Reflexiones sobre
Doctrina e Ideología del PSR
EL Humanismo
Revolucionario
Por: César Mariluz Veramendi *
El humanismo como corriente del pensamiento filosófico y político, es la única garantía para preservar el futuro de la humanidad. La tarea es ¿Cómo pasar de una sociedad inhumana a una sociedad más humana?
LA CONCEPCIÓN DEL HOMBRE
De manera general el modelo de Sociedad que se pretende, esta determinado por el concepto de Hombre que se propone. Esto supone que debajo de una definición de Hombre está la educación como instrumento de transformación, porque el hombre es la célula y base de toda sociedad.
En la sociedad griega el concepto tradicional de hombre fue definido por Aristóteles como el de un “animal social ó racional”. En este caso, lo racional es lo que distingue al hombre con otros seres. Pero ¿qué es lo racional?; se entiende que lo racional es un estado que tiene relación con la inteligencia, la mente, el intelecto, la capacidad de pensar y comprender. El hombre en este sentido es visto como “inteligencia”. Pero este hombre se encuentra en un contexto y actúa en un momento histórico, no se encuentra ajeno a los avances tecnológicos y científicos, cuyos efectos como observamos ha trastornado las relaciones sociales, políticas, económicas y culturales, es decir el modo de vida de la sociedad; donde la formación de los ciudadanos están sujetas a moldes rígidos, que en muchos casos sólo ha creado frustraciones.
Las nuevas concepciones sobre el hombre tratan de definirlo como “un organismo inteligente que actúa en un medio social”. Este pensamiento considera que el hombre está ligado al medio ambiente y un medio específico humano, es lo social; por eso el hombre es un organismo básico de la sociedad, es decir es un ser bio-psíquico, un organismo que se desenvuelve dentro de un medio ambiente en el que actúa inteligentemente. Por eso, la concepción del tipo de hombre que se pretende formar es fundamental si se quiere garantizar el futuro de la sociedad.
Por eso en la sociedad helénica, esta concepción sostenía que para que una sociedad garantice su futuro, era conveniente formar un tipo de hombre “virtuoso”, porque la virtud es un concepto de equilibrio, de justicia, de armonía; para ello era conveniente una educación que atienda la formación del cuerpo y el espíritu, bajo el principio de “cuerpo sano y mente sana”. En consecuencia, los líderes de la sociedad deben considerar estas características, para garantizar su bienestar y desarrollo.
En los tiempos modernos, para la construcción de los Estados de la Unión, e iniciar con el “sueño americano” primero tuvo que definirse el tipo de hombre ideal para esta nueva sociedad y John Dewey planteaba que esta sociedad requería de un tipo hombre “últil” que debe estar al servicio de la sociedad. El extraordinario desarrollo económico de USA, se debe al impulso de disciplinas orientadas a la transformación de las materias primas, pero que estuvieron alejados de la mayeútica griega y del propio Dewey, al haber desviado el fin del Estado, que es la de servir a la sociedad, al impulsar el propósito social, hacia una finalidad individualista de búsqueda de “utilidades”, como son los resultados económicos que no se comparten y se alejan del bien común que fueron los ideales que buscaron la colonias norteamericanas originarias.
HUMANISMO EN LA ENCRUCIJADA
En general las sociedades del futuro fueron diseñados por las distintas doctrinas sociales y políticas que aparecieron en la historia de la cultura y la civilización, muchos de ellos son conceptuados como sociedades utópicas, por buscar la perfección, con sociedades: armoniosas, justas, equilibradas, solidarias, cuya finalidad era el bienestar común. Como sabemos la doctrina trata de transformar la realidad, en tanto que la ciencia explica lo real. Históricamente los motivadores de los cambios pueden ser: la revolución científica – técnica ó los movimientos sociales. El S. XXI abrió sus puertas con el primero, que por sus efectos son más violentos, pero de poca influencia social, en tanto el segundo tiene mayor duración y significación histórica y con profundas repercusiones en la ciencia y la técnica. Por eso se percibe, cierto riesgo para el futuro del hombre. El futuro ha sido plasmado en las doctrinas políticas, religiosas y literarias, como una esperanza para el hombre y la sociedad, ellas fueron conceptuadas como “utopías” es decir “lo que no existe”. Sin embargo, muchas de las sociedades desarrolladas que conocemos, fueron diseñadas bajo el horizonte borroso de las utopías. Veamos una apreciación que hace el escritor mexicano Carlos Fuentes en su obra “Cristóbal Nonato” escrito en la década de los 80 sobre la realidad mexicana.
Allí se describen los problemas actuales de la ciudad, las comunicaciones, la democracia, el problema del cambio y el futuro del hombre y propone “Si ¿México (Cristóbal Nonato, nombre ficticio de México) tendrá futuro en la “ Nueva Utopía”?. Empieza con una explicación sobre la evolución de las Utopías y nos dice: Nosotros fuimos la Utopía Europea del S.XVI y el S.XIX le devolvimos el favor y convertimos a Europa en la Utopía de América Latina. Ahora, se abre una nueva Utopía, en la sociedad y sus instituciones. La Utopía del III Milenio que deberá resolver no solo el problema de la redistribución de la riqueza y el poder y los avances de la tecnología, sino también resolver sobre la redención moral, frente a la corrupción de occidente, particularmente de USA. Pero no se trata de una Utopía idealista, sino de una Utopía posible, porque la Utopía hay que hacerla aquí y no en otra parte.
Somos, nos dice, hijos de la Utopía de Tomás Moro, así como de Maquiavelo que es la negación de la Utopía y la afirmación del poder absoluto; pero también somos herederos de Erasmo que intentaba una posibilidad humana y tolerante. Ahora requerimos diseñar los nuevos postulados de la nueva Utopía como un Elogio a la Locura de Erasmo.
Debemos aceptar que la Utopía moderna está enferma por efecto de los experimentos y realizaciones, que ocasionaron notables desviaciones y modificaciones en los aspectos esenciales de la sociedad del futuro. El soporte de la tabla de valores ha caído al trasto El escepticismo y la frustración son características de una sociedad que declina. La canción popular quizás expresa con mayor objetividad este criterio, como el tango “Cambalache” escrito en 1935 por Enrique Santos Discépolo- que dice “ El mundo fue y será una porquería en el 506 y en el 2000 también, ya lo sé. …..Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor, ignorante, sabio ó choro, generoso ó estafador. ¡Todo está igual, nada es mejor!........(sigue).
Se trata pues, de una situación con un orden injusto, donde la crisis de valores afecta las mismas entrañas de la sociedad. Ante esta realidad nos corresponde formular nuevas propuestas y alternativas, en este sentido, los avances de la civilización nos demuestran que el hombre ha sido capaz de superar las dificultades a través de algunos experimentos y ha logrado las conquistas mas positivas de la civilización bajo el horizonte borroso de las Utopías. En efecto, hace medio siglo el Estado Sionista era una Utopía y mas antes en el S.XIX, después de las amargas críticas lanzadas contra los grandes Utopístas Franceses como Charles Fourier y Saint-Simon, por Carlos Marx en 1848 que planteaba un “Socialismo Real”, que después de un siglo cayó también en decadencia.
Pero también el capitalismo se ha socializado, como los casos de los Países Bajos: Holanda, Suecia, Noruega, Finlandia, cuyos índices Pér-capita son altos y los niveles de calidad y bienestar humano son superiores en la sociedad contemporánea. La visión entonces, ha sido superar los desequilibrios de la civilización industrial y construir una sociedad superior de la era post-industrial, cuyos perfiles teóricos de última instancia no están muy lejos de la sociedad armónica, justa y humana, expuestas por tantos Utopistas como Carlos Fuentes, que busca preocupado una nueva sociedad para la felicidad de México.
En este sentido también la literatura es importante, porque plantea estados ideales, pero cuya realización requiere de una atención específica para su desarrollo. La educación creo que es un indicador importante para medir el desarrollo de la sociedad; y la tarea de la educación tiene que ser la de “elevar al hombre y su dignidad” en todos los órdenes de su vida. Por eso, los extraordinarios avances de los conocimientos científicos y técnicos, no tienen sentido si no están al servicio del hombre y la sociedad.
LA EXPERIENCIA PERUANA -1968-1975
Los movimientos sociales derivados de diferentes estratos sociales, se manifestaron a través del tiempo con iniciativas de un Estado superior al servicio de la Sociedad. En el caso peruano, los partidos políticos se agotaron porque sus iniciativas no conciliaban con los intereses del pueblo. Así surge la iniciativa de la Fuerza Armada, encabezada por un grupo humano de Oficiales cuyo pensamiento se sustentaba en los ideales nacionalistas, humanistas y socialistas.
A partir de allí, se forja el pensamiento humanista revolucionario y que sustenta también el pensamiento del socialismo revolucionario peruano - PSR . Esta experiencia surge en la década del 70 como un esfuerzo para encontrar el camino y construir una sociedad solidaria, justa y humana. Si bien, es cierto que se trató de una experiencia muy corta, sin embargo la iniciativa fue importante, por haber promovido el cambio de paradigmas al rescatar como valor supremo de la sociedad la dignificación de la persona, es decir la defensa de la persona humana como fin supremo del Estado.
Esta idea sostenía que un Estado de Bienestar, no puede proponer una Democracia abstracta sino una Democracia Real, basada en la justicia, la libertad y la solidaridad; y la única manera de alcanzar estos objetivos en la práctica era mediante la participación plena en la distribución de la riqueza y el poder, así como en la distribución de los conocimientos.
EL HUMANISMO REVOLUCIONARIO
¿Como transformar entonces, los avances de la civilización al servicio del hombre y la sociedad?, creo que sólo es a través de un humanismo revolucionario, que es además una respuesta al socialismo utópico, al socialismo real, y al socialismo liberal, que desviaron los propósitos fundamentales, donde los valores de justicia, libertad, democracia, equidad, no son compatibles con la realidad, porque sus efectos junto al liberalismo a ultranza, han generado miseria, pobreza, violencia, soberbia, intolerancia, arbitrariedad, símbolos del individualismo, situación que no garantiza el fututo de la humanidad.
Por eso el humanismo revolucionario en la versión peruana, tiene como fundamento doctrinario los siguientes principios:
• El hombre es el fin y no un medio, y se le reconoce como sujeto hacedor social de la historia.
• Postula la realización plena de la persona humana, concibiendo la libertad y la justicia como
• valores inseparables y rechazando toda forma de explotación.
• Aspira a la construcción de una verdadera convivencia humana fundada en la solidaridad.
• Promueve la participación del hombre frente a toda forma de dominación y recusa por tanto, la existencia de cualquier oligarquía.
• Propugna una moral para la acción basada en la correspondencia entre medios y fines.
• Reconoce la tolerancia como valor y por ende rechaza el dogmatismo, negando la violencia como sistema.
Los fundamentos de este pensamiento, convergen de distintas vertientes del pensamiento social, surgidas en la tradición de la historia universal, a la cuál también pertenece el Perú. Tal legado se expresa en el pensamiento socialista, en el pensamiento libertario y el pensamiento cristiano. La acción transformadora tiene como soporte doctrinario estas ideas fundamentales, que trata sobre el trabajo, la propiedad, riqueza, libertad, poder, igualdad, solidaridad, honestidad, valores fundamentales de las organizaciones modernas.
1. El Pensamiento socialista, define los siguientes aspectos.
El trabajo es la fuente original de la riqueza
En una economía pluralista, los medios de producción son prioritariamente de propiedad social.
La propiedad estatal tiene un rol de beneficio para toda la comunidad nacional, particularmente en un Estado Participatorio.
Aspira a un ordenamiento en la cual los bienes socialmente generados beneficien a sus productores y a toda la sociedad.
2. El Pensamiento Libertario, cuyo fundamento es la creación en libertad.
La libertad como un derecho inalienable frente a toda forma de arbitrariedad e intolerancia.
El poder y las decisiones surjan con el menor grado de intermediación, de la base social, acorde con los intereses de la nación.
La creatividad de las personas y de los grupos requieren autonomía y responsabilidad social, para su aplicación.
3. El Pensamiento cristiano, orientado a la creación de una comunidad de vida y sostiene que:
Los hombres son iguales, y es el fundamento de la fraternidad humana, por tanto se rechaza toda forma de injusticia social y económica.
La solidaridad como valor que propone, la eliminación de la desigualdad, el odio y la lucha entre peruanos..
Una sociedad justa permite tener una verdadera libertad y desarrollar las capacidades del hombre en todas sus dimensiones.
Aspira hacia una convivencia humana para lograr una sociedad sin explotados, única forma de unión entre todos los peruanos.
La familia constituye el fundamento de la sociedad y una escuela para el desarrollo del humanismo.
4. El Pensamiento Participativo, es la aplicación de la justicia en la práctica
Postula la apertura de amplios y múltiples canales para dar acceso a todos los peruanos en las decisiones en diferentes niveles y campos de la actividad social.
Afirma la existencia de instituciones basadas en la intervención democrática de sus miembros, como condición para el desarrollo pleno de las personas y los grupos sociales.
Promueve el empleo de métodos democráticos en el logro de sus objetivos políticos, sociales y económicos.
Preconiza una nueva concepción de la estructura del Estado basada en la eliminación del centralismo y la burocratización.
Propugna el acceso organizado de los trabajadores a la propiedad, dirección y resultados de la empresa.
Favorece la progresiva transferencia del poder económico y político para su ejercicio social, por instituciones autónomas de los trabajadores peruanos y por tanto, rechaza la concentración manipuladora.
Defiende la autonomía de las organizaciones sociales frente a todo intento de control externo y consecuentemente, rechaza la propia institucionalización política de la revolución en forma de partido.
5. El Pluralismo como base de la libertad
Reconoce el derecho de todos los peruanos a la discrepancia y a la crítica; y en consecuencia, a organizarse políticamente con entera libertad para sostener distintas posiciones. Por eso, admite la legitimidad de la existencia de agrupaciones y partidos que expresen diversas alternativas políticas. Frente a ellas la revolución peruana plantea su propia posición coherente y homogénea, no aceptando dentro de sus filas planteamientos que contradigan ó desvirtúen sus fundamentos ideopolíticos.
Auspicia en el campo económico, diversas formas de propiedad y de organización de empresas, dentro de una concepción dinámica y flexible, reconociendo: un prioritario sector de propiedad social en el cual la propiedad corresponde a todos los trabajadores de las empresas del sector; un sector estatal en el cual el Estado asume el control de actividades básicas para el desarrollo y el beneficio de la comunidad; un sector privado reformado que conduzca a la cogestión; y un sector de propiedad exclusivamente privado integrado por las actividades de pequeña escala en el comercio, la industria y los servicios.
La misión fundamental de esta doctrina política es transformar la sociedad peruana, en una “Democracia Social de Participación”, cuyo soporte es:
a. Un sistema político participatorio apoyado en las bases populares.
b. Un sistema económico pluralista basado en un prioritario sector de propiedad social; y
c. Un sistema social sustentado en un conjunto de valores morales, con énfasis en la justicia, libertad, el trabajo, la participación, la solidaridad, la creatividad, la honestidad y el respeto a la dignidad de la persona humana.
CONCLUSIÓN
1. Los proyectos sociales, políticos, culturales y económicos, no han podido resolver el problema
del desarrollo humano, a pesar de haber transcurrido 3,500 años de historia.
2 La sociedad del siglo XXI, tiene como ventajas los extraordinarios avances científicos y tecnológicos, pero que no garantizan el futuro de la humanidad.
3. El humanismo revolucionario tiene planteamientos que además de sus formulaciones teóricas, cuentan con programas de acción garantizan el futuro de la sociedad.
Noviembre 2008
* Dirigente del Comite Distrital de Villa El Salvador
del PSR.
Publicado:
Comite Distrital de Villa El Salvador
Partido Socialista Revolucionario
viernes, 5 de diciembre de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario