amplio apoyo recibido, el cual incluye al presidente-electo Barack Obama quien declaró el domingo pasado: "creo absolutamente que los trabajadores, quienes solicitan los beneficios y los pagos por los cuales han trabajado, están en lo correcto, y entiendo que lo que les sucede es un reflejo de lo que ocurre en toda esta economía".
Por su parte, otro oficial del sindicato, Melvin Maclin no oculta su sorpresa por el desarrollo de los acontecimientos. Luego de casi tres décadas bajo la pesadilla neoliberal, para la cual los derechos de los trabajadores tenían un valor escaso ante la privilegiación casi absoluta de los intereses del capital, parece que se asoman unos aires nuevos y refrescantes. Según se informa, la última vez que los trabajadores tomaron una empresa en Estados Unidos fue a hace 20 años con motivo de una huelga minera en Virginia.
Muchos recordaban en estos días, asimismo, la combativa militancia obrera por la que históricamente se ha conocido a Chicago, una de cuyas gestas se ha inmortalizado en la conmemoración del Primero de Mayo, como Día Internacional de los Trabajadores. "Nunca esperamos esto… esperábamos ir a la cárcel", confesó Maclin. Y subrayó: "No nos vamos a mover...Ya es hora de que los pequeños nos pongamos de pie". La patria multitudinaria de los proletarios del mundo se va poniendo nuevamente de pie.
*El autor es Catedrático de Filosofía y Teoría del Derecho y del Estado en la Facultad de Derecho Eugenio María de Hostos, en Mayagüez, Puerto Rico. Es, además, miembro de la Junta de Directores y colaborador permanente del semanario puertorriqueño "Claridad".
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